Por Daniel Zueras - Revista Estrategia & Negocios
“Las microagresiones son una forma de discriminación cotidiana que a menudo tiene su origen en prejuicios”, explica Maria Helo, socia de McKinsey & Company en Costa Rica. Estas microagresiones incluyen comentarios y acciones “incluso los sutiles que no son abiertamente dañinos” que degradan o desestiman a alguien por su género, raza u otros aspectos de su identidad.
“Señalan falta de respeto, causan estrés agudo y pueden afectar negativamente la carrera y la salud de las mujeres”.
El informe Women in the workplace de McKinsey muestra “que las mujeres experimentan microagresiones a un ritmo significativamente mayor que los hombres”, incide Helo y apunta que las mujeres que las sufren “tienen muchas menos probabilidades de sentirse psicológicamente seguras, lo que dificulta correr riesgos, proponer nuevas ideas o plantear inquietudes.
Además de esto, el 78 % de las mujeres que enfrentan microagresiones se protegen a sí mismas en el trabajo o ajustan su forma de verse o actuar en un esfuerzo por protegerse a sí mismas”.
Al respecto, Carolina Mora, gerente sénior de Consultoría en Deloitte Costa Rica asegura que se trata de un tema “al que se le debe prestar una atención real”.
Y es que el 44 % de las encuestadas en el estudio de Deloitte, Women at Work 2023: A Global Outlook, informaron que experimentaron acoso y/o microagresiones en el lugar de trabajo, una disminución de 15 puntos porcentuales respecto a 2022, cuando el 59% de las mujeres informaron haber sufrido microagresiones (y un 52% en 2021).
“Cabe resaltar que existe una disminución en la denuncia de experiencias de acoso entre las mujeres que las sufrieron y se lo dijeron a sus empleadores, ya que solo el 59% lo informó durante el 2023, frente al 66% en el 2022. Aquí es importante señalar que la principal razón para no informar estas conductas fue que las mujeres no sentían que el comportamiento fuera suficientemente grave para denunciarlo”, comenta Mora.