Británicos le dicen ‘bye, bye’ a Europa: triunfó el ‘Brexit’

Esa consulta le pas&oacute; una factura car&iacute;sima a su Partido Conservador, dividido hasta la m&eacute;dula, y al opositor Partido Laborista, que tambi&eacute;n hizo campa&ntilde;a por el 's&iacute;' a la UE. Los ganadores no perdieron el tiempo. 'Ahora necesitamos un gobierno Brexit', declar&oacute; uno de los l&iacute;deres de esta jugada hist&oacute;rica, Nigel Farage, el jefe del min&uacute;sculo Partido de la Independencia del Reino Unido, con un solo diputado en la C&aacute;mara de los Comunes.Farage, que logr&oacute; encender la campa&ntilde;a con un discurso duro y antiinmigrante, pidi&oacute; que el 23 de junio sea declarado 'D&iacute;a de la Independencia'.Cameron dijo que estaba dispuesto a permanecer en el cargo hasta octubre, cuando el Partido Conservador celebre su congreso. Sin precedentes en la UE Nunca en la historia de la UE un pa&iacute;s hab&iacute;a votado para abandonar ese proyecto que naci&oacute; en los a&ntilde;os 1950, de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. Los cancilleres alem&aacute;n, franc&eacute;s, holand&eacute;s, italiano, belga y luxemburgu&eacute;s anunciaron una reuni&oacute;n de urgencia en Berl&iacute;n.'Soy totalmente consciente de cu&aacute;n serio, dram&aacute;tico es este momento. (...) Es un momento hist&oacute;rico, pero ciertamente no es un momento para reacciones hist&eacute;ricas', declar&oacute; el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.No habr&aacute; vac&iacute;o jur&iacute;dico mientras el Reino Unido negocia c&oacute;mo abandonar el bloque, insisti&oacute;.La negociaci&oacute;n, seg&uacute;n los tratados europeos, puede llevar dos a&ntilde;os como m&aacute;ximo, a partir del momento en que un miembro los denuncia.Transcurridos esos dos a&ntilde;os, el divorcio debe consumarse, sean cuales sean los desacuerdos a&uacute;n existentes.En juego est&aacute; el estatuto legal de millones de trabajadores europeos en el Reino Unido, de centenares de miles de jubilados brit&aacute;nicos en pa&iacute;ses como Espa&ntilde;a, Francia o Portugal.Escocia, donde gan&oacute; la permanencia, ve su futuro como 'parte de la UE', reaccion&oacute; Nicola Sturgeon, la jefa del gobierno regional escoc&eacute;s.El Sinn Fein, por su parte, tambi&eacute;n reclam&oacute; un refer&eacute;ndum en Ulster, para unirse a Irlanda. En Irlanda del Norte tambi&eacute;n gan&oacute; el s&iacute; a la UE.Las reacciones se suced&iacute;an en cadena en toda la regi&oacute;n. La l&iacute;der del Frente Nacional franc&eacute;s, Marine Le Pen, pidi&oacute; tambi&eacute;n un refer&eacute;ndum en Francia, y lo mismo hizo su colega holand&eacute;s, el ultraderechista Geert Wilders.El hist&oacute;rico refer&eacute;ndum mostr&oacute; una brecha insalvable entre regiones, generaciones y clases sociales brit&aacute;nicas. Las ciudades votaron mayoritariamente por el 's&iacute;', las zonas rurales por la salida. Los j&oacute;venes estaban dispuestos a mantenerse dentro de un bloque que les da libertad de movimiento, los ancianos en cambio s&oacute;lo ve&iacute;an una invasi&oacute;n de inmigrantes, 300.000 al a&ntilde;o, que hay que atajar cuanto antes.Motivo de alegr&iacute;a para muchos pero un portazo que mortifica a Europa y a los partidarios del bloque. '¡Un jodido desastre!', en palabras de un corredor de bolsa.

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