Los marchantes, entre los que figuraban militares retirados, algunos familiares de los militares requeridos por el juez español y amigos de éstos, gritaron consignas como 'no a la intervención de la justicia española en El Salvador' o 'alto a la extradición de nuestros soldados'.
Una de las organizadoras de la marcha, Ana Yancy de Guzmán, explicó a la prensa que se oponen a la extradición de los militares porque 'el caso en el que se les vincula a ellos ya ha sido juzgado por la justicia salvadoreña', y por ello 'la decisión del juez Velasco de pedir su arresto con fines de extradición es intervención en asuntos internos' del país.
El 5 de febrero la Policía salvadoreña detuvo a cuatro de los 17 militares salvadoreños que son requeridos por el juez español por su presunta implicación en el asesinato de los sacerdotes.
Los militares detenidos son el coronel Guillermo Benavides, los subsargentos Antonio ávalos y Tomás Zarpate, y el cabo ángel Pérez Vásquez.
Otro militar salvadoreño residente en Estados Unidos, el coronel retirado Inocente Montano, fue detenido a principios de febrero por orden de una jueza de Carolina del Norte que estimó procedente su extradición a España.
La Policía sigue en busca de otros 12 militares que se encuentran prófugos, a los que el mismo presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, llamó a entregarse.
'Queremos que se respeten los derechos de nuestros compañeros militares, no estamos de acuerdo en su extradición y de una vez por todas la justicia salvadoreña debe poner alto a la pretensión del juez de España de extraditarlos', consideró el exministro salvadoreño de Defensa, Juan Antonio Martínez, quien participó en la protesta ante la embajada española.
La matanza de los jesuitas fue perpetrada en el campus de la Universidad Centroamericana, dirigida por jesuitas el 16 de noviembre de 1989, en el marco de la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
También fueron asesinadas dos mujeres que trabajaban como servidoras domésticas de los sacerdotes.
