Por estrategiaynegocios.net
El Índice global de crimen organizado, que utiliza datos de 2022, señala que las Américas son el tercer continente más afectado por el crimen organizado. Esta nueva edición indica un aumento significativo en los niveles de criminalidad en las Américas, que afecta a todas las regiones del continente desde 2020.
La segunda edición del Índice incluye datos del 2022 sobre criminalidad y resiliencia frente al crimen organizado para los 193 países miembros de la ONU y muestra cómo el crimen organizado y la resiliencia han cambiado en los últimos dos años en los 35 países de las Américas. Las regiones del continente, figuran consistentemente entre las tres primeras posiciones a nivel global para 11 delos 15 mercados criminales que mide el Índice.
A nivel regional, se identificó que Centroamérica tiene el puntaje promedio de criminalidad más alto (6,28), seguida de América del Sur (5,94). Además, el itsmo ocupó la primera posición a nivel mundial en extorsión y crimen organizado de protección, con una puntuación de 6,38 y el tercer lugar en delitos contra la flora y la fauna, con puntuaciones promedio de 5,88 (+0,13) y 6,13 (+0,25) para estos mercados, respectivamente.
Además de los tipos de crimen, el Índice global de crimen organizado también mide la presencia e influencia de diferentes tipos de actores criminales alrededor del mundo. Todos los mercados y actores criminales presentes en las Américas, están presentes en varios países, destacando el alcance de estos mercados y la importancia del continente para el comercio ilícito mundial.
Dentro de las Américas, el mercado de la cocaína tiene mayor prevalencia en América del Sur, que tiene una puntuación regional de 8,29 (+0,46); le siguen Centroamérica, con un puntaje de 7,81 (+0,37), y el Caribe, con un puntaje de 6,77 (+0,15).
Según el índice, el top de Latinoamérica está Colombia, (con un puntaje de 7.75), México (7.57) y Paraguay (7.52). De los países de Centroamérica, Honduras (7.05) está en el puesto 5, seguido de Panamá, (6.98), Guatemala (6.60) en el 9, El Salvador (6.02) en el 13, Nicaragua (5.72) en el puesto 15 y Costa Rica (5.43) en la casilla 17.
El Índice muestra cómo los grandes cambios políticos y las dificultades económicas alimentan directamente a las dinámicas del crimen organizado conforme los grupos criminales se aprovechan de la inestabilidad, la vulnerabilidad y la escasez de productos básicos.
"Países de todo el mundo se han visto obligados a lidiar con una nueva realidad en la que el crimen organizado no ha dado señales de detener su avance. Al contrario, los grupos criminales se han adaptado con rapidez y aprovechado nuevas oportunidades", señala Mark Shaw, director de GI-TOC.
El Índice profundiza sobre cómo la criminalidad reacciona y se adapta a su entorno y, lo que es más importante, dónde se han dado respuestas exitosas y dónde no han sido suficientes.GI-TOC hace un llamado a las personas interesadas en mitigar el daño causado por el crimen organizado a utilizarlos datos presentados en este informe como una herramienta para el cambio
