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Especiales E&N: Las empresas deben certificarse o preparase para desaparecer

Las acreditaciones internacionales, especialmente de calidad, seguridad e inocuidad, han abierto las puertas hacia nuevos destinos para las empresas centroamericanas en los últimos años.

2023-09-19

Por Leonel Ibarra - estrategiaynegocios.net

Las certificaciones internacionales provenientes de la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés), desempeñan un papel fundamental en el ámbito global al establecer estándares y directrices para una amplia variedad de industrias y sectores. La ISO es una entidad independiente compuesta por representantes de organismos nacionales de normalización de diferentes países, que colaboran para desarrollar normas que promuevan la calidad, la seguridad y la eficiencia en diversas áreas.

Estas certificaciones se remontan a 1947, cuando se fundó la ISO con el objetivo de facilitar la cooperación internacional en la estandarización. La primera norma ISO, la ISO 1, fue publicada en 1951 y desde entonces, se han creado una serie de estándares en áreas como gestión de calidad, medio ambiente, seguridad de la información, tecnología, salud y seguridad ocupacional, entre otros.

Cuando una empresa trata de cautivar a sus potenciales consumidores para vender sus productos o servicios se recurre a la promoción y estrategias de marketing donde se hacen promesas. “Somos los mejores”, “Nuestro servicio es de la mejor calidad”, “Contamos con las mejores instalaciones”, son algunas de las promesas que se pueden hacer para conquistar al público.

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Sin embargo, el cliente moderno y exigente sabe que debe asegurarse de que eso todo es cierto. Es entonces cuando se necesita de un tercero imparcial que garantice que un producto cumple con los adecuados procesos de sanidad, que una compañía tiene políticas amigables con el medio ambiente o que los datos e información privada almacenada está bien protegida.

“Que tú te certifiques en ciertas áreas es muy importante, porque eso da la garantía de que puedo confiar más en ti”, dice Günter Schranz, CEO de DQS Caribbean.

La serie de normas de la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) es un conjunto de estándares reconocidos a nivel internacional que establecen pautas y requisitos para diversos sistemas de gestión, procesos y prácticas en diferentes áreas. Estas normas buscan asegurar la calidad, seguridad y eficiencia en diversas industrias y sectores.

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La organización reúne a organismos de normalización de diferentes países para desarrollar estándares consensuados. En 1987, se publicaron las primeras normas de la serie ISO 9000, que trataban sobre sistemas de gestión de calidad. Estas normas proporcionaban un marco para establecer, implementar y mantener sistemas de gestión de calidad efectivos en organizaciones.

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A lo largo de las siguientes décadas, la ISO desarrolló normas en diversas áreas, como la gestión ambiental, la gestión de seguridad alimentaria, la gestión de salud y seguridad ocupacional y muchos otros campos, cada uno con su propio conjunto de estándares.

La normativa ISO utiliza un sistema de numeración que asigna un número único a cada norma. Por ejemplo, la serie ISO 9000 se refiere a normas relacionadas con la gestión de calidad, mientras que la serie ISO 14000 se centra en la gestión ambiental.

Claves de acceso

Entrevistados por Estrategia & Negocios, los representantes de entidades acreditadoras señalan que, en los anteriores años, las empresas que operan en el mercado de Centroamérica estaban muy enfocadas en obtener certificaciones en temas de inocuidad, calidad y seguridad ocupacional. Las compañías, especialmente el sector industrial de alimentos y plásticos, se dieron cuenta de que sin garantizar la inocuidad, no podían vender en otros mercados más exigentes como Estados Unidos y Europa.

“En un mundo tan globalizado, la certificación puede servir de diferenciación de marca y, por otra parte, como un requisito obligatorio del mercado al que se exporta”, explica Arnulfo Pino, director de AENOR Centroamérica.

Además, el tema de la seguridad y combate al narcotráfico y terrorismo se volvió más importante paralos exportadores.

Beatriz Cerna, directora ejecutiva de Business Alliance for Secure Commerce (BASC) El Salvador, asegura que en una cadena logística hay diferentes eslabones que participan y todos quieren tener una cadena segura, por lo que un exportador empieza a pedirle a sus asociados de negocios (como transportistas, agente aduanal, almacén e incluso hoteles) que “también hablen este mismo idioma”.

“Los consumidores también están más alertas de poder recibir productos o servicios que tengan un sello de garantía y si una empresa local quiere hacer negocios o poder acceder a otros mercados, pues también tiene que hablar un mismo idioma y tener esa misma confianza. Sí se da mucho como un requisito de un cliente”, afirma Cerna.

Innovaciones con el tiempo

La ISO continúa desarrollando y revisando sus normas para mantenerse al día con los avances tecnológicos, las mejores prácticas y las necesidades cambiantes de la sociedad y la industria. Las revisiones periódicas garantizan que las normas sigan siendo relevantes y efectivas.

Es así, como con el paso del tiempo las empresas e instituciones centroamericanas fueron viendo la necesidad, de nuevo impuesta por pauta del mercado, de certificar nuevos y crecientes campos.

