Por Factor Capital Humano
Entrar a las oficinas de Mattel en México es como ingresar en una tierra de fantasía.
Quedaron atrás los aburridos escritorios grises con altas mamparas para dar paso a espacios inteligentes y salas con tecnología de punta decoradas en sus paredes con frases inspiradoras acompañadas de la imagen de Barbie, un Hot Wheels o los últimos lanzamientos con los que los niños se entretienen e inspiran a través del juego.
En algunos escritorios puedes ver muñecos y juguetes que acompañan a los colaboradores mientras realizan una videoconferencia, reuniones que se llevan a cabo mientras se degusta un sándwich de queso amarillo o un carrito con botana saludable.
También es frecuente que encuentres a alguien en la sala de wellness tomándose 15 minutos de relajación antes de regresar a cerrar una negociación importante.
Aquí, la jornada laboral obligatoria (core time) se vive de 10:00 a. m. a 4:00 p. m. de lunes a jueves, mientras que los viernes puedes estar conectado desde tu casa, la de un familiar o en un hotel en la playa, porque opera el home office.
"Para nosotros es muy importante el balance entre la vida y el trabajo, y creemos que podemos dar resultados sin necesidad de estar todo el tiempo en una oficina tradicional, pero sí conectados con el mismo propósito", explica Luis Araiza, director regional Latam de Recursos Humanos de Mattel.
En entrevista con Factor Capital Humano, el experto en el diseño y ejecución de estrategias para el desarrollo organizacional y el desarrollo de talento, explica que el modelo de negocio de la marca "busca que la gente tenga un desempeño alto y un plan de desarrollo y crecimiento que se ve reflejado en la evolución de la compañía".
Y es que solamente mediante la innovación constante de sus valores y cultura organizacional es como la firma ha logrado llegar a sus 74 años de vida, operar 40 oficinas en el mundo y vender sus productos en más de 150 países.
La empresa de origen estadounidense surgida en 1945 en el garaje de los esposos Ruth y Elliot Handler es la líder global del entretenimiento infantil a través del diseño y producción de juguetes y productos de consumo.
Desde hace tres años cimienta su éxito en los valores de su cultura Wonder, que desafía el status quo, abre las puertas a la creatividad sin fin, al trabajo en equipo, a la agilidad de los procesos, el logro de metas audaces, el impulso al espíritu emprendedor y el respeto.
Araiza dice que esta nueva filosofía responde al reto de seguir conquistando al consumidor. "Los negocios en los que algunos de nosotros crecimos se han transformado. Esta cultura viene acompañada del propósito de la organización: el cómo maximizar la infancia de los niños y lograr que reciban educación y diversión".
"Procuramos el crecimiento de todos los colaboradores a través del desarrollo de las mejores prácticas y ofreciendo calidad de vida para que logres el work life balance. La gente ve que tiene una carrera, que la organización apuesta por ella y se engancha además porque hay un propósito y su trabajo tiene un impacto positivo", dice Araiza.
A través de su cultura Wonder, Mattel se ha convertido en una compañía más relajada, abierta y que transmite confianza a la gente para que genere nuevas ideas y siga evolucionando sus productos y la forma de venderlos. "Tenemos una política de puertas abiertas: si tienes una propuesta la presentas con el leadership team y esto puede tener un gran impacto positivo", comenta el directivo.
La empresa también ha adoptado nuevas maneras de comunicarse con su audiencia. Atrás quedaron los canales de televisión. Hoy se contacta con los niños a través de plataformas digitales como YouTube Kids, donde se apoyan de influencers locales e impulsan a las niñas y niños a alcanzar sus sueños. Por ejemplo, con Barbie, inspiran a las niñas a soñar y a perseguir una carrera.
"Tenemos un mote en el que no buscamos los Supermanes, sino la liga de la justicia", sostiene Araiza al explicar que se trata a una evolución que se ha dado a nivel global y a cómo la gente se identifica.
La N tiene que ver con la palabra nimble. Alude básicamente a hacer las cosas rápidas y prácticas, mientras que la D, corresponde a driven, a ir un paso adelante, a empujar las agendas y a ser tenaces para lograr metas audaces.
