Después de tres meses de vigilancia y búsqueda de información en el departamento de Olancho, llevaron a un equipo de inteligencia del Ejército hasta lo alto de una montaña en Esquípulas del Norte, donde encontraron el primer cultivo de plantas de coca en Honduras.
El hallazgo se dio el 29 de abril de este año y se trató de cuatro hectáreas, adonde se encontraron sembradas 10.000 plantas, además de un vivero con 1.200 plántulas para seguir ampliando el cultivo.
La plantación estaba en una pradera solitaria, donde para acceder, el equipo de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (Fusina) tuvo que caminar 10 kilómetros desde el poblado más cercano.
Las plantas de coca se relacionan con suelos de humus y arcilla, ricos en hierro y ubicados en zonas rodeadas de montañas, donde se mantiene alto el nivel de humedad y llueve con frecuencia y este era un sitio con esas características, ideal para cultivar de planta.
Raúl Pineda Alvarado, analista, econsidera que frente a este fenómeno la estrategia antidrogas debe ser modificada. "La existencia de cultivos indica que hay laboratorios. Honduras debe identificar los sitios. El país debe prepararse también para una lucha de carácter ecológico, porque paralelo al cultivo está el descombro" dijo Pineda.
Los grupos de narcotraficantes han buscado en el país lugares aislados, de difícil acceso porque es muy difícil disimular el cultivo.
"Es difícil mantener de forma clandestina las parcelas de cultivos o los laboratorios, el olor que generan es detectable a varios kilómetros de distancia, solo funcionan esos cultivos en lugares donde no hay vigilancia", señaló el analista.
En 2014, una plantación de cultivo de amapola fue detectada en una montaña de La Iguala, en Lempira. En la operación fue capturado un mexicano y un hondureño.
Los agentes de Inteligencia del Ejército consideran que el hallazgo de la primera plantación de cocaína muestra que los esquemas de los grupos de narcotraficantes avanzan al explorar y cultivar la planta en Honduras.
"El replanteamiento de la forma de operar de estos grupos nos muestra que están innovado para abaratar los costos de transporte y esto debe ponernos en alerta porque significa un cambio de ruta y por lo tanto Guatemala y El Salvador deben estar atentos a lo que ocurre en sus territorios. Ante las presiones que se hacen por detener los ilícitos, los grupos buscan nuevas estrategias", dijo uno de los agentes que investigan el caso.
Con información de La Prensa.
