Como pocas veces, Panamá se ha visto afectada en los últimas días por un fenómeno meteorológico que en cuestión de horas pasó de una depresión, a una tormenta tropical y quedó en un huracán de categoría 1, bautizado como Otto por el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos.
Otto echa por tierra aquella hipótesis de que ‘Dios es panameño' o que el territorio en el que funciona el Canal interoceánico está exento de las afectaciones propias de los desastres naturales.
A la vez, dejó en evidencia la falta de protocolos de las instituciones de seguridad y demás organismos del Estado panameño para reaccionar en el caso de que se presente una desgracia natural. También, la falta de conocimiento en el manejo de estas desgracias de parte de los medios de comunicación, así como el uso irresponsable de las redes sociales.
Tan solo habría que imaginar que hubiera que evacuar la ciudad de Panamá, como ya ordenó Costa Rica a su población de algunas de sus ciudades del Caribe.
Una serie de inquietudes saltan enseguida: ¿están las familias panameñas preparadas para saber quién debe irse?, ¿hacia dónde ir?, ¿cuántos vehículos utilizar?, ¿en qué transporte trasladarse o hacia dónde ir?
La respuesta a todas estas interrogantes sería sencilla: un rotundo no. Simplemente, la población sigue creyendo que ‘Dios es panameño' y los gobernantes no se preocupan por temas como estos problemas, pues resolverlos no representa votos.
Para el investigador social Gilberto Toro, Panamá no está preparado para un desastre natural como Otto. El país ha cambiando sus barreras naturales, ya no es ‘intocable', como muchos panameños pensaban.
Toro dice que esto también pone en evidencia la falta de prevención. Lamentablemente, se espera que haya situaciones como estas para activar los botones de emergencia.
‘No estamos tan siquiera preparados para una evacuación de la ciudad de Panamá, que ya de por sí es un caos total con los tranques; si anuncian una evacuación, para dónde iríamos, si no hay opciones para salir', dijo.
Decisiones tardías
Ayer, después de 48 horas de lluvias, el Ministerio de Educación (Meduca) anunció que no habría clases. El anuncio se hizo diez minutos antes de la hora de entrada a los colegios.
Para el dirigente de padres de familia Guillermo Lalire, las autoridades del Meduca, desafortunadamente, no están acordes con lo que está pasando en el país y cometen un error garrafal. Esperan hasta la última hora para dar a conocer la medida, cuando ya los estudiantes y docentes están en los planteles.
Lalire dice que le falta mucha preparación a la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) que componen los estamentos de seguridad.
De acuerdo con Lalire, otro que ha fallado es el presidente, Juan Carlos Varela, que solo después de medio día salió a pronunciarse ante el país.
‘Pareciera que vive en otro mundo, sabiendo lo que está pasando', reclama Lalire.
Por su parte, Diógenes Sánchez, dirigente docente, piensa que el Meduca tiene gran responsabilidad en el fallecimiento accidental de un estudiante que esperaba dar clases, porque conocía de los informes meteorológicos y no se tomaron las precauciones.
Sánchez recordó que la ley le permite a los directores regionales tomar la decisión de suspender las clases. Salvo uno que lo hizo de manera tardía, ninguno tomó la precaución, lo que evidencia que nadie está preparado.
Otto ha cobrado 7 víctimas
A ocho días para que concluya la temporada de huracanes en el Caribe, Panamá se ha visto afectada por el hoy huracán Otto.
Aunque cada minuto se aleja más de las fronteras panameñas, las lluvias y sus efectos colaterales no cesan.
Hasta el momento del cierre de esta edición, habían contabilizadas siete víctimas fatales, de acuerdo con las cifras oficiales del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).
Entre éstas se encuentra una menor de 14 años de edad que murió tras ser sorprendida por una cabeza de agua en el río de Utivé. En este incidente, también perdió la vida otro joven de 18 años. Los cuerpos sin vida fueron recuperados por unidades del Sinaproc.
En la comunidad de Donoso, provincia de Colón, un menor de tan solo 18 meses de edad perdió la vida al caer al río desde una embarcación.
Igualmente, un sujeto de 46 años de edad murió al intentar cruzar una quebrada en Santa Eduviges, Burunga. Según la cuenta de Twitter del Sinaproc, esta persona se encontraba en estado de embriaguez.
Ayer, un deslizamiento de tierra en Arraiján atrapó a una pareja. Ambos fallecieron en el lugar.
En el área revertida de la ciudad de Panamá, un árbol cayó sobre un auto estacionado en los predios del Colegio San Vicente de Paul, cobrando la vida de un menor de solo nueve años de edad que murió al instante.
Los reportes oficiales hablan de más de 3.000 personas damnificadas y cientos de casas afectadas.
