Serenatas infantiles, vigilias de jóvenes y regalos esperan al papa Benedicto XVI en Cuba, donde el ambiente festivo comenzó a tensarse con una protesta de opositores y advertencias de las autoridades de que no tolerarán 'consignas políticas' durante su visita, del 26 al 28 de marzo.
Por: AFP
Inusuales avisos de televisión y radio, carteles en La Habana y Santiago de Cuba (las dos ciudades que visitará), darán la bienvenida al 'peregrino de la Caridad', que llegará a la isla procedente de México, para la primera visita papal al país tras la cumplida por Juan Pablo II en enero de 1998.
El cardenal Jaime Ortega llamó el martes en la noche a todos los cubanos a 'estar junto a él' durante la visita, en una alocución de media hora por la principal cadena televisiva de la isla.
'La presencia del Papa en Cuba dejará esa huella espiritual, no contabilizable, no reducible a estadísticas', que estará 'siempre en el espíritu del pueblo', dijo Ortega en su mensaje por Cubavisión, controlada por el Estado como todos los medios de comunicación de la isla.
Un protagonismo singular tendrán los jóvenes y niños durante la visita del Papa, 14 años después que Juan Pablo II los convocara en una misa en Cuba a no emigrar y vivir y trabajar por su país.
Más de 35.000 personas emigran anualmente desde Cuba, según cifras oficiales, la mayoría jóvenes que buscan otras tierras para realizar sus proyectos de vida.
Un coro infantil dará una serenata con 'las mañanitas' al pontífice la mañana del 28 de marzo, un día después de que la Orquesta juvenil del Conservatorio de Guanabacoa y del grupo juvenil de la Escuela Nacional de Ballet, toquen música y bailen para agasajarlo, informó la Iglesia.
Todos vestirán alegóricamente, pues la Iglesia confirmó la llegada de un 'barco con los pullovers (camisetas), gorras y los afiches con los que celebraremos la visita del Papa'.
También para el día 27, 'jóvenes de La Habana han sido convocados por la Pastoral Juvenil para acudir a la Nunciatura (donde se hospedará) y esperar con sus cantos y su alegría la llegada del Papa'.
A su llegada desde México, un cordón humano de 7,6 km le dará la bienvenida desde el aeropuerto a la ciudad de Santiago de Cuba (sureste de la isla), y más de 100.000 personas estarán presentes en la misa en la Plaza de la Revolución, dijeron las autoridades locales.
Siguiendo una tradición, Benedicto XVI ofrecerá una flor de oro a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona nacional católica, y cada una de las 11 diócesis cubanas le entregaran un regalo a él.
Pero el ambiente festivo comenzó a tensarse luego de que la noche del martes, 13 opositores ocuparon pacíficamente la Basílica Menor de Nuestra Señora de Caridad en La Habana, exigiendo que el pontífice atienda sus demandas de apertura política.
Siete hombres y cinco mujeres del ilegal Partido Republicano de Cuba, una pequeña organización anticastrista, permanecían este miércoles dentro del templo esperando una respuesta de la Iglesia.
A principios de marzo, el portavoz de la Arquidiócesis de La Habana, Orlando Márquez, advirtió que la Iglesia corría el 'riesgo' de enfrentar presiones políticas ante la visita del papa de sectores que quieren que impulse 'cambios radicales' en la isla y de otros que desean que se 'repliegue' a sus templos.
En una reunión en Santiago de Cuba, reportada el martes por la radioemisora provincial CMKC, las autoridades advirtieron que durante la visita papal 'no se permitirán consignas políticas, ni carteles, ni mensajes audiovisuales de ningún tipo'.
'El pueblo quiere participar en el recibimiento a Benedicto XVI (...) y así se respetará. Creyentes o no, estarán juntos en la acogida popular y en la misa en la Plaza de la Revolución, como expresiones de unidad, amor y respeto, de ahí que sería injusto cualquier acto de provocación o intentos de hacerlo', añadió la emisora.
