Empresas & Management

Empleos: chau unos, bienvenidos otros

Los trabajos mecánicos están en vías de extinción. En cambio crecen las oportunidades para la creatividad. El 65% de los empleos del 2025 todavía no se generaron.

2016-02-05

Por: Gabriela Origlia -estrategiaynegocios.net

La dinámica económica y la de la vida misma hicieron -desde siempre- que algunas profesiones y oficios decayeran y otras ascendieran.

En los últimos años ese ritmo se aceleró y determinó, además, que las certezas sean menos. Ya no hay estudios que "garanticen" un empleo; la especialización empezó a perder terreno frente a la transversalidad del conocimiento. Las tareas automáticas ya no requieren de gente, la tecnología se hace cargo.

En cambio hay más posibilidades para habilidades relacionadas con el diseño, la creatividad y la innovación. Así como las empresas deben adaptarse velozmente a los mercados, sus empleados deben seguir igual camino. Quien no aporta valor pierde su espacio.

En medio de este contexto es difícil resolver cómo prepararse para empleos que todavía no existen. Datos de la Ocde revelan que de cada diez nuevos puestos de trabajo en países desarrollados, ocho son para perfiles "de conocimiento", es decir, con capacidades técnicas, formación práctica, habilidades directivas y espíritu emprendedor.

Laura Ripani, especialista líder en mercados laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que -frente a ese panorama- la formación continua es casi una obligación; la educación ya no termina con la escuela, sino que sigue todo el tiempo para poder enfrentar los cambios constantes del mundo laboral.

Martín Poncio, titular de la consultora de recursos humanos homónima, coincide en que hay que olvidarse de la idea de que un título garantiza un trabajo: "Hoy es el mínimo requerido y tiene el valor de mostrar el camino a seguir, que es el de prepararse todo el tiempo". Admite que ese concepto hasta hace unos años podía considerarse parte de un speech pero en la actualidad es una clave.

"En cinco años no es la competencia sino el universo el que pasa por encima. Ya no hay un ‘qué’ en particular sobre el que formarse, hay que capacitarse en herramientas y aprender a desaprender; hay que comprender que los paradigmas se aprenden y se quiebran, esa es la dinámica".

Ripani señala que no sólo hay trabajos que desaparecen, sino que hay cambios "significativos" en la forma del empleo. Ya no hay más puestos de por vida, en los que se ingresa a los 18 años y se abandonan con la jubilación.

"Las modificaciones son más constantes -agrega- y los más exitosos serán quienes se adapten más". A la hora de definir las tareas en vías de extinción, enumera a las mecánicas ya que van siendo desplazadas por la tecnología, como por ejemplo el cartero (se impone la comunicación online), el cajero de supermercado (los pagos se automotizan) u operarios industriales que son reemplazados por la "automación y la robótica". En cambio crecen las oportunidades para quienes aportan creatividad.

Hay dos corrientes que Poncio califica de muy fuertes a la hora de la formación. Una es la relacionada a la tecnología; tanto de manera individual como a nivel empresas deben seguirse programas permanentes de formación y de actualización. Advierte sobre una transformación crucial en la metodología: "Antes, para aprender, se entregaba un manual impreso; después un pendrive y ahora prima la experiencia, hay que vivir lo que se aprende".

El otro aspecto dominante es lo social, el aprendizaje desde lo humano. Esa formación -plantea Poncio- es ineludible leer sensibilidades, acceder a los compañeros y colaboradores. "No es una habilidad que se vende -enfatiza-, viene con años de formación y de trabajar en las propias necesidades y en su satisfacción.

Descubrir qué nos gusta, qué nos acciona y eso mismo en otros hace que trabajemos mejor y hasta permitiría retenerte un poco más a un trabajador, aunque también eso cambió". Sobre ese aspecto en particular apunta que cada vez más se avanzará en la standarización de procesos para que la rotación de personal (que crecerá) impacte menos. "Avanzamos hacia un incremento de las contrataciones específicas, de más gente independiente que tendrá que trabajar con otras áreas de manera conjunta".

Cinco países latinoamericanos están en el top 10 del ranking de la consultora Manpower sobre escasez de talentos; son Perú, Colombia, Argentina, Brasil y Panamá. Ripani subraya que no se trata de que la región no tenga gente capacitada, la hay "pero no en lo que piden las empresas y eso afecta la productividad y hace que crezca el desempleo y la informalidad".

Todavía existe una brecha entre las habilidades que el sector productivo demanda y las que encuentran: "Hay una disociación entre lo que genera la educación y lo que se pide; egresan jóvenes sin saber aplicar su conocimiento académico al mundo del trabajo", dice. Y vuelve sobre el aspecto de las habilidades socio- emocionales que escasean, como trabajar con los demás, planificar, tener pensamiento crítico y persistencia en el logro de un objetivo.

"Se requiere de una transformación del sistema educativo formal que es muy compleja por lo que implica amoldar los contenidos curriculares y que lleva mucho tiempo -enfatiza-. También, para quienes ya salieron de la escuela y quieren encontrar o mejorar su trabajo hacen falta programas de entrenamientos más cortos". En ese sentido, Latinoamérica destina a capacitación un porcentaje muy bajo de PBI en comparación, por caso, con Europa o Asia.

Los consultados advierten que es muy difícil predecir cuáles son los empleos del futuro. De hecho, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos plantea que el 65% de esos puestos aún no se inventó, pero sí están convencidos de que los perfiles profesionales y laborales más ganadores serán los más versátiles y flexibles, capaces de adaptarse a un entorno en constante movimiento.

Poncio dice que la "diversidad" es clave para "enriquecer" no sólo el trabajo en una compañía sino la propia currícula. Y Ripani aporta que los cambios no sólo vendrán por el avance tecnológico -que sigue generando oportunidades a las carreras de informática y sistemas- sino por otros aspectos, como los demográficos que empujan en países como Estados Unidos a carreras relacionadas con los cuidados médicos ya que hay una población cada vez más añosa.

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