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¡Estamos agotados! y las videollamadas tienen parte de la culpa

Un equipo de investigación interdisciplinario logró proporcionar pruebas neurofisiológicas de que la fatiga de Zoom es real.

2023-11-27

Por revistaeyn.com

Muchos de los trabajadores remotos dicen estar fatigados, pese a que están “trabajando menos”... pueda que entonces lo que tenga es una fatiga por culpa de Zoom u otras aplicaciones de videollamadas.

Escuelas, empresas e instituciones públicas de todo el mundo celebraban en Zoom las reuniones que antes hacían en persona y, a las pocas semanas de instaurarse este comportamiento global, ya comenzó a hablarse de “fatiga de Zoom” para describir el agotamiento que muchas personas sentían tras una jornada llena de encuentros a través de la pantalla.

Rápidamente surgieron teorías sobre por qué la interacción virtual era más agotadora que la presencial (contacto visual más intenso, la presión de ver la propia imagen, el esfuerzo de comunicarse sin el componente no verbal...), pero la existencia del fenómeno sólo se había investigado mediante encuestas y autoevaluaciones por parte de los usuarios.

Ahora, un equipo de investigación interdisciplinario dirigido por René Riedl, de la Universidad de Ciencias Aplicadas Upper Austria, y Gernot Müller-Putz, de la Universidad Tecnológica de Graz, ha logrado proporcionar pruebas neurofisiológicas de que la fatiga de Zoom es real.

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LOS RESULTADOS

Según el estudio que han publicado en Scientific Reports , midieron a través de electroencefalogramas y electrocardiogramas, así como mediante cuestionarios, los parámetros de fatiga de personas que participaron en una conferencia universitaria de 50 minutos de forma presencial, en una sala de actos tradicional, y también online a través de videoconferencia. Esto les permitió registrar y comparar parámetros fisiológicos objetivos y percepciones subjetivas habiendo recibido exactamente el mismo contenido.

El cuestionario reveló que los participantes se sintieron significativamente más cansados, somnolientos y hartos en comparación con la participación en la sesión cara a cara; también se sentían menos animados, felices y activos.

“Nuestros resultados sugieren que el uso de videoconferencias puede ocasionar costos cognitivos que las personas y las organizaciones no deberían ignorar”, dicen los autores.

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¿CÓMO EVITARLA?

Algunos experimentos realizados en los últimos años sugieren que apagar la cámara mientras no es imprescindible su uso puede reducir significativamente los niveles de fatiga.

Otro trabajo sobre este tema concluyó que estar de pie y caminar durante las reuniones virtuales favorece el pensamiento creativo

A principios de 2021, Jeremy Bailenson, fundador del Laboratorio Virtual de Interacción Humana de la universidad Stanford y uno de los primeros en analizar el fenómeno de la fatiga Zoom, ya propuso algunas soluciones “paliativas”: reducir el tamaño de la pantalla y usar un teclado independiente para ampliar el espacio entre el espectador y la pantalla; deshabilitar la cámara para no ver la propia imagen en la pantalla o tomarse descansos apagando de vez en cuando la cámara y usando solo el audio para evitar la presión de estar siendo observados y que el cuerpo se relaje un tiempo.

Con información de Lavanguardia

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