Igualmente temibles fueron las pol&iacute;ticas y declaraciones de Trump en materia de migraciones, sobre todo para M&eacute;xico, Cuba y los pa&iacute;ses de Centroam&eacute;rica, lugar de origen de la mayor&iacute;a de los inmigrantes a Estados Unidos. Desde comprometerse a <strong>poner fin a un programa que protege de la deportaci&oacute;n a j&oacute;venes inmigrantes indocumentados, hasta la absurda promesa de levantar un &quot;muro&quot; en la frontera con M&eacute;xico, Trump ha tenido una conducta profundamente inquietante.</strong>Adem&aacute;s de la cuesti&oacute;n migratoria, Cuba y M&eacute;xico han estado en la mira de Trump por otros motivos. En relaci&oacute;n con Cuba, Trump revirti&oacute; buena parte de lo hecho por el presidente Barack Obama para normalizar las relaciones bilaterales. Aunque los cambios a las pol&iacute;ticas de Estados Unidos, implementados a mitad de a&ntilde;o, no fueron draconianos, es probable que basten para disuadir futuras inversiones estadounidenses. <br /><br />La decisi&oacute;n de Trump de reducir el personal de la Embajada de Estados Unidos en La Habana (atribuida oficialmente a una misteriosa enfermedad que se declar&oacute; en ella) no hizo m&aacute;s que agravar las preocupaciones de los inversores. Y como el Departamento de Estado sigue publicando advertencias ominosas para desalentar a sus ciudadanos de viajar a Cuba, es probable que el turismo estadounidense se reduzca en 2018.En cuanto a M&eacute;xico, la insistencia de Trump en renegociar el Tratado de Libre Comercio de Am&eacute;rica del Norte fue un golpe para el peso, desalent&oacute; la inversi&oacute;n extranjera y puso en un aprieto al sumamente impopular presidente del pa&iacute;s, Enrique Pe&ntilde;a Nieto. <strong>Tras las negociaciones en M&eacute;xico, Canad&aacute; y Estados Unidos en 2017, se hizo cada vez m&aacute;s evidente el traslado de la estridente ret&oacute;rica de campa&ntilde;a de Trump a pol&iacute;ticas reales que en su mayor&iacute;a son inaceptables para los socios comerciales de Estados Unidos.</strong>Fue un a&ntilde;o bien cargado para Am&eacute;rica Latina. Termin&oacute; una guerra, densas redes de corrupci&oacute;n a alto nivel comenzaron a desanudarse, y el riesgo de un retroceso autoritario en algunos pa&iacute;ses resalt&oacute; el compromiso general de la regi&oacute;n con la democracia.<br /><br />Pero en el balance, el ingreso de Trump al escenario mundial hizo de 2017 un a&ntilde;o olvidable para Am&eacute;rica Latina. Millones de latinos en Estados Unidos son blanco de deportaci&oacute;n, e incontables m&aacute;s en M&eacute;xico, Cuba y otros pa&iacute;ses sufrir&aacute;n si Estados Unidos avanza con las propuestas del gobierno de Trump en temas migratorios y comerciales. Lamentablemente, la hip&oacute;tesis m&aacute;s probable para 2018 y despu&eacute;s.<br /><br /><em>* Secretario de Asuntos Exteriores de M&eacute;xico entre 2000 y 2003, es profesor global distinguido de Ciencias Pol&iacute;ticas y Estudios Latinoamericanos y del Caribe en la Universidad de Nueva York.</em><br /><br /></div>