Por Gabriela Melara – revistaeyn.com
La tecnología un catalizador negado a las mujeres. Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indican que las mujeres no logran construirse un horizonte económico independiente en un mundo cada vez más digital, pese a tener acceso a la educación, porque el acceso a internet e innovación es poco.
“La reconfiguración de las estructuras económicas derivada de la revolución tecnológica puede significar una oportunidad para que las mujeres de la región logren una participación más igualitaria en los procesos productivos”, afirma la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Tomando en cuenta esta realidad, Revista Estrategia & Negocios conversó con tres mujeres, centroamericanas, que se atrevieron a romper estigmas y a apostar por la tecnología para desarrollarse como profesionales. Ahora, desde sus posiciones impulsan y animan a que más niñas sean parte de estos entornos.
Bajo el nombre El Futuro también es de nosotras, reunimos a Iliana Benítez, salvadoreña y emprendedora / empresaria de negocios tecnológicos. Fundadora y directora de VERTEX Studio; Clelia Morales, emprendedora digital y profesional de Marketing y Negocios Digitales, con más de 20 años de experiencia. En 2015 cofundó WOOM, una aplicación móvil basada en Inteligencia Artificial (IA) que ayuda a las mujeres a “entender mejor y más rápido” sus cuerpos para poder lograr un embarazo natural; y Nélida Gómez, panameña y socia fundadoras de Wisy, empresa de alta tecnología con sede, donde coordina las actividades de investigación y desarrollo de proyectos tecnológicos.
“No hay nada en las chicas que les impida ir por su sueño. La brecha de género también es de sueños. La brecha de género es pesada en el mundo, pero en la región también hay mitos y que se transmiten por medio de muchos siglos por decirlo... (Debemos evitar decir) las mujeres son malas en matemática, cuando son hiper buenas y somos maravillosas. Recordemos, en las primeras pc´s estuvo una mujer detrás, en los seguimientos de cohetes también estuvimos”, fue el mensaje para la sociedad, no solo para las mujeres, de Nélida Gómez, una panameña que se reinventó y apostó por una industria en la que las mujeres tenían, en ese momento, poca presencia.
Nélida, es una muestra de que las mujeres pueden decidir cuándo cambiar su rumbo. Decidió reenfocar su vida y al cumplir 50 años decidió seguir estudiando. Con dos décadas trabajando en el quehacer científico, se planteó: ¿Cómo transformar conocimiento básico en bienes y servicios para la sociedad? Ya con estudios en gestión de tecnología para llevar una idea al mercado y experiencia laboral con empresas de alta tecnología en ese país, los hermanos Chen (Min y Ricardo) la invitaron a asociarse en Wisy y así cambió su rumbo.
Ahora está dentro de una aceleradora que conecta a estructuras innovadoras con inversionistas ángeles.
Por su parte, Clelia Morales, llamó a las mujeres a que abran sus oportunidades. Para estar en tecnología no es que “todas somos ingenieras. Eso no debe ser un bloqueo para estar en tecnología. Puedes hacer un impacto brutal en tecnología. Es más de verse hacia dónde puedo llegar”, compartió esta hondureña, que también es experta en mercadeo.
Morales recordó que las empresas tecnológicas también necesitan de personal relacionado a las comunicaciones, al mercadeo, recursos humanos, finanzas, entre otras profesiones que no necesariamente son de las de nueva generación.
Clelia estudió Marketing en la Universidad Tecnológica Centroamericana de Honduras, pero viendo una necesidad cambió su destino. En 2015 cofundó WOOM, una aplicación móvil basada en Inteligencia Artificial (IA), que ayuda a las mujeres a “entender mejor y más rápido” sus cuerpos para poder lograr un embarazo natural o bien, colaborar con la toma de decisión de ver un especialista en fertilidad.
Antes de esto pasó por varias posiciones dentro de Ebay, que le dieron un nuevo conocimiento. Ahora, se enfoca en el mundo de los videojuegos y cómo los influencer puede apoyar a esta industria.
En la misma línea de Clelia estuvo Iliana Benítez, quien enfatizó que “cualquier carrera se puede incluir en la tecnología. Habrá una carencia en habilidades blandas. Psicología, administración, así que se necesitan estas carreras”.
Iliana llamó a que la capacitación de mujeres enfocadas en tecnología y la regulación del uso de la misma es urgente para Centroamérica, “porque se están perdiendo los datos y estamos perdiendo data que puede ser crucial para el desarrollo del futuro”.
“Es importante la salud de la mujer y usar la tecnología con responsabilidad”, agregó Morales.
Benítez fue la primera salvadoreña en crear una sala virtual llamada Medix Lab, enfocada en capacitar a médicos y enfermeras, para saber cómo deben colocarse los insumos médicos en una sala de Unidades de Cuidados Intensivos de un hospital.
Ella dirige Vertex Studio, la primera productora tecnológica en El Salvador que utiliza realidad aumentada y realidad virtual para crear experiencias y soluciones para sus clientes. Nació en 2009. Previo a esto, Benítez trabajó en Lucas Arts, cuando estaban haciendo el juego de Star Wars: The Force Unleashed.
Las panelistas concluyeron que debemos inspirar y apoyar a las niñas desde muy temprana edad, desde los 5 años si es posible, para avanzar en cerrar la brecha de género, porque no solo se trata de un bienestar económico, sino de bienestar en general para las mujeres mismas y las sociedades.
“La curiosidad no lo van a reemplazar la Inteligencia Artificial, entonces, ahí es donde el ser humano y las mujeres tenemos una oportunidad enorme. Nuestro cerebro hay que desarrollarlo. Hay que perder los miedos”, dijo Benítez.
Eso sí, fueron enfáticas en que se debe cuidar la salud mental “porque en los entornos nos sentimos que somos super woman. Haz algo que te guste, pero vive tu vida. Lo dice alguien que también ha pasado por baches... si te gusta y te cuidas llegarás lejos”, apuntó Morales.
El acceso a Internet y la adquisición de habilidades digitales y de gerenciamiento, sin dudas, ayuda a destrabar los nudos que amarran la autonomía real de las mujeres. Pero no se trata solo de la tecnología, sino de todo un entorno. ¡Estamos llamados a mejorar!
