<br /><br />Pero no todo son rascacielos y megadesarrollos: tambi&eacute;n habr&aacute; un cambio de imagen a ras del suelo. El gobierno metropolitano de Tokio retirar&aacute; los muchos cables de servicios p&uacute;blicos que actualmente flotan en las calles de la ciudad y empezar&aacute; a instalar alrededor de 920 kil&oacute;metros de cableado subterr&aacute;neo.<br /><br />Tambi&eacute;n est&aacute;n en marcha varios proyectos de hoteles para contrarrestar la esperada escasez de camas para las Olimpiadas. Entre ellos est&aacute; la nueva torre de 41 pisos del Hotel Okura, que se inaugurar&aacute; en 2019 tras la pol&eacute;mica demolici&oacute;n de su ala estilo modernista de la posguerra, hace dos a&ntilde;os.<br /><br />Este enorme grado de desarrollo sin duda preocupar&aacute; a algunos habitantes, pero Shohei Shigemasu, socio de OMA y director de OMA New York, predice que la transformaci&oacute;n arquitect&oacute;nica de Tokio probablemente sea menos dram&aacute;tica que la revitalizaci&oacute;n que se llev&oacute; a cabo en otras ciudades, como Beijing antes de las Olimpiadas de 2008.<br /><br /><strong>'Hay una escuela exclusiva de arquitectos experimentales en Jap&oacute;n que domina en los medios, pero el entorno arquitect&oacute;nico es conservador en gran medida y est&aacute; gobernado por corporaciones y constructoras', dijo.</strong><br /><br /></div>