El comercio entre México y Panamá asciende a poco más de US$1.000 millones, en una balanza desfavorable para el país de América Central, cuyas exportaciones representan tan sólo alrededor de 10%.
La diferencia sigue estando con amplitud de lado del país azteca si se compara también la Inversión Extrajera Directa (IED) entre estas dos naciones, de características, dimensiones y mercados diferentes.
La inversión mexicana acumulada alcanza los US$2.730,5 millones mientras que las inversiones de Panamá en México se ubican por encima de los US$900 millones.
Ambos gobiernos han reconocido intereses estratégicos en esta relación con potencial, teniendo en cuenta la importancia del TLC para el ingreso panameño a la Alianza del Pacífico (AP), constituida por Colombia, Chile, México y Perú como una puerta de acceso para ingresar al mercado asiático.
La presencia mexicana en territorio panameño se refleja según el embajador mexicano en Panamá, José Ignacio Piña, por la operación de compañías de su país en sectores como la producción de cemento (Cemex), la Telefonía (Claro), las bebidas (Femsa), la construcción (ICA), el entretenimiento (Cinépolis), los alimentos (Bimbo), el comercio al por menor de artículos electrónicos (Elektra), los restaurantes (Sanborns).
También se destacó la presencia en territorio panameño en las ramas de tecnología (KIO Networks) y banca (Banco Azteca), entre otras.
Desde la perspectiva de Samuel Moreno, director general de asuntos jurídicos de negociación del ministerio de Comercio e Industrias de Panamá, con la implementación de un TCL las perspectivas pueden ser positivas también entre dos países con tamaños y mercados diferentes, y teniendo en las posibilidades de acceso a mercado entre Panamá, con cerca de 3,5 millones de habitantes y de México, con unos 120 millones.
Una relación con posibilidades
El acuerdo comercial consta de 120 capítulos, y desde el punto de vista de la administración Peña Nieto es un instrumento que le da la certeza jurídica a la inversión y a los exportadores, que fue comprensivo al considerar las sensibilidades de ambas naciones, como en el caso de Panamá en su sector agrícola, e incluir que 50% del universo arancelario quede desgravado, o con arancel cero, y luego ir desgravando el resto a los 5 años, 10 años y hasta 15 años, excluyendo además ciertos productos.
Piña reconoció que el TLC que está entrando en vigor, firmado el 3 de abril de 2014 y ratificado por los órganos legislativos de ambas naciones, abre una ventana de oportunidades para que México y Panamá, aprovechando sus ventajas competitivas, puedan diversificar los mercados de importaciones y exportaciones.
Moreno destacó además al hablar sobre las posibilidades de esta relación bilateral que México es el cuarto país de América Latina y el Caribe con mayor inversión en Panamá y que Panamá es el segundo destino de las inversiones mexicanas en Centroamérica.
También mencionó la ubicación del país azteca como el octavo usuario del Canal de Panamá (en proceso de ampliación), y que tiene una capacidad industrial la cual puede aprovechar la logística por su Canal interoceánico, su Zona Libre de Colón (ZLC, en el Caribe) y como centro de redistribución regional de un país cuya economía tiene mayor peso en los servicios.
Potencial para Panamá
Desde el punto de vista del embajador de México en Panamá, las exportaciones panameñas con destino a su país, y que en 2011 alcanzaron los US$120 millones, son aún muy modestas y para aprovechar el potencial de crecimiento de mercado se necesitan estudios que permitan encontrar las posibilidades y posibles nichos.
Tras subrayar que los gobiernos no son los que hacen los negocios sino los facilitadores, Piña consideró urgente que haya una primera misión comercial de Panamá a México, cuyo tipo de esfuerzo manifestó que el gobierno mexicano está dispuesto a apoyar a través de las instituciones respectivas.
Carlos Fernández, presidente de la CCIAP, reconoció que hay empresas panameñas con producción agrícola, como de piña, papapa y otros productos que podrían ingresar al mercado mexicano, además de con los productos pesqueros.
También estimó posible aprovechar en esta relación la capacidad pesquera de Panamá, y reconoció que se deben buscar otras oportunidades, y que se pueda nivelar un poco la balanza comercial entre los dos países.
El representante del sector empresarial opinó que hay también una oportunidad interesante para la ZLC, y que tiene otros mercados cercanos como Venezuela o Colombia con los cuales tiene problemas.
"Este -el TLC- es un paso hacia la inclusión de Panamá en la AP. Somos el último país que entra en un TLC con México de Mesoamérica o de Centroamérica, y creemos que podemos dar los pasos hacia adelante respecto a esta vinculación", agregó Fernández, al igual que mencionó la importancia de la relación entre estos dos países para la generación de empleo.
