A mediados de agosto, InDriver inició operación en El Salvador. A diferencia de Uber, esta aplicación da la opción para establecer independientemente el precio del viaje.
En el mundo la plataforma ya tiene 9 millones de usuario. InDriver nació como una startup en 2012 en Rusia, en Yakutsk, cuando la temperatura cayó a -45 grados. Entonces, los taxistas locales duplicaron el costo del transporte. En respuesta, residentes de Yahutsk -al este de Siberia- crearon un grupo llamado Conductores Independientes en Vkontake, la red social más grande de Rusia. Seis meses después ya existían 60.000 conductores independientes y así nació InDriver. Hoy opera en 120 ciudades del mundo con más de nueve millones de usuarios.
Con inDriver, el pasajero tiene la libertad de establecer un precio por su viaje y los conductores podrán aceptar, rechazar o negociar la tarifa por la ruta. Al final, el usuario decidirá la oferta y al aceptar le aparecerá la información del vehículo y motorista que realizará el recorrido.
Una vez fijada la oferta, el conductor ya no podrá cambiar el monto, explicó Roberto Gómez, de soporte para conductores de El Salvador, quien aseguró que la aplicación permite la participación tanto de conductores independientes como de taxistas. Gómez habló de cómo le ha ido a la aplicación de transporte en México: 'Quien está usando la aplicación es más el turista más que el local. El local también está aprovechando para los mismos conductores del área. La principal característica es que el pasajero sugiere el precio, pero el piloto puede negociar ese precio que el pasajero ofrece'.
La dirección global de inDriver decidió incursionar en América Latina en abril pasado y para ello destinó una inversión de US$50 millones. A la fecha, el servicio ya opera en México, Colombia, Perú, Chile, Guatemala y El Salvador, indicó Emilio Moreno, manager de soporte para conductores de Guatemala.
Crecimiento en El Salvador
A la fecha, el recorrido sólo se puede pagar en efectivo. Gómez explicó que la oferta de lanzamiento de InDriver en el país es la plataforma de origen ruso no está cobrando comisión, mientras que Uber sí lo hace. 'Eso ayuda bastante al conductor. Va a ganar más porque no paga ninguna comisión para nosotros', agregó Gómez. En el futuro, la app cobrará 5% por viaje al conductor.La fase de reclutamiento en El Salvador inició en julio pasado y por el momento cuentan con 1.100 conductores. Para los taxistas es requisito contar con vehículos del año 2008 y para los conductores independientes a partir de 2010.
La aplicación está disponible para los sistema operativos Android, iOS y Windows Phone. Cada usuario decidirá si utiliza la asistencia del sistema de posicionamiento global de Waze o Google Maps, para establecer las rutas más cortas y menos congestionadas. A diferencia de Uber, con esta app el conductor sí sabe para dónde se dirige, adónde está el cliente, la distancia en kilómetros y el tiempo. El cliente pone el precio, pero el conductor elige si la oferta le es rentable al conductor o no. El conductor ve la fotografía del usuario, también puede compartir el viaje. El pasajero también puede escoger a su conductor por calificación, tiempo o por el vehículo.
Además, el algoritmo de inDriver permite que los conductores puedan utilizar otras plataformas de servicio de viaje, como Uber. De momento, agregó Moreno, solo aceptarán pago en efectivo y próximamente incluirán la opción con tarjeta.
Chat 24/7
Tanto conductores como pasajeros pueden reportar incidentes las 24 horas. La app se ha enfocado en aumentar su base de conductores para hacer competencia a la oferta actual de transporte.
InDriver también da la posibilidad a los taxistas para ofrecer sus servicios en esta aplicación. En Guatemala, gremiales de taxistas ya se han unido a la plataforma. 'Es una segunda opción donde pueden trabajar como lo han hecho como siempre. Pero también tiene una segunda cadena de pedidos', dijo el vocero.
A los conductores interesados se les pide una copia de la licencia de conducir, de la tarjeta de circulación del vehículo, los antecedentes penales y la solvencia de la Policía.
