Por Leonel Ibarra - estrategiaynegocios.net
S&P Global Ratings revisó la perspectiva de las calificaciones de largo plazo de Honduras a estable de negativa. Asimismo, confirma las calificaciones soberanas de largo y corto plazo de 'BB de 'B', respectivamente, de Honduras.
La perspectiva estable incorpora la expectativa de un crecimiento moderado del Producto Interno Bruto (PIB), un buen acceso continuo al financiamiento oficial y una política fiscal que contribuya a una carga estable de la deuda neta del gobierno general durante los próximos dos años.
Estiman el déficit fiscal del gobierno general en torno a 2.4 % del PIB en 2023 y niveles de deuda estables en los próximos dos años.
"A pesar de la polarización política y la división del Congreso, esperamos que el gobierno continúe avanzando gradualmente hacia el fortalecimiento de las finanzas públicas", señala la agencia en su reporte.
Proyecta que la deuda neta del gobierno general se estabilizará alrededor de 46.8 % del PIB durante 2023-2026, por debajo de la estimación promedio anterior de casi 50 % del PIB.
Sin embargo, también advierte que podría bajar las calificaciones en los siguientes seis a 18 meses si eventos adversos aumentan los desequilibrios fiscales y externos más allá de nuestras expectativas. Además, acontecimientos políticos negativos en el país podrían potencialmente deprimir el crecimiento del PIB y la confianza de los inversionistas, lo que daría lugar a una baja de las calificaciones.
La agencia espera que el crecimiento del PIB se desacelere a un crecimiento de 3 % en 2023 y de 3.6 % posteriormente.
La perspectiva de crecimiento está ligada al crecimiento del PIB en EstadosUnidos, el destino de 40 % de las exportaciones hondureñas y el principal origen de las remesas, que representaron 27.5 % del PIB el año pasado. En 2022 y 2021, Honduras registró una sólida recuperación con un crecimiento de 4.0 % y 12.5 %, respectivamente, con lo que superó los niveles previos a la pandemia, respaldado por fuertes remesas y la demanda externa. Honduras está altamente expuesto y vulnerable a eventos climáticos extremos.
En este sentido, el gobierno ha expresado interés en el financiamiento del FMI en el marco del Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad (RSF, por sus siglas en inglés), que podría considerarse en revisiones posteriores del programa del FMI.
