Claves del día

Tres minutos de horror y noche de pesadilla por terremoto en Chile

Tres minutos de horror y una noche de pesadilla: así vivieron muchos chilenos el terremoto de 8,3 grados que sacudió el centro-norte del país y la posterior vigilia por el tsunami y las decenas de réplicas.

2015-09-17

Por: AFP

En Illapel, una pequeña localidad en el norte de Chile, cercana al epicentro del sismo que dejaba hasta ahora diez muertos, la luz del día reveló las marcas de la tragedia.

Entre los escombros de un muro caído, Ana Cortes, de 35 años, rememoró lo que fue la noche: 'Fue el momento más espantoso, el horror más grande que se puede vivir (...) se movía todo y no terminaba nunca', relata a la AFP.

Algunas casas construidas de materiales livianos en el suelo, la destrucción de estanterías en comercios y el caos del cementerio local con decenas de cruces, jarrones y tumbas hechas añicos, era el panorama que mostraba Illapel pocas horas después del sismo.

'Vivimos una noche de pesadilla, el movimiento fue mucho y fue largo, demasiado largo y siguió con las réplicas, fue terrible', comentó María Ramírez, mientras barría la puerta de su casa ubicada frente al cementerio.

'No podía mantenerme firme, pero por suerte logramos salir vivos', agrega.

Fuente: CNN en Español.
Sismo de gran magnitud

Al anunciar el último reporte desde la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), en Santiago, el ministro del Interior y Seguridad, Jorge Burgos, lamentó la pérdida de vidas, y resaltó no obstante que la cifra preliminar de fallecidos 'es muy baja' en comparación con la magnitud del fenómeno.

El sismo se sintió a las 19H54 (22H54 GMT) del miércoles y activó de inmediato una alerta de tsunami en todo el borde costero chileno y varios países del Pacífico, que fue cancelada horas después.

'Se trata de un terremoto de gran magnitud, que lo ubica como el terremoto más potente que ha tenido el mundo este 2015, pero los chilenos estamos acostumbrados', agregó el ministro.

Burgos situó a la región de Coquimbo, en el norte, como la zona más afectada por el terremoto, que tuvo su epicentro a 42 km al oeste de la pequeña localidad de Canela Baja, en el mar, según el último reporte oficial.

Las zonas pobladas más afectada de acuerdo a los primeros informes serían la localidad de Illapel, de unos 31.000 habitantes y a unos 230 km al norte de Santiago, así como el pueblo costero de Tongoy, en la región de Coquimbo, donde las olas arrasaron su borde costero.

La presidenta Michelle Bachelet dijo antes de viajar a la zona de desastre que 'todavía no tenemos una real magnitud del daño causado'.

Asimismo, destacó los 'estándares de construcción' que tiene este país, uno de los más sísmicos del mundo, que han 'pemitido que la infraestructura respondiera adecuadamente'.

'Todos han dicho que éste es el sexto terremoto en la historia de Chile (...), pero frente a eso es que hasta ahora la respuesta ha sido buena', destacó la mandataria, que decretó zona de catástrofe para la provincia de Choapa (norte), donde se localizó el epicentro del sismo.

Ello implica que dicha región queda bajo mando militar y el Estado entregará mayores recursos a la localidad para atender la emergencia.

Una odisea

Llegar a Illapel se constituyó en toda una odisea para los turistas que el sismo pilló en la ruta en víspera de un fin de semana largo, o para quienes fueron hasta allí para reunirse con familiares tras el sismo. Igual para los equipos de prensa que se trasladaron inmediatamente al lugar.

Recorrer los 230 km que separan a Illapel de Santiago llevó unas diez horas sobre la ruta cinco, que une a la capital con el norte del país.

En un trayecto que demora habitualmente menos de la mitad, el viaje se volvió eterno luego de que la policía cortara la ruta en varias partes donde el camino se acerca peligrosamente al mar mientras la alerta de tsunami estaba vigente.

'Lo peor fue estar en la ruta cuando pasó todo. El temblor fue tan fuerte que me costó controlar el auto, pero lo peor era saber que mi hija estaba en mi casa sola', comentó con voz angustiada Freddy Gómez, vecino de Illapel, que logró llegar a su ciudad en la noche.

Con la luz del día y lejos del caos de la noche, la ciudad comenzaba a levantar los escombros y a pensar ya en el próximo terremoto, 'porque así es nuestro Chile, aunque nunca vamos a acostumbrarnos', dijo Gómez.

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