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Guatemala gana oro por su cacao en el extranjero junto a finca centenaria

Una finca de Guatemala fue reconocida por la calidad de su cacao y está entre los mejores del mundo.

2022-02-12

Por Prensa Libre

La Finca La Cruz está ubicada en el km 169 en Cuyotenango, Suchitepéquez. Casi tres horas de camino son necesarias para llegar desde la capital a este santuario del cacao.

Allí se produce cacao fino para exportación, el cual ganó en diciembre pasado la medalla de oro en la final mundial del concurso internacional Cocoa of Excellence Awards (Cacao de Excelencia), organizado por Bioversity International y CIAT. Esto coloca a Guatemala en un sitial privilegiado entre los mejores de la región centroamericana y del Caribe. La premiación que tuvo lugar en Roma, Italia, se transmitió de forma virtual.

El proceso comenzó en el 2020 y cada país organizó con diferentes entidades las muestras que se llevarían al concurso. En Guatemala participó el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) y la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), entre otros. De 27 muestras provenientes de las regiones productoras de cacao en el país, cinco fueron las elegidas, que era la cuota para Guatemala.

De estas solo la muestra de la Finca La Cruz estuvo entre las 50 mejores a nivel mundial, donde participaron 250 muestras de los países productores: áfrica, Oceania, Asia, Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. Luego esas muestras fueron procesadas para crear chocolates y salieron 20 destacadas con oro donde Guatemala sobresalió, dijo María Elena Valenzuela de Schellenberg, quien representa a la finca. "Este reconocimiento es un trabajo de los últimos años, así como el esfuerzo y pasión en cada cosecha", expresó. "Siempre hemos estado sumamente comprometidos con el cacao y con producir calidad. El premio nos compromete más, porque de aquí en adelante no puede dejar de ser lo que es y reconocemos que el personal y los colaboradores en la finca saben que son parte vital de este proceso. Con este premio volvemos a poner a esta finca como ganadora de premios, al igual que lo hicieron nuestros antepasados, que transformaron este lugar en un sitio emblemático por su producción de calidad y excelencia", puntualizó.

Guatemala ha participado en las ediciones 2015, 2017 y 2019 de esta competencia internacional.

Las exportaciones de cacao especial de Guatemala representaron para la temporada 2020 un estimado de 196 toneladas métricas, por un valor FOB (mercancias puestas en embarque) de US$851.500 para el país (cerca de Q6 millones).

El cacao es la materia prima que se utiliza para fabricar chocolates finos en el mundo y este concurso permite que se dé a conocer, en especial, el trabajo de los pequeños productores.

Pero, ¿qué hace que este cacao sea tan especial?

A nivel histórico, el Museo Popol Vuh explica que entre los mayas y aztecas el chocolate era una bebida prestigiosa, de élite, reservada a la realeza, la nobleza, los mercaderes de larga distancia y los guerreros de alto rango. Hacia el año 450 d. C. se empezaron a colocar vasos magníficos con bebidas de chocolate, en las tumbas de los reyes mayas.

Estos vasos presentan textos jeroglíficos en los cuales se describe el sabor particular del chocolate. De hecho, casi todos los vasos cilíndricos pintados o elaborados para los entierros mayas clásicos eran recipientes para esta bebida. Además de su función como ofrenda funeraria, los documentos etnohistóricos y la etnología dan cuenta que entre los mayas prehispánicos y ya en tiempos de la Colonia se servía chocolate durante la negociación y celebración de matrimonios.

Desde el ingreso a las instalaciones se percibe la sensación de retroceder una centuria, con su campanario que antes daba las horas de entrada, comida y descanso de los trabajadores, ubicado en lo alto de una construcción de madera que ha mantenido su esencia.

La oficina de antaño donde se pagaba a los trabajadores y el área de la despensa donde se les vendía productos básicos ya no existe, pero sí el espacio donde se dieron estos movimientos. El clima de la región se mantiene entre 20 y 30 grados centígrados y es el ideal para que florezca el cacao.

Esta finca agroforestal ha pertenecido a la familia Valenzuela desde finales del siglo XIX.
En la finca se cultivan alrededor de 25 hectáreas de cacao. Algunos árboles tienen 60 o más años de antigüedad y todavía dan frutos. La finca es una mezcla de bosques originales con una colección de diversos árboles frutales, además del cacao. Un espacio natural con abundante fauna y flora de la región.

Entre sus bosques productivos se encuentran árboles de cacao viejos y jóvenes, algunos con orquideas creciendo de sus ramas que, según los expertos, ayudan a magnificar las notas florales de las semillas de esta finca.

María Elena Valenzuela de Schellenberg comenta que en estos años se ha buscado rescatar la finca y trascender para dejar una huella en el mundo del cacao en la Costa Sur. "Lo heredamos de los mayas y existe un gran movimiento de restauración y de dar auge al cultivo", el cual necesita dedicación. Reconoce que la agricultura tiene un gran reto porque se depende de la naturaleza y el clima juega un papel determinante. Las inundaciones, por ejemplo, pueden dañar el desarrollo del fruto, así como la falta de lluvia.

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