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Opinión para Costa Rica: El aporte del seguro de desempleo en pandemia

Este seguro en países como Estados Unidos funciona como un seguro social, bajo un fondo de aporte obligatorio para cubrir a las personas que quedan desempleadas; sin embargo, en Costa Rica no tenemos esa figura.

2021-06-21

Por Luis Fernando Campos, Gerente General INS / Yorleny Madriz, Jefatura de Seguros Generales INS

El 2020 fue un año que cambió definitivamente nuestro modo de vida, el confinamiento, la virtualidad, las restricciones, el aislamiento social, son ya parte de una nueva normalidad.
El país se vio afectado económicamente en virtud de las medidas que se debieron tomar como prevención a contagios masivos de forma local y mundial.

Los índices de desempleo a nivel mundial crecieron en la mayoría de los países, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), América Latina y el Caribe presentaron una tasa de desocupación a diciembre 2020 del 10,6%, es decir, más de 30 millones de personas en condición de desempleo.

Para Costa Rica la situación también es crítica, de conformidad con los datos de INEC, los índices de pobreza aumentaron del 2019 a 2020 en un 6,1%, es decir, 321.874 personas se sumaron al total de 1.529.255 de personas en condición de pobreza.

En cuanto al desempleo el aumento fue de unos 9,7 puntos porcentuales, 526.000 personas desempleadas y según datos de CID-Gallup un 46% de los hogares costarricenses se encuentran endeudados.

¿Y el seguro de desempleo? Este seguro en países como Estados Unidos funciona como un seguro social, bajo un fondo de aporte obligatorio para cubrir a las personas que quedan desempleadas; sin embargo ,en Costa Rica no tenemos esa figura, contamos con un seguro privado, que en este caso ,cubre el pago de las cuotas por préstamos o tarjetas de forma tal que la persona desempleada puede seguir cubriendo sus obligaciones financieras y hasta por 11 meses.

En el 2020 el INS indemnizó por ₡11.860.009.367 al amparo del seguro de desempleo, 59.969 cuotas pagadas. Ahí debemos hacer una pausa y preguntarnos ¿qué habría pasado si todas esas personas no hubiesen contado con esa protección?

Es evidente que sin el seguro tendríamos mayor pobreza, personas sin vivienda, o automóvil porque al no pagar la cuota del préstamo perderían sus bienes y seguirían endeudados.

Por otro lado, tendríamos bancos y cooperativas con bienes muebles e inmuebles en su contabilidad, y sin el dinero suficiente para seguir prestando y reactivando la economía.

El seguro de desempleo no es un subsidio

A veces nos parece tan normal escuchar "por dicha tenías seguro", que no medimos el impacto de no tenerlo. Los seguros son una de las piezas claves en el crecimiento económico de un país; tienen una función económica y social, generan la confianza para invertir y son el respaldo en las diferentes transacciones comerciales.

En el 2020 el seguro de desempleo brindó a la banca la confianza del pago de los préstamos, acompañó a los asegurados en sus momentos críticos bajo la condición de desempleo.

El aporte del seguro de desempleo fue evitar que la pobreza creciera aún más, sin embargo, la economía se vería seriamente afectada si consideramos que estos seguros son una modalidad de subsidio, deben de verse como una acción financiera de rescate inmediato pero apostando a una reactivación de las diferentes industrias y empresas de manera sostenida.

Como hemos observado en todos los sectores de la economía, la pandemia también fraccionó los cimientos de la industria aseguradora y de manera transversal hasta tocar la forma en que se protegen las necesidades del cliente.

Es a partir de una visión prospectiva que las compañías aseguradoras han enfrentado esta crisis catastrófica como la "nueva normalidad" o la oportunidad de reconversión de la industria, desde la adaptación de sus procesos y su dinámica diaria y operativa, hasta reinventarse enfocándose en transformación digital, experiencia del cliente y aseguramiento con perspectiva de sostenibilidad (medio ambiental, social y económico).

Gran lección del desempleo en pandemia

A pesar de la fortuna y tranquilidad que brinda un seguro de desempleo, la gran lección de vida que nos deja la pandemia, es que todos debemos cuidar nuestros trabajos y nuestra reputación personal, mediante la puesta en ejecución permanente de valores, compromiso con la excelencia y con el enfoque de servicio al cliente.

Serán las empresas más preparadas a través de la formación en valores y gestión con propósito, y quienes vivan de forma natural esas virtudes y competencias, quienes más dispuestos estén ante situaciones temporales como el paro laboral. Hoy es claro que, el seguro protege de manera inmediata las consecuencias del desempleo, pero el trabajador debe aspirar a incorporarse rápidamente a la fuerza laboral, sobre todo si su comportamiento de vida está dirigida por una máxima de dejar la huella de la excelencia.

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