Bajo la premisa de que el COVID-19 podía atacar y afectar a todos por igual, Ximena González, presidenta del Instituto Nicaragüense para el Desarrollo (INDE), brazo social del sector privado, tomó la decisión de salir al encuentro de la comunidad y de apoyar a las personas más vulnerables que no podían quedarse en casa y que hacen uso del transporte público para trasladarse a sus centros de trabajo.
Emprendieron entonces la campaña "Lavarse las manos salva vidas", que consistió en promover entre las empresas del sector privado, la donación y/o adopción de un lavamanos público para uso de los transeúntes. Resultado: ubicaron cerca de las vías públicas, un total de 47 lavamanos, donde transita una gran afluencia de personas.
Otra de las decisiones que adoptaron fue proteger al personal y beneficiarios, así que decidieron suspender toda actividad presencial en los territorios del país, para reducir el riesgo de exposición y transmisibilidad del COVID-19.
"Nos tocó reinventarnos, para adaptar nuestros programas e iniciativas de desarrollo empresarial a la nueva realidad que atravesábamos a nivel global. En ese sentido, diseñamos un programa de capacitación empresarial a través de la creación de alianzas estratégicas, que nos permitió fortalecer competencias, conocimientos y capacidades de nuestros miembros asociados", explica.
Así mismo, desarrollaron un plan de fondeo de recursos para brindar soluciones financieras a los pequeños y medianos empresarios a través del programa FINDE y también promovieron una campaña para conectar negocios y proyectar emprendimientos.
