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11 errores que las personas inteligentes no repiten

Todo el mundo comete errores, es inevitable. Hasta los genios fracasan y es gracias a dichos fracasos que logran avanzar y dar con el éxito.

2022-11-08

Por estrategiaynegocios.net

“Los errores siempre se perdonan si tienes la valentía de admitirlos”. Estas palabras, de Bruce Lee, son una genial apertura para este artículo sobre gente inteligente y personas que quizás no son tan sabias o cautas.

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Lo que diferencia una persona inteligente de alguien más normal no es el número de fracasos que comete, sino en cómo reacciona al cometer un error.

Aquí tiene un ejemplo de fracasos o equivocaciones que alguien perspicaz tratará de cortar de raíz:

1. Esperar un resultado haciendo lo mismo una y otra vez

Una persona instruida solo necesita sentir la decepción, la frustración o la desazón una sola vez para entender que debe virar de rumbo si quiere alcanzar los resultados deseados. Se atreverá a hacer algo nuevo, aunque eso le lleve a lugares incómodos.

2. Priorizar la gratificación instantánea

Una persona inteligente caerá una vez en la trampa de la gratificación instantánea, pero analizará que el placer cortoplacista solo dura eso, unos segundos, y aprenderá que la felicidad más duradera y pura se esconde detrás de semanas, meses e incluso años de esfuerzo, constancia y persistencia.

3. Pretender ser otra persona (normalmente para complacer a otros)

Un sabio probará ir en contra de sus valores o creencias hasta que sea detectado o sufra una crisis al contradecirse. Dejará para siempre esta táctica, porque habrá aprendido que remar a contracorriente de los demás da miedo porque a veces será rechazado, pero es mejor dejar de complacer a todos antes que sentir el sufrimiento de estar constantemente traicionándose a sí mismo.

4. Perder el foco

Una persona inteligente, cuando se encuentra por primera vez en esta situación, aprende rápido la lección: en realidad, ha perdido el foco. Ha olvidado su tarea a largo plazo, su horizonte final. No es fácil comprometerse a un solo objetivo y apostar 100% por él. No solo requiere inteligencia: hace falta sobre todo coraje para descartar opciones.

5. Hacer trampas

Las personas perspicaces solo harán trampa una vez. Una y no más. ¿Por qué? Porque descubrirán enseguida que, si no son ellas quienes hacen el trabajo duro, jamás aprenderán cómo hacerlo. Y, sin experiencia, no germinan las ideas, o no se acaba desarrollando el auténtico potencial de cada individuo.

6. Vivir sin un presupuesto

Muchas personas anhelan conseguir la libertad financiera, pero pocas entienden que, para ello, hay que crear un presupuesto y comprometerse a él. Además, una persona instruida acaba entendiendo que el presupuesto es un gran aliado. No solo ayuda a llegar bien a final de mes: te permite ahorrar más y más.

7. Dejarse engañar

Alguien perspicaz solo necesitará ser cruelmente engañado y/o traicionado una vez para no volver a dejarse embaucar nunca más. Porque aprende las graves consecuencias de no cultivar el pensamiento crítico, de no contrastar lo que dicen los demás para averiguar si es verdad o no.

8. Ignorar los buenos consejos (o no saber detectarlos)

Una persona sabia solo se deja dominar por su ego una sola vez. Cuando descubre que está bloqueada o que ha cometido un grave error por no hacer caso a sus mentores, literales o espirituales, se detiene, da unos pasos hacia atrás e investiga a los gigantes del pasado. Los escala para llegar a su altura y construye su camino gracias a ellos.

9. Regodearse en el victimismo

Una persona inteligente no tardará en descubrir que quejarse es una excusa más para no atreverse a admitir un fracaso o un problema que podría encarar de otra manera. Además, los sabios aprenden una cosa más al respecto: si deciden jugar a ser la víctima, están dando poder a los demás, un poder que habría sido necesario para cumplir objetivos.

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10. Culpar a los demás de sus propios errores

Aceptar que se ha equivocado, y que es responsable de dicho error, no es divertido ni agradable. Pero, si quiere triunfar, esta aceptación es imprescindible. Desbloquea alternativas, mejoras, nuevas posibilidades. Y la buena noticia es que cada vez duele menos admitirlo.

11. Intentar cambiar a los demás

Alguien sabio enseguida entiende la verdad: la única persona que puedes cambiar es usted mismo. Así que, lejos de invertir esfuerzo en intentar cambiar a otros, la persona inteligente se esfuerza por descubrir cómo dar un paso cada día hacia su mejor versión.

Con información de Business Insider

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