La E corresponde a la parte emprendedora. Se trata de una mentalidad y una forma de operar que ha dado resultados fantásticos sobre todo en Latinoamérica, indica el entrevistado.
"El emprendedor necesita libertad, si le pones un marco de referencia se convierte en un manager y aquí tienes un marco de libertad y de acción que reflejamos con nuestros programas de flexibilidad en la agenda", comenta.
El 70% de los colaboradores son millennials que conviven con otras generaciones. A todos se les da libertad para que manejen sus tiempos y logren un balance entre su vida laboral y personal.
Los colaboradores asisten a las oficina de lunes a jueves en un horario de 10 de la mañana a cuatro de la tarde, "es cuando suceden las juntas, las conexiones y el debate de ideas empujadas con la mentalidad emprendedora con la que se fomenta el que se atrevan y arriesguen a probar algo nuevo a través del what if? why not?, y vemos hacia dónde vamos como grupo cuando conectamos eso con el one team", dice Araiza.
Sin embargo, el directivo advierte que existe una parte muy importante en la que la compañía pone especial cuidado: el tema del respeto, correspondiente a la última letra, de Wonder.
"Podemos ser creativos y audaces pero sin el respeto no hay match con la cultura de la organización. Creemos muchísimo en el tema del respeto a las personas y los géneros".
El directivo reconoce, de manera categórica y puntual, que aunque parecería cliché, al final la gente sí lo es todo: "es quien te genera la creatividad, los modos de trabajo y la relación con el consumidor".
"Ellos tienen un impacto en cómo comunicamos nuestros productos, cómo los mercadeamos y cómo contactamos a nuestros clientes. Si tienes a alguien buscando el cómo sí con espíritu de equipo para lograrlo, seguramente hará un buen negocio para nuestros clientes, para nosotros y para el país.
Entrar a las oficinas de Mattel en México es como ingresar en una tierra de fantasía.
Quedaron atrás los aburridos escritorios grises con altas mamparas para dar paso a espacios inteligentes y salas con tecnología de punta decoradas en sus paredes con frases inspiradoras acompañadas de la imagen de Barbie, un Hot Wheels o los últimos lanzamientos con los que los niños se entretienen e inspiran a través del juego.
En algunos escritorios puedes ver muñecos y juguetes que acompañan a los colaboradores mientras realizan una videoconferencia, reuniones que se llevan a cabo mientras se degusta un sándwich de queso amarillo o un carrito con botana saludable.
También es frecuente que encuentres a alguien en la sala de wellness tomándose 15 minutos de relajación antes de regresar a cerrar una negociación importante.
Aquí, la jornada laboral obligatoria (core time) se vive de 10:00 a. m. a 4:00 p. m. de lunes a jueves, mientras que los viernes puedes estar conectado desde tu casa, la de un familiar o en un hotel en la playa, porque opera el home office.
"Para nosotros es muy importante el balance entre la vida y el trabajo, y creemos que podemos dar resultados sin necesidad de estar todo el tiempo en una oficina tradicional, pero sí conectados con el mismo propósito", explica Luis Araiza, director regional Latam de Recursos Humanos de Mattel.
En entrevista con Factor Capital Humano, el experto en el diseño y ejecución de estrategias para el desarrollo organizacional y el desarrollo de talento, explica que el modelo de negocio de la marca "busca que la gente tenga un desempeño alto y un plan de desarrollo y crecimiento que se ve reflejado en la evolución de la compañía".
Y es que solamente mediante la innovación constante de sus valores y cultura organizacional es como la firma ha logrado llegar a sus 74 años de vida, operar 40 oficinas en el mundo y vender sus productos en más de 150 países.
La empresa de origen estadounidense surgida en 1945 en el garaje de los esposos Ruth y Elliot Handler es la líder global del entretenimiento infantil a través del diseño y producción de juguetes y productos de consumo.
Desde hace tres años cimienta su éxito en los valores de su cultura Wonder, que desafía el status quo, abre las puertas a la creatividad sin fin, al trabajo en equipo, a la agilidad de los procesos, el logro de metas audaces, el impulso al espíritu emprendedor y el respeto.
