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Construcción en Centroamérica con perspectivas positivas para 2024

En una década, Centroamérica ha visto un cambio importante en el panorama de la construcción. El sector abraza nuevas tendencias y tiene en la mira el desarrollo de grandes proyectos no solo públicos, sino también otros de carácter privado.

2024-03-01

Por José A. Barrera - Colaboran: Alejandra Ordóñez, Gabriela Melara, Leonel Ibarra, Daniel Zueras y Pablo Balcáceres

En general, el sector mostró un buen desempeño al cierre de 2023, pese que los últimos meses han estado marcados por la influencia de campañas electorales que casi siempre influyen en el clima de negocios.

Rafael Gangi, miembro del Consejo Directivo de la Confederación Inmobiliaria Latinoamericana (CILA), sostiene que en líneas generales -y a pesar del ambiente político- “la proyección de toda la región es considerada muy positiva ya que hay una propuesta de desarrollo e inversión”.

Las proyecciones del rubro para este año son también positivas y se sustentan, en parte, en la fuerte demanda de nuevos espacios logísticos y de producción, desarrollo de nuevas opciones de vivienda y en gran medida en el impulso de proyectos de obra pública (como carreteras y otras obras), que están ganando protagonismo desde Guatemala hasta Panamá.

GUATEMALA, BUENAS PERSPECTIVAS

José Fernando Orellana Wer, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, dijo que este año esperan que el sector reporte un crecimiento del 1,9 %, un desempeño que derivará, principalmente, de la estabilidad de la economía local, pero también por las buenas expectativas que genera el cambio de gobierno.

“Con la llegada de las nuevas autoridades (desde enero pasado), el Índice de Confianza -tanto de la actividad de la construcción como el de la actividad económica general- presentan un incremento, lo cual es positivo para el clima de negocios en Guatemala”, destacó el líder gremial.

Según datos de la Cámara, al cierre de 2023, la construcción comercial representó el 29,59 %, seguida por la vivienda unifamiliar con un 24,37 %, mientras que la vivienda en serie y multifamiliar contribuyeron con un 13,84 % y 17,32 %, respectivamente.

Alejandro Castellanos, gerente de Unidad de Concreto Mixto Listo, agregó que el panorama de la industria de la construcción en Guatemala en el 2023 fue positivo, y destaca que se registró un aumento de la demanda de concreto y la consolidación de la capacidad productiva del sector cementero, hechos que se tradujeron en una ampliación significativa de la oferta a nuevos departamentos del país.

“Este fenómeno se debió a la demanda interna de edificaciones de dos tipos: construcciones verticales de vivienda entre 40 m2 y 70 m2 y de centros comerciales de ‘conveniencia’”, explicó.

Castellanos dijo que la producción de concreto premezclado “participó activamente en este crecimiento”, con un estimado de más del 7 % contra los registros del 2022.

“Gran parte (del crecimiento) proviene de la expansión territorial de la oferta de este material que ha permitido llevar el desarrollo a regiones anteriormente menos atendidas, generando un impacto positivo en el acceso a viviendas y servicios de calidad en otros departamentos del país. Entre las ciudades secundarias en las que el aumento es significativo están Coatepeque, Chiquimula y Mazatenango”, puntualizó.

Hizo notar que un factor relevante para el sector de la construcción en general son los niveles saludables que reportaron los flujos de remesas que proceden principalmente desde Estados Unidos.

“(Las remesas) han actuado como un buen estímulo para la industria, proporcionando un respaldo financiero constante que ha impulsado proyectos de construcción. Esta estabilidad económica permite que los inversionistas y desarrolladores del país, apuesten a la expansión en el sector”, valoró.

COSTA RICA CON BUEN PRONÓSTICO, PERO CON CAUTE

Carlos Trejos, presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), destaca que las previsiones del Banco Central (BCCR) pronostican un crecimiento del 4,5 % para el sector en 2024, esto motivado por el dinamismo de la obra privada, la que se espera crezca un 4,2 % y de la obra pública, la cual se espera alcance un dinamismo del 6,8 % este año.

“En lo que respecta a la obra pública se debe tener en cuenta que desde 2017 la inversión gubernamental ha sufrido una marcada reducción, por lo que un crecimiento del
6,8 % dista mucho de ser suficiente para combatir el rezago existente en infraestructura pública”, refuerza Trejos.

