Claves del día

Fiestas de fin de año en el trabajo ¡Mucho cuidado!

Tomar demasiados tragos, bailar muy eufóricamente e incluso terminar a los besos con el jefe: más de uno pasó un papelón en la fiesta de fin de año del trabajo.

2016-12-06

Por: DPA

Sin embargo, a no entrar en pánico: aun cuando haya cruzado la delgada línea que separa el decoro del papelón, hay algunos trucos para superarlo:

Conquistar la pista de baile

Muchas fiestas del trabajo terminan con un segmento de baile. Mientras algunos colegas se quedan al borde de la pista tímidos y expectantes, otros se lanzan a conquistar la pista. ¿Dónde sino emular el moonwalk de Michael Jackson o los movimientos de cadera de Shakira? Sin embargo, lo que se ve bien en los videos musicales no necesariamente es lo más adecuado para la fiesta de fin de año. Si siente que hizo un papelón en la pista, no hace falta disculparse al otro día con todos. Salvo que uno no se haya 'quemado' solo, sino que haya además incomodado a alguien. Por lo demás, deberá soportar estoicamente ser la comidilla de los demás al otro día.

Beber de más

Una de las constantes en las fiestas de fin de año es el alcohol. Un poquito de cava durante la recepción, unos vasos de vino en la cena y luego un trago para digerir. Si uno se pasa con el alcohol, lo más probable es que haga algún tipo de papelón. Si se excede con el alcohol, lo mejor que puede hacer es ir a casa y evitar mayores escándalos. Si al otro día nota que es tema de conversación de los demás, lo mejor es aclarar que fue un desliz y que no volverá a repetirse para no quedar en el recuerdo como el 'borrachín' de la empresa.

Ser pillado criticando

El alcohol no sólo reduce las inhibiciones, sino que afloja la lengua. Por eso, no es raro que uno esté criticando al jefe o burlándose de un colega para descubrir, poco después, que estaba de pie detrás de uno. Cambiar de tema rápidamente no sirve de mucho. Lo mejor es encarar la cuestión de entrada y hacerse cargo de la situación en ese mismo momento, y no al día siguiente.

Terminar a los besos con el jefe

Un beso no significa necesariamente que nació un gran amor, y menos en una fiesta de fin de año. Pero si cede a la tentación, el día siguiente en la oficina puede ser especialmente difícil, sobre todo si uno se enredó con el jefe. En estos casos, lo mejor es actuar al día siguiente como si nada. Y esperar a ver cuál es la reacción del jefe.

Convertirse en una máquina de tutear

Pérez de márketing, Grindetti de contaduría: las fiestas de fin de año son una buena oportunidad de conocer mejor a las personas con las que en general no se tiene mucha relación. Incluso representan una chance de hablar de forma más relajada con el jefe. Pero hay que tener cuidado con no sentirse demasiado cómodo y terminar tuteando a colegas que deberían ser tratados de usted. Si se le escapó un 'tú' y nota incomodidad en su interlocutor, pase rápido de nuevo al 'usted'. En cuanto al jefe, debe ser él quien ofrezca tratarse de 'tú', y no al revés.

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