Por Claudia Contreras - Revista Estrategia & Negocios
Agua potable a bajo costo, con materias primas y tecnología local, fácil de fabricar. “Ecofiltro nació como una fundación que empezó mi mamá. La fundación hizo dos cosas muy bien: uno, enfocó todos sus esfuerzos y recursos en llevar agua potable a familias en el área rural. Dos, involucró a un gran inventor guatemalteco que se llama Fernando Mazariegos, un bioquímico que inventó un filtro que está basado en materiales naturales y que tiene una aceptación cultural muy alta”.
Philip Wilson observó que sí daban acceso a agua potable a familias rurales de Guatemala, pero analizó que dependían de donaciones, una limitante para crecer. Hoy, Wilson es el único inversionista en Ecofiltro. Se puso de meta dejar de depender de donaciones y llegar a1.000.000 de familias del área rural en Guatemala que necesitan agua potable antes de 2025. También ha logrado salir de las fronteras guatemaltecas.
Su segundo mercado principal es México, donde cuenta con más de 100.000 clientes. “Ahí estamos creciendo mucho en el mercado urbano y ya estamos empezando a incursionar en la área rural”.
La marca Ecofiltro está en 18 países tratando de replicar el modelo de Guatemala. Están en toda Centroamérica, Panamá, Venezuela, Colombia, Perú, y más. “Cualquier filtro se come el mercado de agua embotellada porque un filtro siempre es más costo efectivo que comprar agua embotellada.Entonces es un mercado creciente, el de filtros y nosotros tenemos varios modelos muy atractivos”, acotó Wilson, quien fue nombrado uno de los 10 emprendedores sociales más importantes de Latinoamérica por New Ventures México en 2014.
En Guatemala, la empresa vende Ecofiltros hechos de barro y de plástico.
¿Cómo funciona el filtrado?
El filtro se produce de tres materiales naturales: arcilla, aserrín, plata coloidal. Juntos crean un filtrado en tres etapas capaz de neutralizar bacterias y compuestos orgánicos del agua.
Emprendimiento social con ganancias
El modelo de negocio cambió cuando Wilson le dio la vuelta: cambió de beneficiarios a clientes. “Lo que yo hice fue pensar: ya no vamos a ver a los más pobres como objetos de lástima, sino como clientes potenciales y fuimos a investigar. Nos dimos cuenta que la familia rural en Guatemala gasta como US$13 cada mes en leña para hervir agua. Nosotros dijimos: vamos a desarrollar un Ecofiltro urbano que vamos a vender en cadenas ,como sustituto agua embotellada”.
En el área rural, un Ecofiltro se vende a US$35.
“Convencimos a miles y miles de familias de comprar un Ecofiltro que se pagaba en 3 meses o menos versus leña. Hoy en día hay más de 540.000 familias del área rural que tienen en Ecofiltro y como 350.000 en el área urbana”, agregó Wilson.
¿Cómo han logrado generar demanda en la Guatemala rural?
“Donamos filtros a las escuelas públicas: uno por aula y uno en la cocina, y eso es lo que genera la demanda porque el agua que sale de Ecofiltro tiene muy buen sabor. A los niños no les gusta el sabor de agua hervida, entonces ahí empieza”.
Han entregado más de 33.750 Ecofiltros a más de 6.200 escuelas de Guatemala desde 2014 al 2022. Su empresa social empodera a todas las personas que trabajan en Ecofiltro.
“Compartimos ganancias, entonces empoderamos a todas las personas que trabajan en filtro. El 25% de todas las utilidades se le dan a los trabajadores, y el 75% se reinvierte. Como no tengo otros inversionistas, no tengo que pagar dividendos a nadie, entonces eso crea una energía positiva muy grande. Que todo lo que se está generando se está compartiendo y reinvirtiendo”, explicó Wilson, también nombrado Emprendedor Social del Año para Centroamérica en 2012, por la Fundación Schwab en Davos, Suiza.
En Guatemala, se producen 2.000 Ecofiltros al día. Además, hay más de 60 fábricas de Ecofiltros en más de40 países.
Criterios de ESG
Ecofiltro es uno de los emprendimientos sociales más emblemáticos de Guatemala. ¿Por qué llama la atención de inversionistas? “En general, todos queremos participar en una empresa que tiene un propósito noble. No hay nada más lindo que estar resolviendo un problema social como acceso a agua potable y poder hacerlo de una manera que es sostenible financieramente.
Es el sueño de cualquiera (...) he tenido la oportunidad de manejar una empresa social que es sostenible, que hace tanto bien y creo que se puede hacer lo mismo con acceso a educación, a energía. Solo tienes que encontrar esa propuesta de valor donde uno puede convertir a loque era un beneficiario de una fundación antes a un cliente y se puede hacer con los diferentes desafíos sociales”.
Para Wilson, es clave que las empresas le den a sus consumidores productos que tengan un impacto positivo en la sociedad.
“Ellos saben que el consumidor está buscando apoyar a las empresas que tienen un impacto y especialmente los consumidores jóvenes que son el mercado más grande, así que por eso es el interés del inversionista”.
El Cubo, para emprendedores tech
Junto a la fábrica de Ecofiltro en Antigua Guatemala, Philip Wilson fundó El Cubo, un espacio de coworking para alentar a empresas de innovación y tecnología.
“En el Cubo hay más de 30 empresas... hasta hay una empresa que arregla satélites desde el cubo. Muchos trabajos digitales se están haciendo desde el Cubo y siento que es algo que va a fortalecer la economía de nuestro país, de nuestra región”, finalizó el líder.
