Por Pablo Balcáceres - Revista Estrategia & Negocios
La transformación de Grupo de Sola en el último cuarto de siglo refleja las dinámicas en la región, tanto a nivel del entorno de negocios como gerencial.
El origen del grupo se remonta a 1896, especializado en café. A lo largo de su historia ha tenido experiencia en varias industrias, tales como el consumo masivo (Unisola), finanzas, hoteles y el desarrollo inmobiliario, este último desde la década de 1960.
Su brazo inmobiliario, Inversiones Bolívar, protagonizó el crecimiento de las últimas dos décadas para el grupo.
“El gran cambio en Bolívar fue la periodicidad con la que desarrollamos proyectos nuevos”, dice Diego de Sola, CEO de Grupo de Sola.
El empresario ingresó al grupo en 2001, en medio de una crisis del sector cafetalero. “Me tocó ser gerente financiero de la empresa de café en esa época, cosa que me hizo madurar mucho”, relata.
“Tras el cambio de siglo habíamos recién salido unos años antes del asocio con Unilever y teníamos inversiones en desarrollo inmobiliario”, comenta sobre el estado del grupo en aquellos años.
En 2001 inauguró su emblemático edificio de apartamentos 525 Avenida La Capilla. Por esa época también incursionó en hotelería con el hotel Princess, que luego agregó la marca Hilton y posteriormente terminó en manos del Grupo Barceló.
“Ese primer edificio (525Avenida La Capilla) marcó el inicio del desarrollo vertical de Inversiones Bolívar”, remarca De Sola. Hasta entonces, uno de los proyectos emblemáticos deconstrucción era Plaza Merliot, de 40.000 metros cuadrados.
La compañía encontró la fórmula para satisfacer el apetito por apartamentos. “Tuvimos que fortalecer la compañía con más capital, pero más que eso lo importante era el capital humano”, reflexiona.
Desde entonces, la relevancia del brazo inmobiliario para el grupo se ha multiplicado por cinco en términos de relevancia para Grupo de Sola.
La visión de Diego de Sola cuando asumió las riendas de Inversiones Bolívar –ahora lleva la de Grupo de Sola– fue transformarla gerencia del negocio de una estructura vertical a una horizontal o participativa.
“Cuando yo entré mi tendencia era: ‘enséñenme’. Orgánicamente creó una condición en donde era un caudal de colaboración”, expresa.
“La verticalidad muchas veces detiene innovación porque apaga muchos cerebros en el camino, a través de todas las políticas y la rigidez”, plantea.
Hacia el futuro, De Sola ve un panorama favorable para su nueva inversión en Uassist.me. Además, ve potencial de negocios en el desarrollo de soluciones con inteligencia artificial