Según el análisis de la CCC, el 2023 se caracterizó por un “comportamiento dispar” entre los distintos tipos de obras: por un lado, una marcada crisis de obra pública que se mantuvo durante ese año sin mostrar señales de recuperación y, por otra parte, una obra privada con un mayor dinamismo.

Trejos destacó que la obra privada mostró disparidades importantes como un mayor impulso en las obras con destino comercial, industrial y de servicios y no tanto las destinadas a vivienda.

Sin embargo, recalcó que sobre el desempeño del subsector de la vivienda existieron dos escenarios: la vivienda de ingresos medios y altos tendió a acelerarse, mientras que la dirigida a estratos bajos, particularmente la vivienda de interés social, se desaceleró producto de los recortes en el financiamiento estatal.

Trejos expuso que hay cautela sobre las previsiones de desempeño para el sector en 2024 por el efecto que puedan tener sobre este variables externas.

“De acuerdo con las perspectivas del BCCR, y la revisión de otros indicadores del sector, la expectativa para el 2024 es optimista, aunque con cautela ya que existen variables clave que pueden cambiar el panorama”, dijo el líder gremial que destacó entre estos factores el comportamiento del tipo de cambio, tasas de interés, fluctuaciones en precios internacionales y otros relacionados al clima de negocios como la disponibilidad o no de agua.

HONDURAS IMPULSADO POR EL AUGE DE LA OBRA PÚBLICA

Silvio Larios, gerente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción, destacó que en Honduras el sector cerró el 2023 con buen pronóstico por el empuje del sector público.

Agregó que los informes oficiales dan cuenta de inversiones del sector por cerca de L16.000 millones (más de US$640 millones). “(El desempeño) nos tiene sumamente satisfechos como sector, ya que no se había visto un presupuesto tan nutrido como el año pasado”, valoró Larios, quien destacó que entre los programas que impulsan al rubro se incluyen obras como programas de mantenimiento de la red vial y otros ejecutados con recursos de las alcaldías.

Otro de los factores que impulsó al sector es un buen desempeño de la otorgación de créditos para vivienda de interés social y de case media por parte del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda que el año pasado logró colocar más de 16.000 créditos para igual número de familias.

“Para 2024 tenemos buenas expectativas, ya que de parte del gobierno se anunció en el presupuesto las cantidades que se van a invertir en obras públicas que se van a ver incrementadas. La realidad es que hay importantes créditos que se acaban de suscribir como los del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) de US$607 millones para ejes carreteros de mucho impacto turístico y productivo en el agro que van a generar derrama económica y alto beneficio en la población”, detalló.

Larios sostiene que este tipo de iniciativas tienen un efecto “tractor” sobre otros rubros como el de la inversión industrial y comercial.

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“Se ve un importante crecimiento dentro de lo que se ha ido reportando. Una inversión pública importante es seguida por privada ya que genera confianza”, valoró.

Entre los subsectores beneficiados está el desarrollo de edificios para apartamentos y multipropósito tanto en el Distrito Central como en San Pedro Sula. Las expectativas incluso atañen a la generación de empleo.

<i>FOTO ISTOCK</i>

Según estimaciones de la Cámara, en 2023 el sector generó 200.000 empleos y finalmente superó la marca pospandemia.

Larios añadió que de continuar la tendencia este año se podrían alcanzar las 310.000 plazas, meta en la que influirá el auge que tiene el subsector de vivienda de interés social y de clase media.

Sin embargo, la industria resiente la demora en tramitología para el desarrollo de nuevas obras, un tema que de solventarse, estima podrían duplicar el ritmo de inversiones, además Larios reconoció que sigue existiendo un déficit en temas como el del abastecimiento de agua y alcantarillado.

EL SALVADOR, EL MÁS DINÁMICO

La Cámara Salvadoreña de la Industria de la Construcción (Casalco) describe a 2023 como un año excepcional para el sector. Su director ejecutivo, José Antonio Velásquez, informó que los datos preliminares al final del año indican que el crecimiento del rubro puede rondar alrededor de un 13 % más que en 2022.

Con varias obras en planes, las perspectivas de corto y mediano plazo son buenas. Destaca el inicio de obras en el viaducto Los Chorros, el desarrollo del nuevo Hospital Rosales, así como el plan de un nuevo estadio nacional (que se fondeará con una donación de China), mientras se esperan avances en los proyectos del Aeropuerto del Pacífico (en el oriente del país) y de los primeros tramos del tren del Pacífico.

