Mujeres Desafiantes

Las centroamericanas entre la economía del cuidado y la sobrecarga laboral

Según los expertos en el análisis de la pobreza multidimensional, es clave abordar este tema desde la óptica de la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, y entre los hogares, la sociedad y el Estado.

2024-03-08

Por Norma Lezcano - Revista Estrategia & Negocios

En Centroamérica, las dificultades que tienen las mujeres para participar plenamente en el trabajo remunerado y así conseguir autonomía, nacen adicionalmente de la desproporcionada cantidad de tiempo que dedican a los cuidados y al trabajo doméstico no remunerados en comparación con los hombres.

“La sobrecarga de cuidados en las mujeres perpetúa las desigualdades de género en la región, crea barreras para el empoderamiento económico de las mujeres y reduce su potencial para seguir una carrera profesional”, explica Gina Andrade Baena, experta en Economía del Cuidado en la División de Género y Diversidad (GDI) del BID.

Las mujeres están lejos de ser el 50 % en puestos de mando de las empresas

Según los expertos en el análisis de la pobreza multidimensional, es clave abordar este tema desde la óptica de la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, y entre los hogares, la sociedad y el Estado.

ESTRUCTURAS TRIBUTARIAS DE EQUIDAD

Para que el Estado pueda ser parte activa de ese compromiso de corresponsabilidad debe accionar con una perspectiva de género en el diseño de la estructura tributaria y de los presupuestos que financian los bienes y servicios públicos.

La región debería avanzar en políticas tributarias progresivas que contemplen: “estructura del hogar como criterio para determinar capacidad impositiva; deducciones por cuidado de personas dependientes; exoneraciones a productos de primera necesidad y trato impositivo para promover la participación laboral de las mujeres”.

Pero, el Estado puede -y debe- ir más allá de la política tributaria. Hoy, cuidar de otros demanda a las mujeres enormes sacrificios no recompensados y pérdida de oportunidades. Sin embargo, el ecosistema del cuidado es un sector que entraña enormes potencialidades si se lo saca de la informalidad y se lo organiza integralmente.

Derechos de las mujeres, una causa atacada por movimientos reaccionarios

La pandemia demostró que se requiere generar Sistemas Integrales de Cuidados como pilar fundamental de la protección social”, sostiene el informe “Hacia la construcción de Sistemas Integrales de Cuidados en América Latina y el Caribe”, que suscribieron Cepal y ONU Mujeres en 2021.

HACIA SISTEMAS INTEGRALES DE CUIDADOS

“La inversión en Sistemas Integrales de Cuidados no sólo permite romper con el círculo vicioso de pobreza y la exclusión, sino que puede ser transformado en un círculo virtuoso que genere retornos económicos y sociales a través del llamado Triple Dividendo de la Inversión en Cuidados”, afirma el doctor en Sociología Económica, Julio Bango, responsable del informe.

Los Sistemas Integrales de Cuidado no sólo tienen la función de integrar y hacer más eficiente la multiplicidad de programas sociales que ofrecen los Estados, sino que operan sobre el reconocimiento, la reducción y la redistribución del trabajo de las personas que cuidan. Allí es donde las mujeres podrían ser altamente beneficiadas.

Tanto las que hoy dan cuidado sin ser recompensadas como las que necesitan del cuidado para si o su familia. Este es un camino que apenas se está comenzando a transitar.

Hay en juego temas de organización laboral, capacitación, legislación de derechos, gestión pública...y mucho más.

Sin embargo, es un tópico que bien puede significar un acelerador exponencial de la autonomía de las mujeres, por cuanto pondría a prueba un valor fundamental: la corresponsabilidad social y la corresponsabilidad de género en el cuidado.

EL PESO DEL TRABAJO DOMÉSTICO ES DE ELLAS

El Salvador: Las mujeres dedican 2,9 veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, si bien el porcentaje de empleo femenino en puestos de dirección y mandos intermedios es elevado, con un 43,1% (WB Gender 2022/ Banco Mundial)

Costa Rica: las mujeres dedican un 2,6 más de tiempo que los hombres, lo que representa el 22,1% de su jornada diaria frente al 8,4% de los hombres.

Guatemala y Honduras. Las chapinas dedican 4,2 veces más tiempo que los hombres a este trabajo no remunerado, y las hondureñas, 4,3 veces más (PNUD).

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