Claves del día

La deuda de EE.UU. estalló; ¿por qué a nadie le importa?

En menos de 20 años se ha duplicado, al pasar de 33% del PIB a 78%.

2018-08-19

Por Robert E. Rubin / The Washington Post

En un panel que moderé recientemente en Nueva York sobre la perspectiva de la deuda de Estados Unidos, alguien me formuló una simple pregunta: ¿Y qué?

Nuestra relación deuda-PIB se ha duplicado en menos de 20 años, de 33% en el 2000 ha pasado a 78% de hoy, y está en camino de alcanzar casi 100% en 10 años. Entonces, ¿por qué preocuparse ahora?

Es necesaria la creación de una narrativa que persuada al amplio público estadounidense de que su bienestar económico depende de que nuestra casa fiscal esté en orden. Y eso, con suerte, impulsará a los funcionarios electos y a los candidatos a cambiar sus enfoques en materia fiscal.

A pesar del aumento de la deuda, las tasas de interés se han mantenido bajas y no se ha producido una crisis fiscal.

Esto se debe a que la demanda privada de inversión empresarial ha sido lenta durante el periodo de recuperación también lento, y la Reserva Federal ha proporcionado liquidez a través de su política monetaria no convencional.

Los mercados financieros a menudo ignoran las condiciones fiscales insostenibles durante un tiempo prolongado. Nuestra capacidad de pedir prestado en nuestra propia moneda no elimina estos riesgos.

La confianza empresarial no se ha visto afectada porque las empresas a menudo ignoran las condiciones fiscales insostenibles durante un largo periodo antes de perder la confianza.

La crisis financiera europea que comenzó a principios del 2010 muestra cómo los mercados pueden ignorar las condiciones poco sólidas durante mucho tiempo, hasta que deben dejar de hacerlo.

Durante muchos años, los bonos soberanos griegos se negociaron a prácticamente los mismos rendimientos que sus contrapartes alemanas, lo que no tenía sentido. Luego, cuando los mercados de bonos repentinamente se enfocaron en los problemas fiscales que asolaban a Grecia, las tasas de interés cayeron en una espiral de crisis.

Dos principios de larga data de nuestros principales partidos políticos impiden nuestra capacidad para restablecer condiciones fiscales sanas. Los republicanos creen que los bajos impuestos son la clave del crecimiento, y los demócratas creen que mantener los derechos es necesario para proteger a nuestra gente.

Pero no siempre lo que ha servido en el pasado resolverá las claves de nuestro futuro.

Por eso es importante que recapacitemos sobre lo que podría provocar tener una deuda equivalente a 100% de nuestro PIB. ¿Será sostenible?

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