Creemos que la tendencia se va a mantener y será a un crecimiento un poco mayor por estos proyectos y la oportunidad va a continuar por los próximos años”, anticipó Velásquez.

Casalco estima que este año la industria puede ejecutar proyectos por unos US$600 millones, en el escenario más conservador, pero si detonan todos los proyectos de inversión pública anunciados por el Gobierno podrían alcanzar los US$1.400 millones.

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Rodrigo Gallardo, CEO de Holcim El Salvador, valoró que la construcción se constituyó como un fuerte pilar para la economía salvadoreña con un aporte al PIB de más del 6 %.

“Esto lo lleva a ser catalogado como uno de los sectores más dinámicos en la economía nacional y con proyecciones de seguir creciendo en 2024”, dijo.

Gracias a este dinamismo, la demanda de concreto y cemento se mantuvo constante a lo largo del año, algo que la firma anticipó mediante el desarrollo de inversiones estratégicas, como la adquisición de más camiones mezcladores y la instalación de dos nuevas plantas fijas (para llegar a ocho).

“Esto se vuelve relevante, pues la concentración de proyectos ya no solo se limita a las principales ciudades urbanas del país, sino vemos el desarrollo de proyectos en otras zonas geográficas, por lo cual nos acercamos a los clientes para ofrecerles mayor agilidad y disponibilidad en sus entregas de concreto”, dijo.

Por el sector privado, se prevé el desarrollo de más proyectos habitacionales de construcción vertical, bodegas logísticas, centros comerciales, entre otros.

Gallardo estima que en esta coyuntura “no solo el cemento y el concreto tendrán una mayor demanda, sino los materiales de construcción en general”, un tema que abre otras oportunidades de negocio.

“En Holcim fortalecimos nuestra red de ferreterías Disensa, ofreciendo una mayor variedad de productos y beneficios que impulsen la construcción, como la oferta de microcréditos para el desarrollo de proyectos”, destacó. Velásquez, de Casalco, sostiene que el caso de El Salvador es singular, ya que tras la mejora en los índices de seguridad hay un importante grupo de salvadoreños en el exterior que tiene interés de volver y hacerse de una vivienda y en muchos casos en altura.

Añadió que hay importantes zonas de desarrollo en el área del Gran San Salvador e incluso en La Libertad, pero que hay interés por otras zonas como las municipalidades de Apopa, Huizucar, San José Villanueva y Zaragoza.

SECTOR CLAVE PARA LAS ECONOMÍAS

Rafael Gangi, de CILA, destaca por su parte que Panamá es y seguirá siendo un destino comercial por excelencia y que posee grandes oportunidades en el sector logístico y comercial.

El ser un destino comercial por excelencia y centro bancario mundial de renombre da como resultado que el sector de desarrollo residencial tenga relevancia y alta demanda para albergar y dar residencia a la gran mayoría de personas provenientes de otros países que deben residir obligatoriamente en Panamá. Queda comprobado que Centroamérica ofrece una gran oportunidad de inversión en el sector, difícilmente no atractivo para la inversión extranjera”, dijo.

Pedro Ramírez, también miembro del Consejo Directivo de CILA, sostuvo que evaluar al sector inmobiliario implica considerar varios factores económicos y sociales que influyen en la dinámica de cada país.

“De manera global, el sector inmobiliario latinoamericano ha experimentado un crecimiento importante, reflejado principalmente por la necesidad de atender el déficit habitacional, el crecimiento poblacional y migraciones de cada país. Aunque los dos grandes mercados están en el norte -con México- y en el sur -con Brasil-, en la mayoría de los países evoluciona”, valoró.

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De acuerdo con el especialista guatemalteco lo que impulsa al sector en la región son cuatro factores: vivienda residencial; turismo y hospitalidad, centros y plazas comerciales; y desarrollo industrial y logístico.

Ramírez destacó que en general la oferta inmobiliaria está alineada con la demanda en la región centroamericana. Valora que es importante considerar que puede haber variaciones entre países y ciudades específicas.

“Existen casos donde la oferta y la demanda están relativamente equilibradas, especialmente en mercados urbanos en crecimiento”, pero insiste en que hay desafíos que cada país debe afrontar, como es la generación de infraestructura adecuada para nuevos desarrollos urbanos y la inversión adecuada en carreteras, puertos, aeropuertos, que puedan atraer inversión extranjera y generar oportunidades en el campo logístico y nearshoring.




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