<br />Oropesa tiene una Ural verde de 1977, que mima: 'Me gusta mucho, en primer lugar porque es el medio de transporte de mi familia, y en segundo lugar porque es una fuente de ingreso'.<br /><br /><strong>Aunque cuesta menos que un autom&oacute;vil, muchos cubanos no se la pueden comprar.</strong><br /><br />Sentado en el asiento del pasajero, Enrique gu&iacute;a a quienes estudian para sacar una licencia y que toman su lugar en la moto. 'Lo m&aacute;s dif&iacute;cil es (aprender a conducir) sin sidecar, porque con un sidecar te sientes m&aacute;s seguro', gracias al apoyo de ese compartimiento lateral.<br /><br /><strong>Instalado en la isla con su esposa cubana desde hace dos a&ntilde;os, Philippe Ruiz, un franc&eacute;s de 38 a&ntilde;os, no se percat&oacute; al principio de la abundancia de motos con sidecar que ruedan por las calles de La Habana.</strong><br /><br />'Cuando empec&eacute; a interesarme en eso, me di cuenta de que ve&iacute;amos 50, 100 por d&iacute;a'. <br /><br />Empe&ntilde;ado en renovar una casa, observ&oacute; que muchas motos con sidecar se utilizan para transportar materiales de construcci&oacute;n.<br /><br /><strong>Gracias a un anuncio en internet, hace unos meses, encontr&oacute; una Ural azul de 1979, por '6.500 euros con un peque&ntilde;o remolque'.</strong> <br /><br />'Es un a&ntilde;o mayor que yo y est&aacute; en peor estado', bromea, 'porque cuando llegamos a casa, las cosas comenzaron a ponerse dif&iacute;ciles. La moto estuvo bien hasta que llegamos aqu&iacute; y tuvimos que empezar a repararla por todos lados'.<br /><br /><strong>Por la falta de piezas en Cuba, 'las personas se ven obligadas a traerlas del extranjero', lo que demora la reparaci&oacute;n.</strong><br /><br />Pero no se arrepiente de su compra. Motociclista en Francia, Ruiz ha descubierto nuevas sensaciones al volante del motor ruso: 'Es muy divertido, es muy diferente a conducir una moto sin sidecar, porque no podemos girar igual, no te puedes ladear, as&iacute; que tienes que volver a aprenderlo todo'.<br /><br />'Es especialmente divertido en familia, porque puedes poner a un ni&ntilde;o en el sidecar, a mi esposa y a las maletas', a&ntilde;adi&oacute; este padre de un ni&ntilde;o de ocho a&ntilde;os.<br /><br /><strong>¿Su sue&ntilde;o? Una vez reparada, propondr&aacute; su moto a los turistas para recorrer La Habana. 'Pienso que esto ser&aacute; algo diferente al alquiler de los veh&iacute;culos descapotables (estadounidenses) que hay aqu&iacute;'.</strong></div>