"Todas las empresas dicen que su principal activo es el empleado, pero pocas lo hacen", apuntaba Ramiro Garcés, ex VP de Recursos Humanos para América Latina de Kimberly Clark.
Garcés explicó en San José (Costa Rica) que "con empleados comprometidos, lo imposible se convierte en posible".
Cuando Garcés llegó a KC, la compañía se encontraba estancada: "Al ver lo que pasaba, vi que había que hacer algo no solo en la estrategia de negocio, sino fundamentalmente en la estrategia de la gente".
Esta preocupación por el empleado ayuda a la empresa a ser mucho más competitiva.
Así, la multinacional comenzó a trabajar con GPTW. "Tomamos decisiones difíciles, tuvimos que cortar muchos líderes" que no se mostraron alineados con las nuevas directrices; pero desde ese momento los líderes de la empresa antepusieron el "nosotros" al "yo", lo que se notó significativamente después en la cuenta de resultados.
"La metodología de GPTW fue lo que nos ayudó a tener esa explosión de crecimiento". En 1999 KC Latinoamérica suponía para la compañía a nivel global US$1.000 millones en la cuenta de resultados. En 2013, y tras cambiar la estrategia de la gente ese número estaba en US$5.000 millones.
Para Garcés, GPTW es "parte de la estrategia del negocio, no solo un programa de Recursos Humanos", e incidió en que muchas compañías propensas a la innovación se encuentran cómodas con este esquema.
Los colaboradores son el corazón de la empresa. Por eso, las mejores empresas buscan personas apasionadas por la misión organizacional y constantemente están desarrollando habilidades técnicas y competencias culturales, así como habilidades gerenciales en los líderes.