Araiza dice que esta nueva filosofía responde al reto de seguir conquistando al consumidor. "Los negocios en los que algunos de nosotros crecimos se han transformado. Esta cultura viene acompañada del propósito de la organización: el cómo maximizar la infancia de los niños y lograr que reciban educación y diversión".
Hacer maravillas
La cultura Wonder impulsa a los 4,000 colaboradores que tiene la compañía en México a levantarse cada día dispuestos a dar el todo por mantenerse a la vanguardia. Es lo que ha generado una rotación del 10% a nivel regional y una permanencia promedio de al menos cinco años en la compañía, a pesar de que la mayoría de los colaboradores son millennials, una generación que no se caracteriza por permanecer muchos años en el mismo lugar de trabajo."Procuramos el crecimiento de todos los colaboradores a través del desarrollo de las mejores prácticas y ofreciendo calidad de vida para que logres el work life balance. La gente ve que tiene una carrera, que la organización apuesta por ella y se engancha además porque hay un propósito y su trabajo tiene un impacto positivo", dice Araiza.
A través de su cultura Wonder, Mattel se ha convertido en una compañía más relajada, abierta y que transmite confianza a la gente para que genere nuevas ideas y siga evolucionando sus productos y la forma de venderlos. "Tenemos una política de puertas abiertas: si tienes una propuesta la presentas con el leadership team y esto puede tener un gran impacto positivo", comenta el directivo.
La empresa también ha adoptado nuevas maneras de comunicarse con su audiencia. Atrás quedaron los canales de televisión. Hoy se contacta con los niños a través de plataformas digitales como YouTube Kids, donde se apoyan de influencers locales e impulsan a las niñas y niños a alcanzar sus sueños. Por ejemplo, con Barbie, inspiran a las niñas a soñar y a perseguir una carrera.
Emprendedores internos
Todo se desprende de la cultura Wonder, de la que cada una de las letras que forman esta palabra refieren un valor de la compañía. La W hace relación al tema de la innovación, a cómo se puede hacer algo mejor o a probar algo nuevo. La O en que la colaboración es sumamente importante."Tenemos un mote en el que no buscamos los Supermanes, sino la liga de la justicia", sostiene Araiza al explicar que se trata a una evolución que se ha dado a nivel global y a cómo la gente se identifica.
La N tiene que ver con la palabra nimble. Alude básicamente a hacer las cosas rápidas y prácticas, mientras que la D, corresponde a driven, a ir un paso adelante, a empujar las agendas y a ser tenaces para lograr metas audaces.
La E corresponde a la parte emprendedora. Se trata de una mentalidad y una forma de operar que ha dado resultados fantásticos sobre todo en Latinoamérica, indica el entrevistado.
"El emprendedor necesita libertad, si le pones un marco de referencia se convierte en un manager y aquí tienes un marco de libertad y de acción que reflejamos con nuestros programas de flexibilidad en la agenda", comenta.
El 70% de los colaboradores son millennials que conviven con otras generaciones. A todos se les da libertad para que manejen sus tiempos y logren un balance entre su vida laboral y personal.
Los colaboradores asisten a las oficina de lunes a jueves en un horario de 10 de la mañana a cuatro de la tarde, "es cuando suceden las juntas, las conexiones y el debate de ideas empujadas con la mentalidad emprendedora con la que se fomenta el que se atrevan y arriesguen a probar algo nuevo a través del what if? why not?, y vemos hacia dónde vamos como grupo cuando conectamos eso con el one team", dice Araiza.
Sin embargo, el directivo advierte que existe una parte muy importante en la que la compañía pone especial cuidado: el tema del respeto, correspondiente a la última letra, de Wonder.
"Podemos ser creativos y audaces pero sin el respeto no hay match con la cultura de la organización. Creemos muchísimo en el tema del respeto a las personas y los géneros".
El directivo reconoce, de manera categórica y puntual, que aunque parecería cliché, al final la gente sí lo es todo: "es quien te genera la creatividad, los modos de trabajo y la relación con el consumidor".
"Ellos tienen un impacto en cómo comunicamos nuestros productos, cómo los mercadeamos y cómo contactamos a nuestros clientes. Si tienes a alguien buscando el cómo sí con espíritu de equipo para lograrlo, seguramente hará un buen negocio para nuestros clientes, para nosotros y para el país.
