Entre todos los placeres de la vida, existe el de comer, y algunos mencionan, comer bien y "chatarra". Se aferran a la ingesta de esta última como un deseo reprimido para quienes se mantienen en constante control alimenticio (llámese dieta) o simplemente darse el gusto de alimentarse lo "más rápido posible" por la alta velocidad con que se vive hoy en día.
Desde la acera de al frente, se encuentran todas aquellas empresas que ofrecen el servicio de estas "Fast Food" para el deleite de aquellos comensales antes descritos. Lo que también sucede en esa "acera", es que hoy pareciera estar muy limitada de espacio y la guerra empresarial es cada día mucho mas aguerrida, tal cual, coliseo romano.
Cualquier guerra supone imponer la fuerza sobre la de los demás, pero como esta no es una guerra convencional, los precios bajos son el arma escogida y el campo en el que se concentra la acción son las plazas de comidas (Food Courts), lugar donde las grandes cadenas de comidas concentran sus esfuerzos y compiten por tener más clientes.
Cabe destacar que existe un hecho sin precedentes en la historia comercial en el mercado de comidas rápidas. Alimentos como sándwiches, pollo asado, hamburguesas, pizza, comida china, combos de todos tipo y hasta los mismos platos caseros del día; han tenido una reducción significativa en su valor a lo largo del tiempo. Si se compara un combo con papas y gaseosa podía promediarse en US$ 7.90 (Año 2012), hoy en día las ofertas permiten que la comida rápida deje de ser un lujo y que haya muy buenas opciones por debajo de los US$4,65.
La guerra de estas empresas se concentra en básicamente en la captación del cliente a la hora de comer. Las empresas mencionan la repartición del estómago (Stomach Share) aludiendo que lo no consumido un día, el comensal no lo comerá dos veces el siguiente día. Lo que quiere decir, que estas empresas deben moverse muy rápido para cautiva al consumidor en cuestión de segundos a la hora de elegir sus "plato del día".
Pero en la "unión está la fuerza" y las empresas Fast Food saben que les sale más costoso estar dentro de la pelea, que aislarse en otro lugar. Sus costos operativos de mantenerse fuera del mercado de este tipo de comidas conllevaran a gastos superfluos en mercadeo y publicidad; que estando más cerca de sus propios consumidores.
Hoy en día, la guerra de las comidas rápidas ha golpeado a quienes son muy débiles, y también los grandes como McDonalds® o Burger King®; han visto como sus utilidades se han visto deterioradas a lo largo del año 2015.
En muchos casos las guerras no son justas y otros restaurantes de Food Courts más pequeños (especialmente empresas de comida casera, ensaladas, parrilla, postres o batidos) han tenido que pensar y ofrecer distintas alternativas que antes no ofrecía la carta como combos, medias porciones de grandes platos y mayor variedad, teniendo en cuenta que muchas personas tienen la necesidad de acercarse a almorzar al establecimiento a diario.
La competencia, los precios bajos e incluso, la innovación, son los pilares fundamentales de esta guerra. Esa es la estrategia de las cadenas de comida rápida en Estados Unidos para conquistar el saturado estómago de los ciudadanos de la primera potencia del mundo. Pero aún queda espacio para una nueva hamburguesa, unas piezas de pollo más baratas o un postre con otra capa más de chocolate o vainilla.
Aunque también es cierto que algunos grupos empiezan a mostrar debilidad en esta guerra de la comida rápida, todavía queda mucho camino por delante. Un ejemplo de ello es Burger King®, que ha retirado una de sus últimas ofertas del mercado, Taco Bell® copió algunas estrategias de McDonalds® sobre comidas a US$1,00 o como también la reducción de personal al estilo Wendy’s®.
Pero no todo es malo, siempre hay espacio para innovar. McDonalds® acaba de anunciar (sorprendiendo a todos) que concluyó el año 2015 con el mayor incremento en ganancias de los últimos cuatro años. La clave del éxito: ¡Pelear en el Desayuno!
Los analistas atribuyen los buenos rendimientos a los cambios implementados por el ejecutivo en jefe de la empresa, Steve Easterbrook, quien tomó las riendas a principios del año pasado. El mercado de EE.UU. es el más grande de la empresa y allí aman el desayuno.
El ejecutivo llegó con la misión de cambiar el rumbo de la compañía, que venía experimentado pérdidas, mes a mes, trimestre a trimestre. Una de las medidas más exitosas que tomó fue extender, a partir de octubre pasado, el horario del desayuno en los McDonald's de EE.UU., donde esa comida era la más pedida por los clientes. Mientras que antes solo se servía hasta las 10:30 de la mañana, el alto jerarca decidió no poner más un límite de horario. Con solo esta estrategia, pudo anunciar con bombos y platillos, el regreso a la senda de generar utilidades, ventas y por supuesto, preferencia del consumidor.
El mensaje que ofrece esta empresa de comida rápida, se basa fundamentalmente en aprovechar el gusto del consumidor y no ponerle límites ni obligarlo a consumir productos sobre horarios establecidos. Por el contrario, la fortaleza que ejerce el cliente es mucho mas fuerte hacia la empresa que vice-versa. Nuevamente queda en evidencia que el cliente, desde el punto de vista de comidas, "hoy tiene mucha más razón".
Una guerra entre las cadenas de comida rápida que puede erosionar los resultados de algunas compañías de este sector, pero que permitirá al consumidor elegir sobre una mayor gama de productos y a precios más competitivos. Es la nueva guerra mundial… ¡Pero de empresas !
*Analista Económico. Profesor Universitario.
