Por La Prensa (Panamá)
La agencia pronostica cierta recuperación de la economía tras una "severa contracción" de 2020 en medio de la crisis del nuevo coronavirus y destaca, además, los robustos niveles de capitalización y liquidez del sistema como factores para el cambio de perspectiva.
Tras una contracción de 17,9% en 2020, el pronóstico de la calificadora apunta a un crecimiento de 8% este año, aunque no se recuperaría el nivel de producción anterior a la crisis hasta 2023. La agencia espera un mayor deterioro de la calidad de activos en la segunda mitad del año, una vez que expiren las medidas de aplazamiento de pagos de préstamos. Una concentración relativamente alta del sistema en préstamos de consumo seguirá estando expuesta a una menor actividad económica y al mayor nivel de desempleo.
Además, como sucedió en 2020, la rentabilidad de los bancos estará presionada por el mayor gasto en provisiones.
Los niveles elevados de capitalización mitigarán la débil calidad de activos. Moody’s recuerda que como consecuencia de ser una economía dolarizada y no tener prestamista de última instancia, los bancos panameños tienden a tener niveles más altos de capital comparados con sus pares regionales.
La agencia también se refiere a unas condiciones estables de fondeo y liquidez, destacando el aumento de depósitos experimentado en 2020. Así, entre los factores que analiza Moody’s para determinar la perspectiva del sistema, el entorno operativo pasó de estar en deterioro a estable; el capital, el fondeo y la liquidez y el apoyo gubernamental se mantienen estables; mientras que estarían en deterioro la calidad de activos y la rentabilidad.
La agencia pronostica cierta recuperación de la economía tras una "severa contracción" de 2020 en medio de la crisis del nuevo coronavirus y destaca, además, los robustos niveles de capitalización y liquidez del sistema como factores para el cambio de perspectiva.
Tras una contracción de 17,9% en 2020, el pronóstico de la calificadora apunta a un crecimiento de 8% este año, aunque no se recuperaría el nivel de producción anterior a la crisis hasta 2023. La agencia espera un mayor deterioro de la calidad de activos en la segunda mitad del año, una vez que expiren las medidas de aplazamiento de pagos de préstamos. Una concentración relativamente alta del sistema en préstamos de consumo seguirá estando expuesta a una menor actividad económica y al mayor nivel de desempleo.
Además, como sucedió en 2020, la rentabilidad de los bancos estará presionada por el mayor gasto en provisiones.
Los niveles elevados de capitalización mitigarán la débil calidad de activos. Moody’s recuerda que como consecuencia de ser una economía dolarizada y no tener prestamista de última instancia, los bancos panameños tienden a tener niveles más altos de capital comparados con sus pares regionales.
La agencia también se refiere a unas condiciones estables de fondeo y liquidez, destacando el aumento de depósitos experimentado en 2020. Así, entre los factores que analiza Moody’s para determinar la perspectiva del sistema, el entorno operativo pasó de estar en deterioro a estable; el capital, el fondeo y la liquidez y el apoyo gubernamental se mantienen estables; mientras que estarían en deterioro la calidad de activos y la rentabilidad.
