Por Leonel Ibarra - estrategiaynegocios.net
El crecimiento de la tecnología y la conectividad para hacer negocios facilita la vida y permite el crecimiento económico, pero también hace más vulnerables a las comunidades y empresas de la región porque cualquier desastre natural de gran escala puede impactar y en un momento se puede perder comunicación y electricidad y muchas entidades privadas no están tan preparadas como deberían.
Esta es la principal advertencia que hace Peter Bäckman, director ejecutivo y fundador de TEDCAP y consultor en seguridad, sobre los riesgos que deben prevenir las autoridades y empresas que operan en los países de la región Centroamericana y del Caribe, dada su elevada exposición a los desastres naturales.
Bäckman opina que “es evidente que el cambio climático está provocando condiciones de clima extremo en la región” y últimamente han ocurrido actividades sísmicas que “han puesto en alerta a las empresas”.
Ante este panorama, el experto señala que “sin importar el tamaño, toda empresa necesita tener su marco de gestión de riesgo” que funcione como una guía y cada paso está basado en esa política de gestión de riesgo.
Además, considera que “el activo más importante en cada institución es el ser humano” y la empresa debe asegurar que sus empleados están protegidos ante un desastre y entienden su rol a desempeñar en una emergencia.
“Muchos planes indican cómo proteger al empleado en el lugar de trabajo, pero cuando salen de la empresa no hay una estrategia definida. En caso de un desastre, es de interés de la empresa que el empleado esté preparado para su regreso a casa o el bienestar de su familia para que se pueda enfocar en la recuperación de la operatividad”, indica Bäckman.
Algunas de las consideraciones que deben contener estos planes son la evacuación total de las personas de las infraestructuras afectadas, la prestación de primeros auxilios, la planificación de comunicación cuando no hay celulares, ni internet, los protocolos para la activación del comité de crisis, los protocolos y esquemas de trabajo si la zona afectada imposibilita el trabajo de la empresa, los tiempos para la toma de decisiones y los daños a proveedores.
La mayoría de las acciones de planificación de prevención de empleados no cuestan más que tiempo para planear y entender la información que se necesita para prepararse. El retorno de esa inversión cuando pase un incidente es mayor que cualquier gasto.
“Lo más importante es entender la capacidad interna, los puntos débiles que pueden afectar o paralizar el negocio”, agrega.
Así, una vez se identificado esos peligros hay que poner los recursos necesarios con que se cuentan para mitigarlos.