Los expertos señalan que otros certificados que ganan importancia en los últimos años han sido protección de bases de datos, normas de sostenibilidad medioambiental, eficiencia de energía y Responsabilidad Social Empresarial.

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Destaca en este campo la certificación Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental (LEED, por sus siglas en inglés) que es un sistema que certifica edificaciones bajo estándares de sostenibilidad internacionales creada por el equipo técnico del U.S. Green Building Council; y es otorgada por el Green Business Certification Inc. GBCI

"En El Salvador y la región se ha visto una evolución importante en la industria de la construcción, buscando aplicar la sostenibilidad como eje principal desde la fase inicial de los proyectos”, manifiestó Beatriz Quinteros, gerente de Normativas Técnicas y Formación de El Salvador Green Building Council.

Desde la fundación del USGBC, la certificación LEED se desarrolló para calificar y certificar las estrategias de sostenibilidad en las edificaciones, identificando las características y los niveles de desempeño dentro de cada proyecto. A partir de ello, fueron surgiendo diferentes versiones ampliando el sistema de calificación, incluyendo la evaluación del ciclo de vida completo del proyecto, la inclusión del método de diseño integrativo para los equipos de proyecto, el enfoque riguroso en los materiales y la calidad del ambiente interior, la gestión de los residuos, entre otros.

Según datos del U.S. Green Building Council, dicha evolución también se ve reflejada en las cifras de los proyectos a nivel centroamericano, que cuentan con la certificación LEED o están en proceso de obtenerla. En el caso de Costa Rica se cuenta con un total de 260 proyectos, Panamá con un total de 138 edificaciones, Guatemala cuenta con 60 proyectos, El Salvador con 51 proyectos, Honduras con 19 en total y Nicaragua con 4 proyectos.

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Valor agregado

Quinteros explicó que, desde el aspecto ambiental,con las certificaciones se logran reducir las emisiones de carbono CO2, siendo las edificaciones las responsables de generar casi un 40 % de las emisiones globales; también conservar los recursos, gestionar de mejor forma el uso del agua y la energía como parte del proyecto, gestionar de mejor forma los materiales más seguros y los desechos generados por el uso de la edificación.

Desde el aspecto económico, ayuda a promover las practicas de gestión que priorizan la eficiencia del edificio por medio de la medición y la gestión del rendimiento, lo cual contribuye a la reducción de los costos operativos en cuanto al ahorro de energía, agua y mantenimiento al momento de la ocupación de la edificación.

“Todo aporta a un aumento significativo en el valor de las edificaciones que cuentan con este tipo de estrategias contempladas en la certificación LEED”, señala.

Son cada vez más las empresas que dan importancia alas certificaciones en temas medioambientales.

Por ejemplo, Grupo AJE una multinacional peruana del segmento de bebidas, que, además de contar con las ISO 22,000:2018 (de inocuidad alimentaria), NTC5830:2021 (HACCP), y la certificación de una línea según HACCP Códex Alimentarius, cuenta con los jugos de superfrutos amazónicos AMAYU, recientemente ingresados al mercado centroamericano, que son los únicos en el mundo que cuentan con la certificación “Climate Positive” otorgada por Green Initiative.

Fernando Matheu, jefe de Sostenibilidad de AJE Centroamérica, señala que en general, los procesos para todas las certificaciones han sido largos, representando años de preparación, capacitación y certificación de los equipos, los procesos documentales y demás acopio de información y requisitos. En adición, se invirtió en asesorías previas a las auditorías y en el costo mismo de las auditorías de certificación.

“Las certificaciones medioambientales, son sumamente valiosas, primero porque aseguramos el cumplimiento de requisitos legales y porque aseguramos el cumplimiento a nuestros compromisos con el entorno natural y las comunidades que nos rodean. Las certificaciones de salud y seguridad nos ayudan a mantener un entorno libre de riesgo en nuestras operaciones y así cuidar de lo más valioso que tenemos: nuestros colaboradores”, asegura Matheu.

Otro caso de certificaciones innovadoras es el deDataTrust, el primer data center comercial certificado Tier III de El Salvador y con certificación LEED. Tendrá la capacidad de albergar 322 gabinetes y servicios adicionales como nube pública, nube privada y “people space” para continuidad de negocios.

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René Ramos, gerente general de Data Trust, explica que el proceso de certificación se inicia con un contacto con el ente certificador para presentar el proyecto, posteriormente se envían los documentos (planos, especificaciones técnicas y memorias de cálculo) para que ellos hagan su revisión y enviar observaciones que posteriormente tienen que ser subsanadas.

El proceso es interactivo, hasta no tener más observaciones y obtener la certificación de TIER III. La inversión realizada únicamente para el diseño y su certificación es aproximadamente de US$265,000.

Vamos a seguir buscando más certificaciones con el Uptime Institute. Además al completar la construcción, completaremos la certificación LEED y todas las certificaciones necesarias para la capacitación del personal técnico, a fin de poder entregar un servicio con los más altos estándares”, expresó Ramos.

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