El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, dejará un país “a flote en materia fiscal” cuando entregue la banda presidencial el próximo 8 de mayo.
El mandatario no solo logró aprobar la ley de empleo público tras años de discusiones sobre el gasto estatal en remuneraciones, sino también que dos calificadoras de riesgo - Standard & Poor’s y Fitch Ratings, mejoraron la perspectiva de Costa Rica en las últimas semanas.
A ello, habría que agregarle que al término de su mandato se registró el mejor déficit financiero del gobierno central en cuatro años, a la vez que la recaudación subió un 17% y que la economía creció 7,6% del PIB al término del año pasado.
Por otra parte, la aplicación de la regla fiscal, que contiene el crecimiento del gasto público, también es un instrumento financiero a futuro que permitirá a los nuevos gobiernos evitar que la diferencia entre ingresos y gastos se dispare nuevamente.
“Si utilizamos la jerga médica podemos decir que Costa Rica es un paciente que está estable, pero que no está curado, ya que sigue existiendo un déficit de 5% y un nivel de endeudamiento alto, pero sin duda alguna, la reforma fiscal aprobada está dando un respiro al país que no se puede negar”, dijo Fernando Rodríguez, economista de la Universidad Nacional.
El viernes pasado (18.03.2022) el mandatario aseveró en su cuenta de Twitter que dejaba “la casa ordenada”, para referirse a las cifras fiscales, la ley de empleo público y las nuevas calificaciones de riesgo.
En el 2018 el déficit fiscal alcanzó 5,7% y para el 2021 terminó en un 5,01%, mientras que el crecimiento de la deuda no se disparó.
Esto, a pesar de la crisis sanitaria del COVID-19 que generó más presión sobre las arcas del Estado y al mismo tiempo, redujo la actividad económica y con ello el ingreso de recursos frescos a través de impuestos.
En ese sentido, las calificadoras de riesgo Standard & Poor’s y Fitch Ratings indicaron en días pasados, que la economía tica pasó de tener una perspectiva negativa a estable.
“Ambas, señalaron como logros el ajuste en los presupuestos públicos y la aprobación de la Ley Marco de Empleo Público, pero esperan que el proceso de ajuste se consolide cuando se despejen las dudas electorales. Siempre se hubiera podido hacer más, si Hacienda y Presidencia no perdieran el tiempo en el 2021, sin impulsar la agenda de reformas tributarias del acuerdo con el FMI, pero bueno la pandemia significócos un golpe significativo”, destacó José Luis Arce, economista y director de FCS Capital.
En ese sentido, la herencia del presidente Alvarado será positiva en cuanto a las arcas del Estado y estará en manos del próximo gobernante del país mantener la tendencia.
