Por Dinero.com
A primera vista, la respuesta correcta parecería ser sí. No obstante, hay que ir más allá de lo que se puede percibir a simple vista y hacer un análisis de la funcionalidad y el verdadero propósito de estas tecnologías innovadoras, que, a decir verdad, llegaron para sacar lo mejor de cada persona con el fin de promover su propia evolución.
Un estudio reciente que desarrolló la Unidad de Inteligencia de The Economist menciona que, al aprovechar al máximo el machine learning, se encuentra evidencia de que los empleados humanos altamente capacitados serán vitales durante la transformación y más allá. Esto evidencia que, independientemente del crecimiento y avance tecnológico que adopten las empresas, se exigirán formas distintas de roles y responsabilidades para que máquina y humano coexistan entre sí para aprender continuamente.
No es un secreto que la tecnología inteligente está hecha para apoyar los procesos más operativos de las compañías, tal como el aprovechamiento de grandes cantidades de datos. Sin embargo, también es cierto que el lenguaje aplicado al razonamiento está lejos de poder ser reemplazado o desplazado por la inteligencia artificial.
Por esta razón, más vale trabajar en equipo con las máquinas y mantenerse a la vanguardia con ellas, antes que luchar contra su existencia, pues hoy las empresas están obligadas a transformarse digitalmente y modelar un terreno que se adapte a las nuevas formas de trabajo que exigen las culturas del siglo XXI.
Y, ¿Cómo se puede ser coequipero en esta nueva era? Ya se está haciendo. Por ejemplo, hoy es una realidad que a través de la realidad virtual, se puedan explorar las maravillas del mundo, museos famosos y obras maestras arquitectónicas, sin poner un pie en el país donde existen. Se pueden rastrear la procedencia de los alimentos, desde la semilla hasta la tienda, con Internet de cosas y análisis en tiempo real. O es posible diagnosticar enfermedades a través de la tecnología móvil y el aprendizaje automático.
Nuestra capacidad humana, combinada con las tecnologías emergentes, nos permiten ser capaces de predecir todo, desde los hábitos de compra hasta la ocurrencia de terremotos con niveles asombrosos de certeza. Cabe destacar que en estos procesos es indispensable el papel de los departamentos de Recursos Humanos, quienes deben estar muy involucrados en el desarrollo de talentos que entiendan a profundidad la Inteligencia Artificial, el Machine Learning, IoT, Big Data, y el análisis predictivo, para crecer y prosperar.
Es así como las organizaciones se están moviendo de un enfoque en el que las personas impulsan un proceso que está respaldado por la tecnología, a uno en el que la tecnología está impulsando un proceso respaldado por personas. De ahí viene el concepto de transhumanismo, en donde las máquinas aumentan y complementan las habilidades humanas, no las desplazan.
Lo que pasa entonces, es que la inteligencia artificial se convierte en la oportunidad que tienen las empresas para tener personas mejor capacitadas. Es la oportunidad de las personas para retarse a ser mejores.
Esta es la manera en que se van a evidenciar progresos en los roles profesionales, se va a elevar la capacidad estratégica, y, la inteligencia emocional y el liderazgo, cobran así gran protagonismo entre las exigencias de los empleadores.
A primera vista, la respuesta correcta parecería ser sí. No obstante, hay que ir más allá de lo que se puede percibir a simple vista y hacer un análisis de la funcionalidad y el verdadero propósito de estas tecnologías innovadoras, que, a decir verdad, llegaron para sacar lo mejor de cada persona con el fin de promover su propia evolución.
Un estudio reciente que desarrolló la Unidad de Inteligencia de The Economist menciona que, al aprovechar al máximo el machine learning, se encuentra evidencia de que los empleados humanos altamente capacitados serán vitales durante la transformación y más allá. Esto evidencia que, independientemente del crecimiento y avance tecnológico que adopten las empresas, se exigirán formas distintas de roles y responsabilidades para que máquina y humano coexistan entre sí para aprender continuamente.
No es un secreto que la tecnología inteligente está hecha para apoyar los procesos más operativos de las compañías, tal como el aprovechamiento de grandes cantidades de datos. Sin embargo, también es cierto que el lenguaje aplicado al razonamiento está lejos de poder ser reemplazado o desplazado por la inteligencia artificial.
Por esta razón, más vale trabajar en equipo con las máquinas y mantenerse a la vanguardia con ellas, antes que luchar contra su existencia, pues hoy las empresas están obligadas a transformarse digitalmente y modelar un terreno que se adapte a las nuevas formas de trabajo que exigen las culturas del siglo XXI.
Y, ¿Cómo se puede ser coequipero en esta nueva era? Ya se está haciendo. Por ejemplo, hoy es una realidad que a través de la realidad virtual, se puedan explorar las maravillas del mundo, museos famosos y obras maestras arquitectónicas, sin poner un pie en el país donde existen. Se pueden rastrear la procedencia de los alimentos, desde la semilla hasta la tienda, con Internet de cosas y análisis en tiempo real. O es posible diagnosticar enfermedades a través de la tecnología móvil y el aprendizaje automático.
Nuestra capacidad humana, combinada con las tecnologías emergentes, nos permiten ser capaces de predecir todo, desde los hábitos de compra hasta la ocurrencia de terremotos con niveles asombrosos de certeza. Cabe destacar que en estos procesos es indispensable el papel de los departamentos de Recursos Humanos, quienes deben estar muy involucrados en el desarrollo de talentos que entiendan a profundidad la Inteligencia Artificial, el Machine Learning, IoT, Big Data, y el análisis predictivo, para crecer y prosperar.
Es así como las organizaciones se están moviendo de un enfoque en el que las personas impulsan un proceso que está respaldado por la tecnología, a uno en el que la tecnología está impulsando un proceso respaldado por personas. De ahí viene el concepto de transhumanismo, en donde las máquinas aumentan y complementan las habilidades humanas, no las desplazan.
Lo que pasa entonces, es que la inteligencia artificial se convierte en la oportunidad que tienen las empresas para tener personas mejor capacitadas. Es la oportunidad de las personas para retarse a ser mejores.
Esta es la manera en que se van a evidenciar progresos en los roles profesionales, se va a elevar la capacidad estratégica, y, la inteligencia emocional y el liderazgo, cobran así gran protagonismo entre las exigencias de los empleadores.
