El hombre que donó US$8.000 millones, casi el 100 % de su fortuna

Un hogar humilde, una idea valiosa La de Feeney no era riqueza heredada, sino que &eacute;l mismo gan&oacute; tras nacer y crecer en un hogar humilde de Nueva Jersey, con una madre enfermera hospitalaria y un padre asegurador.A los 10 a&ntilde;os vend&iacute;a tarjetas de Navidad puerta a puerta , de adolescente se alist&oacute; en la Fuerza A&eacute;rea de EE.UU. y sirvi&oacute; en la guerra de Corea con inteligencia de se&ntilde;ales.Luego fue el primer miembro de su familia en recibir educaci&oacute;n superior, aprovechando un programa gubernamental para veteranos de guerra y gradu&aacute;ndose en Cornell -la universidad de Nueva York que ahora recibi&oacute; la &uacute;ltima donaci&oacute;n de Atlantic.La idea de fundar la compa&ntilde;&iacute;a gigante Duty Free Shoppers (DFS) junto con Robert Miller en 1960 se bas&oacute; en una experiencia de negocios que Feeney tuvo tras recibirse, vendiendo bienes a tropas de EE.UU. en otros pa&iacute;ses .Su fortuna comenz&oacute; a multiplicarse, hasta que concluy&oacute; que &eacute;l y sus hijos ten&iacute;an m&aacute;s de lo que precisaban. Un reloj de US$15 Desde mucho antes de terminar de donar su dinero, Feeney era conocido por su estilo de vida apartado del aura de lujo que transmit&iacute;a su empresa . Tambi&eacute;n le interesa: Zuckerberg dona 99% de su fortuna para &quot;luchar por un mundo mejor&quot; Prefer&iacute;a comer en bares populares antes que en restaurantes caros de Nueva York, viajar en clase econ&oacute;mica antes que en primera. Vest&iacute;a un reloj de US$15 y llevaba en una bolsa de pl&aacute;stico los peri&oacute;dicos que le&iacute;a &aacute;vidamente .Ahora niega que extra&ntilde;e algo de sus tiempos de gran fortuna: 'No, porque nunca me he apegado a la riqueza material ', explica.¿Y qu&eacute; le da placer luego de cumplir su gran objetivo de deshacerse de su fortuna?'Vivir b&aacute;sicamente como lo hago, sabiendo que a trav&eacute;s del trabajo de la fundaci&oacute;n hicimos mucho bien a personas que nunca lo esperaban', sostiene. 'Eso fue una especie de recompensa '.Oechsli dice que Feeney siempre ha sido consciente del valor de las cosas, pero nunca un taca&ntilde;o: en un momento de trabajo intenso, lleg&oacute; a ofrecerle a &eacute;l mismo un viaje en el avi&oacute;n supers&oacute;nico Concorde, para que visitase a su familia en Londres un fin de semana.

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