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Mundial de fútbol 2034, una pieza esencial en la modernización de Arabia Saudita

El asesinato del periodista Jamal Khashoggi por agentes sauditas en octubre de 2018 en Estambul había conducido a un aislamiento del reino por parte de diversos dirigentes occidentales.

2023-11-01

POR AFP

Ser el único país candidato a organizar el Mundial de fútbol de 2034 es todo un éxito para Arabia Saudita dentro de su plan de reestructuración de la economía y de remodelación de su reputación internacional, avanzaron este martes varios analistas tras el anuncio de la FIFA.

Oficialmente, el reino ultraconservador no ha sido todavía designado como sede del Mundial-2034, pero lo cierto es que existen pocas dudas. La FIFA ya ha comunicado que su candidatura es la única encima de la mesa.

El asesinato del periodista Jamal Khashoggi por agentes sauditas en octubre de 2018 en Estambul había conducido a un aislamiento del reino por parte de diversos dirigentes occidentales.

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Cinco años después, pese a que la cuestión de los Derechos Humanos sigue generando inquietudes, Arabia Saudita, con los planes del príncipe heredero Mohammed Ben Salman, está construyendo su reputación internacional mediante el deporte, subrayan los expertos consultados.

"Acoger el Mundial en 2034 marcará el apogeo del programa de transformación de Arabia Saudita en la era MBS [Mohammed Ben Salman], pasando de un estatus de paria internacional al de miembro fiable y legítimo de la comunidad mundial", afirmó a la AFP Simon Chadwick, profesor de Economía del Deporte y Geopolítica en la Skema Business School de París.

Han pasado 27 días entre el anuncio de la candidatura saudita, el 4 de octubre, y el comunicado de la FIFA señalando a Arabia Saudita como única aspirante para 2034. Ello corona un año marcado por fichajes futbolísticos espectaculares como los de Cristiano Ronaldo o Karim Benzema.

El país también ha invertido masivamente en otros deportes, como el golf o la Fórmula 1.

El pasado sábado tuvo lugar en Riad un combate de boxeo entre Tyson Fury, campeón mundial de los pesos pesados, y Francis Ngannou, estrella de las artes marciales mixtas, que ilustra a la perfección su nuevo posicionamiento en el ecosistema deportivo.

- "Beneficios en términos de imagen" -

Estos movimientos no son meras extravagancias sino que se inscriben dentro de un programa destinado a atraer a turistas e inversores, en un país profundamente conservador, que no se abrió a los visitantes no musulmanes hasta 2019.

Apuntando al Mundial-2034, un año después de que Catar, vecino y rival, acogiera el Mundial-2022, Arabia Saudita sigue adelante con varios de sus objetivos, subraya Simon Chadwick.

"Tendrá beneficios en términos de imagen, de reputación, de soft power y de valorización de la marca Arabia Saudita, igual que algunos beneficios económicos que Mohammed Ben Salman espera del deporte para su país", enumera este profesor.

Para ello tendrá que equipar al país de las infraestructuras necesarias para un evento de tal magnitud, con 48 equipos participantes, lo que supone un reto en lo referente a estadios y transportes.

"Actualmente, el país no es capaz de acoger este torneo. La red de transporte, por ejemplo, no es lo suficientemente buena y sus instalaciones no están globalmente adaptadas", señala Chadwick.

Antes de este Mundial-2034 deberían llevarse a cabo varios proyectos espectaculares, entre ellos NEOM, una futurista megaciudad repartida en 170 kilómetros por un coste de unos 500.000 millones de dólares.

Ese proyecto NEOM es la punta de lanza de la "Visión 2030", el ambicioso programa de Mohammed Ben Salman para diversificar la economía saudita y hacerla menos dependiente del petróleo.

En Riad, la capital, hay un nuevo aeropuerto internacional en construcción con el objetivo de poder competir con el de Dubái como principal plataforma regional del transporte aéreo. Las autoridades sauditas confían en tener 150 millones de visitantes cada año desde 2030.

- "Vigilancia intensa" -

"Implicarse tan fuertemente en el deporte, como los sauditas han hecho recientemente en el fútbol, el golf o los eSports y los videojuegos, es una manera de llegar a una audiencia masiva en todo el mundo y contar la historia de una Arabia Saudita que está cambiando", afirmó Kristian Ulrichsen, investigador asociado especialista en Oriente Medio en el Baker Institute.

Como le ocurrió a Catar con el Mundial-2022, Arabia Saudita se tendrá que enfrentar a acusaciones de 'sportwashing' [utilizar el deporte para lavar la imagen internacional].

El Mundial también pondrá a Arabia Saudita bajo la lupa en lo referente a su balance de Derechos Humanos, comenzando por sus leyes contra la homosexualidad, las desigualdades entre sexos y el uso de a pena de muerte. Arabia Saudita está entre los países que practican más penas capitales.

"La organización de estos megaeventos se acompaña de una vigilancia intensa, algo que no será diferente en el caso de Arabia Saudita", vaticina Simon Chadwick.

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