La historia del gigantesco conglomerado empresarial guatemalteco no sería la misma sin esta mujer que supo guiar la transición a la tercera generación que hoy sigue comandando a una de las corporaciones líderes de Centroamérica.
Juan Luis Bosch, actual presidente de CMI e hijo de Isabel, tenía 22 años cuando su padre murió. Juan José Gutiérrez, quien actualmente lo acompaña en la presidencia, era aún más joven "pero nuestras madres (Isabel Gutiérrez de Bosch y Esperanza Mayorga) siempre fueron muy unidas" y aseguraron así un buen proceso de transición, recordó Bosch en una entrevista a Estrategia & Negocios en noviembre de 2004.
Doña Isabel vivió sus años de niñez en Quetzaltenango junto a sus padres, don Juan Bautista y doña Felipa Gutiérrez. Trabajó muy joven al lado de su padre, Juan Bautista Gutiérrez, como secretaria ejecutiva de Molino Excélsior en Quetzaltenango. Casó con Alfonso Bosch Soto, quien se involucró en el negocio molinero y de alimentos de la familia.
Pero el 3 de octubre de 1974, Dionisio Gutiérrez Gutiérrez y Alfonso Bosch murieron al desplomarse una avioneta cargada de medicinas para ayudar a damnificados del huracán "Fifí" en Honduras. Dejaron 10 hijos huérfanos y dos viudas que tejieron entre ellos una relación de hermanos y construyeron una generación sólida que asumió muy temprano el mando y aún hoy sigue al frente del gigante empresarial de alimentos, energía y finanzas líder en Latinoamérica.
POR LA NIÑEZ
Posteriormente nació la Fundación Isabel Gutiérrez de Bosch para honrar "la generosidad de su fundadora, contribuyendo a romper el ciclo de la pobreza en Guatemala". A través de la Fundación que llevaba su nombre, doña Isabel se propuso contribuir con el desarrollo de la primera infancia y el empoderamiento de padres de familia, cuidadores primarios y líderes comunitarios, para propiciar una buena crianza, alimentación y estimulación que permitiera a los niños alcanzar su máximo potencial.Una de las mas recientes iniciativas de dicha fundación se dio en junio de 2020, en el marco de la pandemia y como respuesta ante el COVID-19. Las entidades: ChildFund, Fundación Isabel Gutiérrez de Bosch, Centro ProSaMe y Rotary crearon el programa "Jugamos y aprendemos en Familia", con 30 cápsulas de Radio Teatro y videos Español, Kaqchikel, K'iche', Q'eqchi' y Mam, una acción que busca brindar estabilidad, fomentar capacidades en madres/padres, crear entornos positivos de juego y desarrollo, y evitar violencia física y verbal en los hogares de las comunidades más retiradas de Guatemala.
"Esta situación inesperada que generó el Covid-19 evidenció la necesidad de elevar las capacidades de las madres y padres, para que ellos desde sus hogares puedan apoyar a sus hijas/os para que su desarrollo continúe a pesar del confinamiento, utilizando materiales que tienen en sus casas, y realizando dinámicas de juego que promueven el aprendizaje", compartió entonces doña Isabel Gutiérrez de Bosch.
Gutiérrez de Bosch fue la primera mujer presidenta del Club Rotario Guatemala, y recibió el reconocimiento "Paul Harris" de Rotary Internacional en 1990, la Orden Dolores Bedoya de Molina en grado Gran Collar entregada en 1993 y el reconocimiento "Exaltando Nuestros Valores" del Banco Industrial en 1995. Fue reconocida con la orden del Quetzal, en grado de Gran Oficial en 2012 y en 2015 obtuvo un reconocimiento especial de Rotary Internacional por su Servicio Rotario en la celebración de los 90 años de Rotary en Centroamérica. La sobreviven sus hijos Juan Luis, Jorge, María Isabel, Felipe y Claudia Bosch Gutiérrez.