El Obispo Auxiliar de Roma, Matteo Zuppi (número 2 de la estructura vaticana), en entrevista exclusiva con Estrategia & Negocios, expresa que el Papa Juan Pablo II al igual que Benedicto XVI, consideraban que Monseñor Romero era un mártir de Dios. En este sentido, recuerda que en el año 2000, Monseñor Romero fue recordado como mártir en una ceremonia ecuménica celebrada en la Iglesia de los Mártires. Reconoce que hoy son todos a darse cuenta de la grandeza del alma de Monseñor Romero.
Matteo Zuppi, define como una gran alegría la beatificación de Romero. Muchos dicen que Romero representa a la Iglesia pobre, pero Matteo Zuppi no está de acuerdo. Para él, Monseñor Romero es toda la Iglesia, porque está cerca de aquellos que el Papa Francisco llama la periferia existencial. Según la actual cúpula católica, la lógica del consumismo y del mercado, excluye de una vida digna a muchas personas, demasiadas. Son precisamente esos individuos los que tienen que ser cuidados por la Iglesia.
Para Zuppi, Monseñor Romero era un verdadero pastor y hombre del Evangelio, que concretizó el espíritu del Consejo Vaticano II. Esto significa que no hay nadie que pueda comprometerse con el Evangelio, sin defender a los más pobres y la misericordia de la justicia.
P. ¿Qué significa para ustedes que el proceso de la beatificación de Romero se haya realizado?
R. Es una gran alegría porque finalmente después de tantos años, la figura de Monseñor Romero que es un hombre del Evangelio, un verdadero pastor, uno que concretizó el espíritu del Concilio Vaticano II es indicado con esta beatificación como un modelo. Esto significa, no solo para la Iglesia salvadoreña, sino para toda la Iglesia Latinoamericana, que no se puede vivir el Evangelio sin comprometerse con la defensa de los más pobres y con la misericordia de la justicia.
P. ¿Se podría decir que Monseñor Romero es el representante de la Iglesia pobre?
R. Representante de la Iglesia, porque es la Iglesia tiene que estar más cerca de aquellos que Papa Francisco define como los que están en la periferia. Las periferias de la pobreza, las periferias existenciales que el mundo con la lógica del consumismo y la lógica del mercado, pone fuera de la vida. Son estos que la Iglesia tiene que cuidar más porque son los hermanitos, los hermanos más pequeños de Jesús y Monseñor Romero lo que hacía era defender a los pobres.
P. ¿Qué significa que durante tanto tiempo este proceso ha estado bloqueado?
R. Significa que el miedo tal vez o una reconstrucción ideológica había deformado la figura de Monseñor Romero. Juan Pablo II y Papa Benedicto, siempre dijeron que Romero era un mártir. Tanto que en el año 2000 Romero fue recordado como mártir en aquella ceremonia ecuménica de los mártires del siglo pasado.
Papa Benedicto habló abiertamente y decía que Monseñor Romero es un mártir, faltaba esta posición clara y definitiva de la Iglesia. Yo creo que significa que las reconstrucciones ideológicas que deformaban la figura de Monseñor Romero, fueron vencidas y todos ahora se dan cuenta de la grandeza del alma de Monseñor Romero.
P. Precisamente en El Salvador se habla mucho sobre el hecho de que Monseñor Romero tenía una postura ideológica.
R. En todas las palabras que él dijo, siempre decía que no tomaba postura ideológica, al contrario. Defender a los pobres no es de una parte u otra, es del Evangelio. Todo su compromiso hace patente que él era un hombre de gran tradición de la Iglesia, no era totalmente diferente a una reconstrucción deformada de un lado u otro. Finalmente yo creo que esta beatificación nos hace ver la grandeza de este hombre, que es la grandeza de un siervo apasionado y lleno de sentimiento del Evangelio.
P. ¿Un mensaje para los salvadoreños?
R. Los salvadoreños tienen que estar orgullosos de este hijo de El Salvador y también vivir su espíritu comprometiéndose hacia los más pobres con una solidaridad que pueda ser un ejemplo. Que la herencia verdadera de Monseñor Romero pueda ser un ejemplo para todos los países y todos los pueblos.
