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Industria de alimentos busca la receta para contener la inflación

La industria de alimentos navega en aguas turbulentas. El 2023 arranca con renovados temores sobre una espiral inflacionaria que afecte al sector, el cual encuentra en la innovación una ruta para sobrepasar este reto.

2023-03-13

Por José A. Barrera / Roberto Fonseca – Colaboraron: Velia Jaramillo / Leonel Ibarra

¿Cuánto invierte en alimentos cada mes? La respuesta, independientemente del lugar donde viva, es seguramente “más que el año pasado”. La producción y distribución de los alimentos se encareció en los últimos dos años afectados por una diversa lista de factores que se consolidan, en una palabra: inflación, un indicador que experimentó fuertes incrementos en los países del istmo en 2022.

Centroamérica es una región con una importante producción y exportación de alimentos, pero que no escapa a los vaivenes de un entorno retador que ha provocado incrementos en el valor de productos básicos de uso tan cotidiano como el caso del huevo.

La huevoflación es un tema que ha ganado protagonismo al inicio de 2023, pero es solo una parte de una larga lista de productos que se han encarecido y en los que maniobran no solo los consumidores, sino las empresas que busca ser más eficientes.

“La situación inflacionaria a nivel mundial ha sido un desafío para todas las industrias”, reconoce José Gregorio Baquero, CEO de CMI Alimentos, una empresa con una importante participación en la industria alimentaria en la región centroamericana. El empresario reconoce que la coyuntura requiere de un replanteo de estrategias que en su caso incluyeron el desarrollo de nuevas líneas de productos y modelos de negocios.

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Vivian Gálvez, gerente general para Kantar, División Worldpanel para el Caribe y Centroamérica, explicó que de cara al consumidor final la categoría de alimentos creció un 8 % en valor comparado con finales de 2021, pero que cae un 4 % en el volumen de la canasta de compras. Es decir, gastan más, pero con menos productos.

Un estudio de la firma presentado en febrero 2023, también reveló más en detalle el valor de productos como los lácteos, los cuales tuvieron un 5 % de aumento, sin embargo, su volumen de compras decreció en un -9 %, por mencionar algunas de las tendencias.

Rodrigo Lavall, Presidente de Kraft Heinz Centroamérica, Caribe y Venezuela, también confirmó este comportamiento y reconoció que el tema de la inflación ha sido un reto importante para toda la industria alimentaria, pero que en su caso hay categorías como la de las salsas donde la frecuencia de compra se ha visto impactada, algo que obedece “a que los consumidores han tenido que priorizar sus compras, de acuerdo con las necesidades de su hogar.”

“El comportamiento del consumidor, a causa de la inflación, está cambiando su comportamiento y toma de decisiones a la hora de realizar las compras. Definitivamente ha evolucionado y nos está obligando a realizar estrategias que se ajusten a lo que ellos están buscando a la hora de tomar la decisión final”, reflexionó el ejecutivo.

Kraft Heinz ve en este escenario una oportunidad. La empresa registró importantes crecimientos en ventas en los últimos tres años, pero también valora que el camino para mantenerse es el de la innovación y una constante búsqueda de eficiencias.

“El incremento de las materias primas por la situación global ha sido una situación que ha impactado, sin lugar a duda, a la industria, por lo que hemos tenido una revisión rigurosa de los costos de producción, logística, materias primas y conversaciones constantes con nuestros proveedores, desarrollando proyectos en conjunto con ellos que agreguen valor a la cadena de suministro, para generar el menor impacto al precio de nuestros productos y al mismo tiempo seguir siendo reconocidos por nuestra mayor fortaleza: la calidad de nuestros productos”, dijo Lavall

PRODUCTOS MÁS CAROS

Mark Schneider, presidente ejecutivo de la multinacional suiza Nestlé, dijo el mes pasado al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung que 2023 será marcado por una tendencia al alza de los productos, con el objetivo de compensar el aumento de los costos de producción.

Nestlé no es la única que dibuja este panorama, otros gigantes como Coca-Cola, Unilever y Pepsico también han hecho comentarios en el mismo sentido.

Enrique Lacs, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB), destacó que las empresas buscan soluciones ante un escenario complejo, uno de esas maniobras es el rediseño de productos.

En detallé habló del downsize de algunas presentaciones de productos, una estrategia aplicada para poder mantener los precios, pero en otros para hacerlos más asequibles.

La coyuntura actual, acentuada por la crisis generada por la guerra en Ucrania, es un eslabón más dentro de una serie de fenómenos que han golpeado a las cadenas de producción y que obligan a plantear soluciones. El último ingrediente para esta escalada es un brote de influenza aviar detectado en Estados Unidos, plaza donde el valor de una docena de huevos reporta incrementos de valor de más del 200 % en un año.

En la región, donde también ya existe alerta sobre el tema, las alzas también están ligadas a un mayor costo de producción asociado con el costo de los alimentos.

Lacs dijo que en 2022 el problema es que el mundo siguió con inflación, él lo cataloga como “un problema heredado y transmitido” porque esta llegó por los insumos y lo que la región importa.

