Por Roberto Fonseca - Revista Estrategia & Negocios
En nueve países de Centroamérica y Suramérica, entre éstos, Costa Rica, Honduras y Panamá, la amenaza de la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) ya es una realidad.
Lo confirmó en febrero del presente año, en un comunicado oficial, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), entidad que advirtió que por primera vez desde 2002, "se han notificado 75 brotes de influenza aviar" en dichos países.
"De acuerdo con la información compartida por los países de la OMSA, estos brotes ya han ocasionado la pérdida de cerca de 1.2 millón de aves de corral", cita el comunicado oficial.
La influenza aviar de alta patogenicidad está presente en África, Asia, Europa y ahora en las Américas, siendo el subtipo más extendido actualmente en todo el mundo el H5N1, el mismo que llegó a Centroamérica, aseguró a E&N la doctora en medicina veterinaria Catya Martínez, representante subregional de la OMSA para Centroamérica y el Caribe.
"La influenza aviar es una enfermedad muy contagiosa que afecta a numerosas especies de aves de corral, así como a aves de compañía y silvestres; y ocasionalmente afecta a mamíferos y seres humanos", apunta Martínez.
"La enfermedad representa una amenaza para la salud animal, la estabilidad económica, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia", agrega la experta.
En un reporte epidemiológico de OMSA, que cubre el periodo entre el 5 de mayo al 1 de junio del presente año, se informó de 82 nuevos brotes en aves de corral en siete países de las Américas, Europa y Asia.
Entre 2005-2021, refiere el informe epidemiológico, la influenza aviar de alta patogenicidad ha provocado la muerte o aniquilamiento masivo de más de 316 millones de aves de corral en todo el mundo.
"Numerosos subtipos de virus de la IAAP han circulado en diversas poblaciones de aves domésticas y silvestres a gran escala geográfica durante los últimos años. El subtipo más extendido actualmente en todo el mundo es el H5N1", explica Martínez.
La Representante Subregional de la OMSA recuerda que las aves de corral, una de las proteínas animales más consumidas en la región, desempeñan un papel importante en el suministro de alimentos y la nutrición.
"El sector de la producción avícola es el subsector agrícola de más rápido crecimiento y proporciona ingresos a miles de familias. Prevenir la incursión de la influenza aviar es, por tanto, clave para mantener la industria y el comercio avícolas”, añade.
Al respecto, el documento titulado World Food and Agriculture Statistical Yearbook 2021 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), refiere que la producción de carne de pollo totalizó 118.017 miles de toneladas a nivel global en el año 2019, cifra que representa 35% dela carne producida a nivel global.
IMPACTO EN CENTROAMÉRICA
En el caso de Centroamérica, según la publicación estadística de la FAO, Costa Rica produjo 145 mil toneladas de carne de pollo en 2019, El Salvador 143 mil toneladas, Guatemala 234 mil toneladas, Honduras 218 mil toneladas, Nicaragua 138 mil toneladas y Panamá 224 miles de toneladas.
Abelardo de Gracia, director regional de Salud Animal del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), con sede en El Salvador, indica a E&N que dicho organismo viene monitoreando desde2019 la posible presencia de influenza aviar de alta patogenicidad, sin embargo fue hasta finales de 2022 que se confirmó primero en Panamá, y posteriormente en Honduras, Costa Rica y Guatemala, entre otros.
“Sabíamos que el virus iba probablemente a llegar, porque lo podían traer las aves migratorias que pasan año por año a Sudamérica a descansar y a alimentarse y, posteriormente, regresan hacia el Norte. Ese es un movimiento constante, y son cuatro rutas migratorias, entre éstas por el Pacífico, por el Atlántico y por tierra firme”, indica.
De Gracia explica que siempre han emigrado las aves del Norte al Sur y viceversa a lo largo del año, pero la diferencia ahora es que la variante H5N1 sí afecta a las aves silvestres, y por ello, ahora se presentaron casos sobre todo con pelícanos autóctonos.
“No hay que cantar victoria, pero en esta primera fase los servicios veterinarios de todos los países sin excepción, han trabajado muy bien. Solo en dos países, Costa Rica y Panamá, se llegó a una explotación de aves de traspatio, pero se sacrificaron todas las aves en los dos países”, dice el experto de origen panameño y que trabaja en la sede de OIRSA en San Salvador.
“Afortunadamente, en ninguno de los países de Centroamérica el virus ha llegado a las explotaciones comerciales. Tengamos presente que el huevo es la proteína más barata, seguida de la carne de pollo. Además, la industria avícola emplea a un gran número de personas en los países de la región, entonces, es una situación socioeconómica que tenemos que cuidar”, agrega.
De Gracia asegura que la capacidad de diagnóstico delas autoridades de sanidad animal de nuestros países es “buena”, están contribuyendo financiera y técnicamente a mejorarla y que pase a ser “excelente”.
“Estamos promoviendo que se haga labor de vigilancia preventiva conjunta, es decir, sector gubernamental y sector privado trabajando juntos”, indica.
Asimismo, Martínez, representante Subregional de la OMSA, señala que se motiva a los países de la región a coordinar e intensificar sus esfuerzos en materia de vigilancia y prevención, así como a implementar estrictas medidas de bioseguridad y garantizar la notificación oportuna con vistas a prevenir la propagación de la enfermedad.
“La industria avícola debe permanecer vigilante y garantizar la aplicación de medidas de bioseguridad y buenas prácticas de higiene en las granjas. Entre las medidas pertinentes, destaca, mantener a las aves de corral alejadas del contacto con aves silvestres, garantizar una buena higiene en los establecimientos y equipos, y notificar las enfermedades y muertes de aves a las autoridades veterinarias locales”, concluye Martínez.
