5 claves para entender la crisis de EE.UU. e Irán

3. ¿Por qu&eacute; las relaciones entre Estados Unidos e Ir&aacute;n son tan precarias? Dos momentos clave han dado forma a todo el conflicto entre Estados Unidos e Ir&aacute;n. En 1953, la CIA ayud&oacute; a orquestar un golpe militar que derroc&oacute; al entonces l&iacute;der iran&iacute; democr&aacute;ticamente elegido, Mohammad Mossadegh. En el punto &aacute;lgido de las tensiones de la Guerra Fr&iacute;a, Mossadegh se comprometi&oacute; a nacionalizar los campos petrol&iacute;feros de Ir&aacute;n, que se consideraban populares en Ir&aacute;n y una victoria para la entonces URSS. Los brit&aacute;nicos, que controlaban los campos petroleros, solicitaron la ayuda de la CIA para derrocar a Mossadegh. Despu&eacute;s de derrocar a Mossadegh, Estados Unidos apoy&oacute; al monarca iran&iacute; Mohammad Reza Pahlavi para gobernar como sah de Ir&aacute;n. Firmemente en el poder, el sah forz&oacute; a los cr&iacute;ticos de sus reformas de modernizaci&oacute;n como el ayatol&aacute; Ruhollah Khomeini (tambi&eacute;n escrito como Jomeini) al exilio en Iraq, y desarroll&oacute; una reputaci&oacute;n como playboy autoritario. En 1979, la fiesta lleg&oacute; a su fin. La revoluci&oacute;n iran&iacute; puso fin al gobierno del sah. Los manifestantes seculares se opusieron a su autoritarismo, mientras que los protestantes islamistas se opusieron a su agenda de modernizaci&oacute;n. Khomeini regres&oacute; del exilio y form&oacute; un gobierno islamista. Algo que uni&oacute; a muchos iran&iacute;es fue la desconfianza hacia Estados Unidos. Esta desconfianza fue respaldada cuando en octubre de 1979, se inform&oacute; que al sah se le hab&iacute;a permitido ingresar a Estados Unidos para recibir tratamiento contra el c&aacute;ncer. Esto llev&oacute; a semanas de manifestaciones fuera de la embajada de los Estados Unidos en Teher&aacute;n. En noviembre de ese a&ntilde;o, los manifestantes irrumpieron en la embajada y tomaron decenas de rehenes estadounidenses. Exigieron la extradici&oacute;n del sah a Ir&aacute;n, y recibieron el apoyo de Khomeini. La crisis de rehenes en Ir&aacute;n dur&oacute; 444 d&iacute;as. Este fue el principio del fin. Durante un per&iacute;odo de tiempo, Estados Unidos cort&oacute; todos los lazos diplom&aacute;ticos e impuso sanciones financieras paralizantes. La crisis solo se detuvo cuando Ir&aacute;n acord&oacute; liberar a los rehenes a cambio de que los activos iran&iacute;es se descongelaran. El rencor provoc&oacute; m&aacute;s conflictos entre los dos, incluido el apoyo de Estados Unidos al vecino Iraq en su decisi&oacute;n de ir a la guerra con Ir&aacute;n durante la crisis de rehenes en 1980. 4. ¿C&oacute;mo se vio atrapado Iraq en esto? Iraq vio su propio golpe en 1958, que derroc&oacute; a la monarqu&iacute;a y cre&oacute; la Rep&uacute;blica iraqu&iacute;. Esto condujo al eventual liderazgo del partido Ba’ath en 1968 y de Saddam Hussein en 1979, que dur&oacute; hasta que la invasi&oacute;n liderada por Estados Unidos lo retir&oacute; del poder en 2003. Si bien hab&iacute;a mucho que a Estados Unidos le disgustara sobre los Ba’athists, el recuerdo de la crisis de rehenes era fresco. Esto signific&oacute; que durante la mayor parte de la d&eacute;cada de 1980, Estados Unidos &quot;se enfrent&oacute; a Iraq e Ir&aacute;n, en un acto de doble contenci&oacute;n&quot;, dice Doyle. Lo hizo respaldando a Iraq en la guerra mientras simult&aacute;neamente vend&iacute;a armas a Ir&aacute;n, en lo que ahora se conoce como el asunto Ir&aacute;n-Contra. Todo eso cambi&oacute; en 1990, cuando Hussein invadi&oacute; Kuwait. Estados Unidos apoy&oacute; a sus aliados del Golfo y lider&oacute; la respuesta a Iraq, en lo que ahora se conoce como la primera Guerra del Golfo. Durante la d&eacute;cada siguiente, Occidente comenz&oacute; a sospechar de las ambiciones de Hussein y el temor de que estuviera desarrollando armas de destrucci&oacute;n masiva. Despu&eacute;s de los ataques del 11 de septiembre de 2001, se consider&oacute; que el Iraq de Hussein representaba un riesgo de seguridad excesivo, entonces Estados Unidos invadi&oacute;. Despu&eacute;s de que Hussein sali&oacute; del poder, Iraq fue un desastre ingobernable. La estrategia estadounidense de tratar a Iraq en t&eacute;rminos sectarios, alentando a personas de todos los grupos a participar en la divisi&oacute;n creada por el gobierno, no logr&oacute; unir al pa&iacute;s. Los chiitas, que hab&iacute;an sido pol&iacute;ticamente excluidos bajo el gobierno sunita de Hussein, aprovecharon la oportunidad y dominaron al gobierno iraqu&iacute; de la posguerra. Pero el estado se hizo a&ntilde;icos, dej&aacute;ndolo abierto a la interferencia de Ir&aacute;n, China, Rusia y convirti&eacute;ndolo en un caldo de cultivo para los grupos terroristas. Tambi&eacute;n qued&oacute; Iraq para convertirse en un lugar perfecto para una guerra de poder entre Ir&aacute;n y Estados Unidos. Doyle dice que la poblaci&oacute;n iraqu&iacute; tampoco est&aacute; convencida y que incidentes como el ataque a Soleimani &quot;resaltan la ausencia total de control soberano&quot;, mientras dos actores m&aacute;s poderosos se hacen cargo.

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