“Veníamos con precios muchísimo más altos, incluso de lo que pasó en 2021, y luego hace un año estalla este problema con Ucrania y Rusia, y otra vez se dispararon todos los precios. Todos los productos empezaron a tener problemas precisamente por estos bloqueos, volvemos a tener un levantamiento de inflación y se vuelven a rediseñar algunos productos, tanto en tamaño como en presentaciones, para que no lo sienta tanto el consumidor ya que la industria no pudo trasladar todos los costos al mismo ritmo de lo que les llegaba”, describió el líder gremial guatemalteco.

Mario Montero, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA), detalló que los incrementos en ciertas materias primas del sector fueron del 30 %, 40 %, 70 % y en algunos casos superaron el 100 %. “Son impactos que definitivamente no son trasladables en esa cantidad al consumidor final.

No hay economía que aguante semejante golpe y ahí la gran inmensa mayoría del sector tuvo que hacer ajustes importantes en sus sistemas de costos, de hacerse mucho más eficientes en su operación para no incurrir en despidos... por dicha en un sector como el nuestro no se reportó una caída en el nivel de empleo”, puntualizó.

Sin embargo, reconoció que las empresas asumieron una parte muy importante de ese golpe el cual se reflejó en algunos casos en una reducción de los márgenes de rentabilidad, pero otras si tuvieron que trasladarlo.

Pese a los retos, el sector se reconfigura a la espera de mejor viento. El ejemplo más relevante para la industria en la región es el anuncio de inversiones que CMI hizo en 2022, un agresivo plan por US$1.800 millones en todos los países donde opera, de los que US$1.000 millones serán canalizados mediante CMI Alimentos para el desarrollo de infraestructura, tecnología, innovación y sostenibilidad para apalancar su crecimiento.

Innovación es un tema clave entre varios actores del sector. En El Salvador, la empresa Embutidos La Única apostó por esta vía en materia de nuevos productos en 2022, mientras que para 2023 busca seguir con una estrategia que incluye introducir una gama de empaques nuevos y de otros desarrollos que la firma ha venido trabajando en los últimos años.

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SECTOR PUJANTE EN CENTROAMÉRICA

Pese a las dificultades actuales, Centroamérica es un jugador relevante en las exportaciones de alimentos. El valor en dólares corrientes de las exportaciones de alimentos, bebidas y tabaco -en el trienio 2019-2021- alcanzaron un promedio anual de US$8.659 millones, 543,3 % más que en el trienio previo, revela el informe Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2022 elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Desglosado por país y por orden descendente, el mayor peso le corresponde a Guatemala (US$2.432 millones), seguido de Costa Rica (US$1.816 millones), Nicaragua (US$1.463 millones), Honduras (US$1.040 millones), El Salvador (US$954 millones) y Panamá (US$954 millones).

“Esta variación entre los dos períodos de 543 % equivale a una tasa de crecimiento anual promedio del 10 %. A nivel de países, la mayor expansión anual del valor de las exportaciones de alimentos, bebidas y tabaco correspondió a Nicaragua (16 %), seguida de Panamá (11 %)”, dijo a Estrategia & Negocios Keiji Inoue, oficial a cargo de la División de Comercio Internacional, Integración e Infraestructura de la CEPAL y coordinador del estudio.

Añadió que Guatemala registró una tasa comparativamente menor que el resto de las economías centroamericanas (El Salvador, Costa Rica y Honduras) que mostraron una tasa de expansión del 9%, levemente inferior al promedio regional”.

Los sectores que mostraron un crecimiento más alto durante el periodo estudiado fueron chocolate y otros preparados (18,9 %); bebidas no alcohólicas (16,9 %); pescados y crustáceos (15,2 %); sémola y harinas (14,5 %); queso y cuajada (12,5 %), además de las carnes y despojos comestibles que crecieron levemente por sobre el promedio (10,4 %).

Industria de alimentos busca la receta para contener la inflación

DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES EN PUERTA

Inoue afirmó que, al cierre de 2022, la demanda por alimentos aún se mantenía pujante. Sin embargo, la guerra en Ucrania y los altos precios de los fertilizantes que, aunque han estado bajando en los últimos meses, aún se ubican por sobre el 100 % del nivel previo a la guerra, lo cual mantiene las presiones al alza en el costo de producción de los alimentos.

Al respecto, el Banco Mundial en su monitoreo de los commodities, confirmó que hasta enero de 2023 los fertilizantes habían bajado sus precios en 11,8 % con respecto a noviembre de 2021; sin embargo, seguían siendo 143 % más altos que el promedio de precios en 2020.Asimismo, los precios de la energía eran 14,4 % menos en enero 2023 con respecto a noviembre de 2021, pero eran 126,3 % más altos con respecto al 2020.

