El docente suizo propone, entre otras cosas, controlar el papel del comité ejecutivo, limitar el número de mandatos del presidente y revisar el sistema de 'un país/ un voto'.
Pieth acabó su estudio en 2013 sin que ninguno de sus consejos se pusieran en práctica.
La FIFA reaccionó, por su parte, indicando que 'el proceso de reformas iniciado en 2011 concluyó en 2013 con la adopción de la inmensa mayoría de las recomendaciones de la comisión independiente dirigida por Mark Pieth'.
¿Cómo reaccionó tras el anuncio de la dimisión de Blatter?
'Me sorprendió mucho, pero es una suerte para la organización. Abre la vía hacia su recuperación. Pero es casi extraño anunciar su marcha sin nombrar a un sustituto o un sucesor (...) Normalmente cuando un director anuncia su dimisión, se designa un sucesor'.
Blatter anuncia que se queda hasta la elección de su sucesor porque quiere seguir con las reformas emprendidas...
'Me sorprende. Podría haber llevado a cabo las reformas antes de ser confirmado en su puesto. También podría marcharse cuando se conozcan los candidatos a su sucesión'.
¿Cómo asegurarse de que los futuros candidatos no se verán también implicados en el actual escándalo de corrupción?
'Propusimos que se realizará una investigación ética o de habilitación de los candidatos antes de su elección y de su entrada en el comité ejecutivo, al nivel de la FIFA y no al de las confederaciones. Pero la UEFA bloqueó esa propuesta. Esa investigación no es una garantía, pero de esa manera se podría haber visto o anticipado unos problemas'.
En julio de 2014, afirmaba que la corrupción era 'verosímil' en la FIFA. Con todas las revelaciones recientes, ¿qué palabra utiliza?
'Sigue siendo verosímil, no conozco hechos explícitos, no conozco el informe García cuya publicación seguimos esperando. Antes de leerlo, no puedo decir nada. Pero no entiendo por qué no se da más crédito a esa señora (Phaedra Almajid, exintegrante del comité de la candidatura de Catar 2022) que acusa a tres miembros de la FIFA de haber aceptado dinero a cambio de su voto para la atribución del Mundial de 2022 en Catar'.
¿Qué reformas pueden devolver su credibilidad a la FIFA?
'Hay que pensar en reformas profundas. ¿Está bien, por ejemplo, que el comité ejecutivo gestione todo el dinero? En el plano de la gestión, se necesitaría una estructura mucho más cercana de la de una empresa con un consejo de administración (...) Ahora en la FIFA, la gente está demasiado centrada en el presidente'.
¿Cree que hay que limitar los poderes del presidente?
'La FIFA tiene una estructura casi dictatorial, ya la tenía con Joao Havelange y aún más con Blatter. Es una estructura ultrapresidencial, sin los suficientes contrapoderes. Hay que limitar los poderes del presidente, y también los del comité ejecutivo. También hay que limitar a dos los mandatos del presidente'.
¿Qué opina de la regla un país/un voto?
'También hay que pensar en ese sistema que se parece al de la ONU. Hay un desequilibrio: Sudamérica tiene 10 votos, la Concacaf (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe), 35... Hay que pensar en ello.
¿Quién podría suceder a Blatter? ¿Ve un candidato ideal entre los nombres que circulan?
'Preferiría una especie de presidente de transición que diga 'sólo me quedo dos años', pero que aporte serenidad y lidere la reforma. Y que dentro de dos años se celebren unas nuevas elecciones. Se necesitaría alguien que no tenga perfil político'.
¿Puede encarnar esa reforma el príncipe Ali, derrotado por Blatter?
'No necesariamente. No es un peso pesado, lleva muy poco tiempo en la institución'.
