Por Ingrid Roldán

Con el estudio hecho por Progentis y BrainCo en cinco países "pretendemos dar solución a los múltiples problemas que el sistema educativo está generando en la secuencia de
aprendizaje de los niños", dice el también director pedagógico de Progentis para España y América.

La experiencia es única. Una delgada diadema electrónica colocada en la frente permite medir los niveles de atención de las personas ante estímulos utilizando para ello las computadoras. Esta tecnología permite, en tiempo real, observar la capacidad de atención y el uso de la información en estudiantes de educación primaria y secundaria.

Para presentar esta iniciativa estuvieron en Guatemala Max Newlon, de Estados Unidos, investigador científico con maestría de la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard y Emilio Torres, de España, quien tiene un máster en Neuroeducación y Neuropsicología de la Universidad de Nebrija y es coinventor de una patente sobre habilidades del pensamiento y procesos de metacognición. Es el embajador en España ante el Parlamento Mundial de Educación (PAME).

Ambos unieron sus conocimientos en Progentis y BrainCo, compañía gestada en el laboratorio de innovación de la Universidad de Harvard. Realizaron una investigación única que permitirá, a corto plazo, conocer cómo aprenden los estudiantes. Esta investigación utilizará un algoritmo basado en tecnología de la NASA y será dirigida por científicos egresados de las universidades de Harvard, Stanford, MIT y la Universidad Complutense de Madrid.

La iniciativa cuenta con la participación de 5.000 estudiantes de 75 centros educativos de Guatemala, España, México, Costa Rica y Colombia. De ellos, 1.300 estudiantes son de Guatemala, y permitirá que los centros educativos mejoren sus métodos de enseñanza a partir de la neurociencia.

Emilio Torres, director pedagógico de Progentis para España y América habla en esta entrevista sobre el proyecto.

¿Qué es Progentis?

Es es una solución educativa en formato digital, que propone una pauta pedagógica a través de un entrenamiento secuenciado. Pretendemos dar solución a los múltiples problemas que el sistema educativo está generando en la secuencia de aprendizaje de los niños. Nos estamos dando cuenta de que los niños están saliendo analfabetos, aunque saben leer y escribir.

¿Tiene que ver con la lógica del concepto de las competencias?

Todo el mundo habla de competencias, pero nadie educa por competencias. Al final el aula tiene un adulto con un pizarrón y los niños sentado en fila mirándole la nuca, en pleno Siglo XXI, cuando el contenido que les queremos transmitir ya lo tienen en el bolsillo. Estamos perdiendo un tiempo estratégico, los primeros 15 años de un niño para poder educarlo en torno a un nuevo paradigma de la información, educarlo para que haga útil todo ese conocimiento.

Hay dos patas fundamentales en el proyecto. De un lado está este entrenamiento secuenciado con bases pedagógicas y la máxima es tener elementos, no únicamente de comprensión lectora sino de comprensión desde el término de darle significado a la información que obtengo. Cuando hablamos de comprensión hablamos de darle significado a un entorno, saber cómo convertir información que nunca antes había escuchado para resolver los problemas.
Los profesores enfrentan el desafío de que los alumnos están físicamente frente a ellos, pero su mente divaga, se dispersa... Ahí viene la segunda pata del proyecto. Estamos dando un entrenamiento pedagógico pero necesitamos, primero, la motivación. Después, detectar qué niveles de atención están mostrando a cualquier ruta cognitiva que presentemos. Ahí es donde llega BrainCo a complementar el proyecto.

Estamos presentado un concepto que se llama Neurolab, es decir, una secuencia pedagógica en el que un elemento tan importante a nivel neurocientífico como es la atención, nos va a permitir presentar rutas de aprendizaje personalizada por alumno en función de las inteligencias múltiples que tenga potenciadas. No aprende igual un niño visual que un niño kinestésico, que un niño naturista, que un niño lógico. Cada uno tiene una ruta de aprendizaje.