<br /><br /><strong>La experiencia comparada regional evidencia que revertir el resultado en un balotaje es dif&iacute;cil pero factible.</strong> El porcentaje de diferencia entre el primer y segundo lugar en la primera vuelta, si bien importante no es determinante sobre todo si el porcentaje de votos obtenido por quien qued&oacute; en primer lugar es inferior al 40% y la diferencia con el segundo lugar estuvo por debajo del 5%. Cuando ambos factores est&aacute;n presentes, como es el caso en este tercer balotaje, el escenario m&aacute;s probable es el de una competencia muy cerrada y altamente polarizada (como lo evidencia la reciente encuesta del CIEP que muestra un empate estad&iacute;stico entre los dos candidatos), y en la que, las posibilidades de que se produzca una reversi&oacute;n de resultados en la segunda vuelta, aumentan considerablemente.<br /><br />En estos casos, la experiencia comparada ense&ntilde;a que el factor cr&iacute;tico pasa por la capacidad que tenga el candidato que ocup&oacute; el segundo lugar para articular una coalici&oacute;n dirigida a impedir el ascenso a la presidencia del candidato ganador de la primera vuelta, a quien debe presentar como el &quot;mal mayor&quot; a evitar. Igualmente importante es lograr aumentar la participaci&oacute;n electoral tanto de sus simpatizantes como de los que se oponen a permitir un nuevo triunfo del candidato vencedor de la primera vuelta. Esta fue la estrategia seguida en la gran mayor&iacute;a de los balotajes donde hubo reversi&oacute;n de resultado. Nada f&aacute;cil (ya que como vimos se logr&oacute; solo en uno de cada cuatro balotajes entre 1978-2017) pero tampoco imposible, como lo testimonian las recientes reversiones de resultados logradas por Juan Manuel Santos (2014), Mauricio Macri (2015) y Pedro Pablo Kuczynski (2016).<br /><br />Mi opini&oacute;n: pero con o sin reversi&oacute;n de resultado,<strong> quien resulte electo presidente el pr&oacute;ximo 1 de abril, tendr&aacute; que evitar caer en la trampa del &quot;espejismo de legitimidad&quot; que suelen generar los balotajes,</strong> siendo consciente que su triunfo se debi&oacute; a un importante caudal de votos &quot;prestados&quot; y que, adem&aacute;s, estar&aacute; en minor&iacute;a en la Asamblea, combinaci&oacute;n de factores que le aconsejan ejercer el cargo con humildad y prudencia, junto a una actitud abierta al di&aacute;logo y a la b&uacute;squeda de acuerdos lo m&aacute;s inclusivos posibles para, de este modo, poder abordar de manera urgente y eficaz, los m&uacute;titples y complejos desaf&iacute;os que enfrenta Costa Rica. <br /><br /></div>