No corren buenos tiempos para las criptomonedas. Este jueves, el activo digital más popular de este mercado, el Bitcoin, se ha desplomado casi un 6 %, hasta los 26.755 dólares, lo que supone su nivel más bajo desde finales de diciembre de 2020. Pero este no es el único. Ayer (11.05.2022), Terra (UST), considerada como una moneda estable, prolongaba su caída y acumulaba un desplome de hasta el 70% en los últimos días. Este caso es especialmente llamativo porque hablamos de las ‘stable coin’, uno tipo de criptomonedas que tienen como objetivo la paridad con el dólar.
En este contexto, el valor de Terra ha llegado a bajar hasta los US$0,3. Una situación que está agravada por el hecho de la existencia de una elevada presión de venta que refleja la huida de los inversores. Un daño colateral de esta pérdida de valor es lo que le está pasando al activo Luna, que también ha sufrido una fuerte caída, superior al 90%, hasta prácticamente perder su valor.
Ambas ‘criptos’ están ligadas y los operadores utilizan un protocolo informático para controlar, regular y estabilizar los precios. Los inversionistas cambian y remplazan Terra y Luna en los momentos críticos para que no les afecte la inestabilidad. Sin embargo, este mecanismo ha perdido su efectividad en los últimos días.
Causas principales
Las intervenciones de la Fundación Luna, responsable de ambos ‘tokens’ y sobre la que ahora se dirige el foco, han sido las responsables de este desajuste. Su papel en el mercado de las criptomonedas ha sido clave, amasando millones de dólares en bitcoins para respaldar a Terra. Sin embargo, ahora buscan salir de este para tratar de salvar el precio de la ‘stable coin’. Su creador ya ha informado que “reconstruirá” el producto, modificará su mecanismo y captará más capital.
En lo relativo al Bitcoin, este activo se ha desplomado en un contexto en el que las políticas monetarias de los diferentes bancos centrales para combatir la alta inflación se han endurecido. Su pérdida de valor de casi un 6 %, hasta los US$26.755, como hemos mencionado anteriormente, supone una caída superior al 61 % desde que marcaran máximos históricos a finales del año 2021.
Efectos en las empresas
Los grandes inversores son otros de los afectados por este ‘criptocrash’. Entre los profesionales que habían decidido incorporar bitcoin en su tesorería están los de Tesla. La empresa automovilística propiedad de Elon Musk marcó un punto de inflexión por la relevancia de estas monedas digitales en la compañía. Sin embargo, su inversión ya vale US$140 millones menos. Actualmente, el valor de los activos digitales en manos de Tesla ha caído por debajo de los US$1.360 millones, según la web Bitcoin Treasuries, una reducción superior al 9 %.
Pero esta no es la única. La japonesa Nexon, dedicada a los videojuegos, gastó 100 millones en bitcoins para “mantener el poder adquisitivo de nuestros activos en efectivo”. Hoy valen algo más de US$54 millones. Por su parte, la empresa Seete, propiedad del grupo petrolero Aker y que “mantiene activos líquidos invertibles en bitcoin”, acumula una pérdida latente de casi 22 millones de dólares
