Empresas & Management

El explosivo negocio de la ropa usada en Centroamérica

La venta de 'Ropa Americana' dejó de verse solo como una opción de segunda mano y se ha convertido en un importante negocio que abrazan con fuerza Millennials y los miembros de la Generación Z.

2023-10-19

Por Gabriela Melara - estrategiaynegocios.net

La compra y venta de ropa de segunda mano tomó empuje en Centroamérica en la década de 1990, cuando comenzaron a proliferar los incipientes negocios de “Ropa Americana”, su modesto origen se remonta a las calles y mercados populares donde un bulto de ropa importada (conocido en varios lugares como “paca”) comenzó a hacerse un espacio.

En un inicio estos negocios callejeros eran incluso mal vistos, muchos no estaban interesados en adquirir “ropa vieja”, otros tenían pena de hacer esas comprase incluso les limitaba el miedo de probarse ropa en estos puestos informales.

En poco más de un cuarto de siglo el panorama es completamente distinto. El negocio mutó, permitiendo el surgimiento y crecimiento de cadenas especializadas y, con el auge de las redes sociales, hay incluso influencers que muestran cómo hacer un conjunto desde los almacenes de ropa usada en sus cuentas en Instagram o Tik Tok.

Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua importaron US$432,1 M de ropa de segunda mano en 2021

UN NEGOCIO DE MILLONES

De hecho, el término de ropa de segunda mano es la base de un imparable negocio que crece en dos vías: usando el esquema con el que nació –a partir de las importaciones de ropa usada desde Estados Unidos o Canadá- y de nuevas generaciones que han decidido encontrar un nuevo dueño a sus prendas.

Según un estudio elaborado por Garson & Shaw, uno de los principales exportadores de prendas usadas con sede en Estados Unidos, cada año, el rubro –a escala global-mueve entre US$1.500 millones y US$3.400 millones.

Para tener una idea del impacto, en conjunto, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, pasaron de importar US$274 millones en 2011 a US$432,1 millones en 2021 y no hay señales de que la tendencia cambie.

FACTOR PRECIO

El factor precio es clave para este modelo de negocios que mueve millones cada día. La especialización en la ropa de segunda mano dio paso al nacimiento de grandes cadenas como la guatemalteca Megapaca, que emplea a más de 6.000 colaboradores de manera directa.

La empresa guatemalteca se construyó literalmente a partir de los fardos o pacas de ropa que comercia desde hace 21 años y es todo un fenómeno de consumo tanto para Guatemala, como para Honduras y El Salvador, donde también tiene presencia, una huella que le permite operar 115 establecimientos, los que toman matices de tiendas por departamento y que son alimentados por una impresionante cadena de logística propia.

“Nuestros clientes aman a Megapaca porque les soluciona la vida y la de sus familias”, explica Mario Peña, director de Megapaca para Centroamérica. El ejecutivo remarcó al precio como columna vertebral del crecimiento de la marca y de la conquista de clientes.

La evolución del sector requirió de nuevas inversiones que incluyen la búsqueda de ubicaciones estratégicas y de mecanismos de selección, catalogación y distribución de las prendas que aplican jugadores del rubro donde compite Megapaca.

La cadena guatemalteca innovó brindando servicios a sus clientes como estacionamiento y pago con tarjeta de crédito o débito.

“La ropa ya procesada en nuestro centro logístico -que tiene 23.000 metros cuadrados de construcción- es enviada en nuestro propio transporte a las 115 tiendas delos tres países, las cuales representan más de 180.000 mts2 de sala de ventas.”, destacó Peña. Sus palabras permiten tener una dimensión del negocio.

Solamente en 2022 Megapaca importó 84 millones de libras en 2.650 contenedores, en donde consolidan ropa, zapatos, juguetes, bicicletas y otros accesorios que luego son revendidos en los anaqueles de la cadena.

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UN FORMATO QUE GANA CONSUMIDORES

En la región, el formato gana consumidores y miles de hombres y mujeres que literalmente “aman” las compras en las tiendas de segunda mano y diariamente visitan las tiendas. “Salen bonitas cosas, a muy buen precio. Nos gusta venir en familia. Y, lo mejor que es bueno, bonito y barato”, dijo Sofía Rivera, asidua a las compras entiendas de segunda mano.

Esto lo reafirmó Ángela Carranza, empleada del sector logístico en El Salvador y madre de dos hijos. “Con US$20 puedo comprar hasta cuatro prendas para mis hijos y eso es beneficioso”, dijo la mujer de 32 años.

Igualmente, permite hacer compras que -en El Salvador- se sintetizan, en una palabra: “la cachada”, término coloquial para grandes ofertas.

Eduardo Amaya, un oficinista de 35 años, pudo comprar un abrigo que necesitaba para un viaje de trabajo a Norteamérica, pero también valora que se pueden conseguirlos accesorios necesarios para el gimnasio o una fiesta temática.

A LOS MILLENNIALS Y Z LES GUSTA RECICLAR

A 25 años de la aparición del modelo, nuevas generaciones ven más natural la compra de segunda mano. Sigue pesando el precio, pero también se acuñan otros términos como sostenibilidad y circularidad.

Esta nueva mirada abre espacios para que no solo grandes cadenas vean oportunidades. En redes sociales como Instagram proliferan cuentas que, a pequeña escala, buscan dar una segunda vida a la ropa que alguien más no usará o que han seleccionado de las grandes tiendas de segunda mano.

Tres formas de vender lo que ya no se usa

Un informe de Consumer Trends 2022, elaborado por Samy Alliance, una compañía de marketing y comunicación, demuestra que el auge de la ropa de segunda mano es toda una realidad imparable, no solo en Europa y Estados Unidos, sino en todo el mundo.

Su peso va en aumento año tras año y este estudio vaticina que en 2030 el volumen de ventas de prendas usadas supondrá el doble que el vendido en las cadenas fast fashion que, en la actualidad, sigue con la corona. Y este auge llega por la generación Z, ya que en el informe se señala que ellos son los que tienen muy en cuenta los estándares éticos de las marcas antes de comprar.

Megapaca representó a la región en congreso anual SMART en Dubai

EL FIN DE LA ROPA QUE NO SE VENDE

Con los anaqueles llenos cada día, para muchos es un misterio saber ¿qué pasa con la ropa usada que no se vende en las tiendas de ropa usada? Una de las respuestas es esta: Pueda que termine en un colchón.

Al menos en el caso de Megapaca, esta empresa encontró un nuevo camino que no es el basurero. La firma guatemalteca tiene una empresa hermana llamada Novafiber, donde toda la ropa que no logra vender es recolectada y procesada.

DONATIVOS

Otras empresas enfocan sus esfuerzos en donar lo que no se vende. Diego Castro, cofundador de Vitrinnea, comentó que, si una prenda lleva ciertas semanas en la aplicación y no es vendida, esta se pone en rebaja y al final, si aun así no se vende esta se regresa a la persona o se entrega a una organización social.

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