Por Roberto Fonseca López - Revista Estrategia & Negocios
Maderas Don Bosco, fundada oficialmente en el año 2000, ha potenciado su mercadeo digital y que opera como una mediana empresa (PYME), está en la ruta de dar el salto hacia los mercados externos ,con el apoyo de programas gubernamentales y con financiamiento del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
La marca ha conquistado el mercado local, apoyándose en su presencia digital en Instagram, con su catálogo de más de 80 artículos elaborados con maderas preciosas y con el servicio de carpintería fina a la medida de clientes particulares, residenciales y hotelería.
Miguel López, jefe de proyectos, está al frente de la parte operativa de la empresa fundada por su padres: Roberto López Sánchez y Zoila Sánchez Ortega, quienes llegaron a Nicaragua, como misioneros desde Guatemala y Ecuador, respectivamente.
Su catálogo publicado en su sitio web incluye camas, cómodas, mesas de noche, tocadores, mesas de comedor, sillas de comedor, muebles de bar, libreros, mesas de centro, muebles de cocinas, closets, puertas principales y de interior, ventanas, cielo raso y pisos.
“Todavía no hemos incursionado en el mercado extranjero, pero ya estamos trabajando en ello, de cara a los próximos dos o tres años”, refiere López.
Sin embargo, contó que “tenemos clientes que se han llevado nuestros muebles a Alemania, Costa Rica, Estados Unidos y otros países”.
-Impacto de la pandemia-
En la pandemia de la Covid-19 siguieron operando, sin embargo, el impacto indirectamente tras el cierre de proyectos habitacionales y hoteleros.
Fue entonces cuando impulsaron el comercio electrónico por su sitio web y por redes sociales. Eso tuvo doble impacto: siguieron operando y conquistaron nuevos sectores de clientes. “Hoy se ha retomado el auge de la construcción y eso nos favorece. Atendemos proyectos residenciales de clase media alta y de clase alta”, indicó.
Esta PYME trabaja con maderas preciosas y de calidad que provienen de aserríos legales en diferentes partes del país y de proyectos forestales, especialmente de las variedades cedro real, teca y frijolillo, que posteriormente es sometida a un proceso de secado en horno industrial.
Su mano de obra suma alrededor de 60 colaboradores, entre ellos carpinteros y lijadores originarios de Masaya, Granada y los llamados pueblos blancos, de donde provienen destacados artesanos nicaragüenses.
Entre los planes operativos están gestionar financiamiento con el propósito de ampliar la capacidad del horno y del taller con la adquisición de equipos e incursionar en los mercados externos.
“Queremos exportar a Costa Rica por su cercanía, por la demanda creciente y por la capacidad adquisitiva en ese país”, concluye López.
