La remesas cayeron solo un 1,6% a US$540.000 millones, según el informe, respaldadas por los estímulos fiscales en los países que acogen a trabajadores migrantes, un cambio en los flujos de efectivo a digital y, a raíz de la menor cantidad de personas que viajan por la pandemia de coronavirus, más dinero enviado vía formal en lugar de canales en persona.
Hace un año, el Banco previó una caída en los salarios y el empleo de los migrantes en el extranjero y pronosticó una caída de alrededor del 20% en lo que se ha convertido en una fuente de fondos cada vez más vital, mientras los gobiernos y las familias de los países más pobres luchan por soportar el costo financiero de la pandemia.
'La capacidad de recuperación de... los flujos es notable. Las remesas están ayudando a satisfacer la creciente necesidad de apoyo a los medios de subsistencia de las familias', dijo Dilip Ratha, autor principal del informe.
Por el contrario, la Inversión Extranjera Directa (IED) hacia países de ingresos bajos y medianos, excluido China, se redujo en más de un 30% en 2020, según el informe.
El Banco pronosticó que las remesas, que cayeron un 4,8% durante la crisis financiera de 2009, aumentarían un 2,6% en 2021 y un 2,2% en 2022, impulsadas por un repunte esperado en el crecimiento global. Pero dijo que aunque muchas naciones de altos ingresos han logrado un progreso significativo en la vacunación de sus poblaciones, las altas tasas de infección por coronavirus en los estados en desarrollo hacen que las perspectivas de las remesas sean inciertas.
India, que ha sido el mayor receptor de remesas por país en el mundo desde 2008, atrajo US$83.000 millones en flujos en 2020, según el Banco.
