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Mark Esposito: muchas empresas tienen una relación con el futuro problemática o fatalista y hay que cambiarlo

Este especialista está acostumbrado a hablar del futuro, de tendencias relacionadas con el mundo del trabajo y de sostenibilidad.

2023-07-18

Por Daniel Zueras - Revista Estrategia & Negocios

Su palabra es escuchada y respetada al tratar temas como la Cuarta Revolución Industrial, la Sostenibilidad o la Inteligencia Artificial (IA), e incide en las oportunidades que tienen las empresas -asociados a estos aspectos- en un mundo en constante cambio como el que vivimos.

La visión futurista y cosmopolita de este suizo debe venir marcada por una crianza entre Italia, Estados Unidos y Canadá. Profesor de Harvard, asesor del Foro Económico Mundial y cofundador de Nexus TechFrontier -empresa dedicada al escalado de IA, que ayuda a las empresas a ser más eficientes y competitivas-, también fue destacado por Thinkers 50, en 2016, como uno de los 30 pensadores empresariales en ascenso más prominentes del mundo.

Ha creado un marco con cinco megatendencias para que las empresas conozcan mejor el mundo, DRIVE (Demografía, Recursos, Inequidad, Volatilidad, Empresas y su dinámica) que está diseñado para ayudar a organizaciones y gobiernos a navegar a través del complejo mundo actual, observando algunas de las principales trayectorias de los eventos socioeconómicos y su impacto futuro.

Marketing sostenible, una estrategia para que las marcas creen valor

Esposito habló con E&N en Costa Rica, donde estuvo dando una conferencia el pasado mes de junio.

¿Hay que asentar el futuro de las empresas en la transformación tecnológica y la sostenibilidad?

Seguro. Lo que pasa es que históricamente nos hemos enfocado en una o en la otra imaginándonos que eran dos transformaciones separadas que necesitaban esfuerzos también separados. Hoy, entendemos que la tecnología son medios de aceleración, de transformación, no solamente tecnológicos, sino que también de lo que son los objetivos de sostenibilidad.

¿Repensar la economía es algo que está ocurriendo?

Yo creo que, a nivel ideológico, sí. Hay mucha más conversación hoy acerca del deseo de poder tener una nueva narrativa de crecimiento, que no sea más un crecimiento lineal y exponencial. También estamos más conscientes de lo que son las fronteras planetarias, sabemos que somos un sistema finito que no permite un sistema exponencial.

Estamos muy expuestos a ese tipo de ideología. A nivel de heurística, de práctica, es mucho más difícil poderlo implementar porque tenemos muchísimo tiempo de estar acostumbrados a una forma de crecer que es muy financiera.

Necesitamos una forma de transformación que sea una multitud de medidas, no solamente financiera y creo que, con el tiempo, algunos países más pequeños -que al principio empezaban con menos recursos- tienen el interés de poder demostrar que pueden competir a nivel global. Pero no en la misma forma de cómo hemos competido en el pasado, con los grandes números de los grandes países, que hacían un Producto Interno Bruto que era proporcional al tamaño.

Y creo que hay un deseo casi común, a nivel global, de una economía que pueda funcionar para más personas. Hoy vivimos un problema de una inequidad estructural muy fuerte.

Habla usted del DRIVE, de esas cinco megatendencias.¿Cuáles deben de observar más atentamente las empresas centroamericanas, o estas tienen que ir ineludiblemente unidas?

En Centroamérica el problema demográfico se siente menos, por el momento. Lo que pasa es que el problema de inequidad es muy importante. La transformación tecnológica se está produciendo como un valor que la gente no está discutiendo. Pero no vamos a transformar esa digitalización en igualdad.

¿Cuáles son las características de las empresas con propósito?

Hay un problema: muchas veces imaginamos que la tecnología sí es suficiente para arreglar algunos de los problemas que históricamente hemos tenido antes.

Con el DRIVE, tenemos la I de inequidad, que es muy importante, porque vivimos un mundo donde entre lo que tienes y lo que no tienes se está poniendo mucho más crítico.

La R (escasez de recursos) y la I serían las dos medidas de megatendencia más importantes en el contexto de Centroamérica.

¿Las empresas fallan a la hora de convertir esto en estrategia?

Lo que ocurre es que muchas veces piensan que la proposición de la tecnología debe de ser universal, que simplemente porque ha funcionado en el mundo analógico, puede funcionar también en el mundo tecnológico.

Pero la tecnología no tiene el mismo concepto de confianza que hay en los sistemas físicos, así que tenemos que imaginarnos una conversión en lo que son la adaptación del concepto tecnológico y sistemas sociales.

Cuando esto pasa, podemos imaginarnos evitar los errores -que pasa mucho con los algoritmos-de digitalizar la desigualdad, que es lo que sucede con muchísimos algoritmos de inteligencia artificial.

¿Centroamérica está muy atrasada en Innovación Social?

Por el momento todavía es una es una región consumidora. Consumidores de servicios, no necesariamente de creación de servicio. El costo de la innovación en Centroamérica es muy alto, no tenemos empresas locales de tecnología, hay que importar mucha.

Y también hay limitación de países que son físicamente pequeños en el contexto. Hay un problema estructural que no permite a la región poder ser una innovation powerhouse.

En el momento en el que los empresarios se vayan a reposicionar más en la región, haya una política fiscal y monetaria que ayude al movimiento de los fondos para que sea más abierto a la inversión extranjera y haya una política de aceptación de la criptomonedas, entonces, un número de inversionistas podría mudarse a esta región.

¿Las empresas de América Latina todavía miran demasiado al pasado, están demasiado pendientes de sus cuentas de resultados?

Hay un problema psicológico de que la información del pasado determina la percepción del futuro, es un problema de ilusión de control. Necesitamos una cultura que vaya a apreciar mucho más la creación del futuro como no determinístico del pasado.

Muchas empresas tienen una relación con el futuro que es problemática, en ocasiones fatalista y creo que es lo que tenemos que cambiar, es también un problema de cultura.

Inteligencia Artificial: Una necesaria regulación

Mark Esposito cree necesario “protegernos de la poca comprensión que tenemos de una tecnología que va mucho más rápido de los sistemas legales”, así como están reguladas otras industrias. “Hay que proteger algunas estructuras sociales”, apunta.

“Hoy mismo es un territorio salvaje, no hay reglas”. El otro gran problema es la infodemia, “información, muchas veces distópica, del posible impacto en el trabajo” y asegura que deberíamos imaginarnos la integración de la IA en los contextos de trabajo “para ampliar el perfil de los empleados, no para reemplazarlos”.

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