“Definitivamente el impacto de los altos costos de materias primas es negativo y afecta el panorama para el 2023. En concreto, en el de los alimentos, el mayor efecto se sentirá si persisten los altos precios de la urea, fosfato y potasio. En todos los casos, los precios se mantienen en niveles altos, superando los valores históricos y tienen un nivel del doble de su valor prepandemia y preguerra (en Ucrania)”, señaló Inoue.

El experto dijo que el incremento en los insumos presiona a los precios finales de los productos agrícolas, lo que incidiría a su vez en la inflación, una situación que también pone en apuros en la política monetaria y a la actividad económica.

Guatemala: Exportación de alimentos y bebidas creció 23 % al segundo semestre de 2022

“Con todo, ha de verse en positivo la reducción del precio del gas, principal insumo en la producción de fertilizantes. Es de esperar nuevas bajas de precio, pero de persistir la guerra y las tensiones geopolíticas entre Rusia, Estados Unidos, el Reino Unido y los países de la OTAN, persistirán los altos niveles de volatilidad en los precios de las materias primas”, añadió.

Adoniram Sanches Peraci, Coordinador de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Mesoamérica y Representante en Panamá y Costa Rica, explicó a Estrategia & Negocios que en Centroamérica, debido a sus contextos geográficos, económicos y sociales, la productividad en el sector de alimentos debe pensarse en línea con la sostenibilidad, y cada vez más hacia la resiliencia, una idea que paulatinamente se arraiga entre las empresas y sectores ligados a la producción.

“Recordemos que el 75% de los territorios de la región tienen algún nivel de vulnerabilidad a efectos del cambio climático; y las zonas agrícolas enfrentan múltiples riesgos además de los climáticos, desastres naturales, crisis fito o zoosanitarias, entre otras”, indicó.

Para ello, será muy importante desarrollar y/o adaptar sistemas de producción basados en el manejo eficiente de los recursos naturales, los suelos (nutrición, fertilización), regeneración del agua para riego y producción; y de semillas e insumos agrícolas en general.

“El sector productivo de la región enfrenta el reto de invertir cada vez más y mejor, en innovaciones y tecnologías que le dé una mayor eficiencia en sus operaciones y una sostenibilidad en el tiempo; esto obviamente, irá de la mano con el desarrollo de capacidades y profesionalización de la mano de obra y del talento humano en toda la cadena productiva”, señaló Sanches Peraci.

Apuntó que el sector de los alimentos requiere de un entorno o ecosistema con bienes y servicios – financiero y no financieros- adaptado a sus necesidades, en cuyos elementos centrales están la gestión de riesgos y seguros agrícolas, la conectividad digital, la facilitación del cooperativismo y alianzas, así como de un sistema de financiamiento productivo adaptado a todas las escalas de la producción agrícola.

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FACTORES CLAVE

El especialista de la FAO insistió en que Centroamérica es, en términos generales, una región exportadora neta de alimentos, pero que si se hace una mirada por país, El Salvador y Panamá son los que tienen una balanza comercial negativa en relación al comercio agroalimentario.

En la región, agregó, los principales agroexportadores son Guatemala, Costa Rica y Honduras.

Además, dijo que pese a sus limitantes el istmo posee récords importantes. Por ejemplo, es el exportador más grande a nivel mundial de cardamomo y piña fresca, también es el segundo exportador a nivel mundial de banano y melón y; el tercer exportador mundial de café.

Además, valoró que es importante mencionar que, comparando con el resto de América Latina y el Caribe, la región centroamericana tiene un comercio intrarregional bastante interesante, siendo éste el tercero en importancia en relación al destino de las exportaciones agroalimentarias, con un 16,8 % del total.

Agregó que según datos de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), el 45 % de total de las exportaciones de la región pertenecen al sector agroalimentario y, de acuerdo a datos de la Secretaría del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC), el 20 % de total de los empleos se relacionan al sector agrícola, datos que equivalen al 7 % del Producto Interno Bruto (PIB) regional.

UNIÓN COMO FORTALEZA

Una circulación cada vez más efectiva del comercio intrarregional también apuntalaría este autoabastecimiento, algo que permitiría -en teoría- bajar los costos de los productos.

“Centroamérica ha generado un espacio con un marco normativo comercial propicio para fomentar las exportaciones. En el comercio intrarregional entre los países miembros de la SIECA, funciona una zona de libre comercio que cubre el 99 % de la producción regional. Dentro del régimen común que se aplica a Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras, el libre comercio es casi total, salvo excepciones puntuales como el café sin tostar y el azúcar de caña que están sujetos a pagos arancelarios y controles de importación”, indicó el especialista de la FAO.

Agregó que además Guatemala, Honduras y El Salvador han iniciado un proceso de integración profundo, el cual está impulsando la facilitación del comercio, con mejoras en los pasos fronterizos, las aduanas, las plataformas informáticas y marcos normativos comunes. Todo esto promueve un mayor comercio, dijo.

“Con el resto del mundo, la región SICA tiene una red de acuerdos comerciales muy importantes, los cuales han generado oportunidades comerciales en mercados como la Unión Europea, Estados Unidos, Asia y algunos países de América del Sur”, puntualizó Sanches Peraci.

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